Tener pareja es algo muy especial. Compartís sentimientos, aficiones y amigos. Pero también compartís cama. Y es en ese momento cuando surgen los problemas. Tómatelo con humor con estas cuestiones que solo afectan a las parejas que duermen juntas:

1. Diferentes temperaturas 

Él duerme desnudo y tú, aun habiéndote puesto su chándal, una sudadera con capucha y calcetines de pelo, sigues teniendo frío. Pero, de repente, tu chico se acerca a ti y comienzas a pasar mucho calor. Y decides quitarte alguna capa. Y vuelves a tener frío. ¿Por qué la ciencia no ha encontrado aún una solución para esto?

2. Os movéis demasiado

No paráis de dar vueltas en la cama. Él, porque está nervioso por su entrevista de trabajo de mañana y tú, porque no consigues encontrar la postura. Es algo normal, sucede en todas las casas. Pero, ¿sería muy cruel mandarle a dormir al sofá? ¿Asesinar a tu pareja está penado por la ley?

3. Ronquidos

Son las 3 de la mañana y lo único que se oye en un kilómetro a la redonda es a tu novio roncar como si fuese un jabalí agonizante. Tienes dos opciones: taparte los oídos con una almohada o ponérsela a él sobre la cara. Puede que pare o puede que muera. Es decisión tuya. 

4. Peleas por la manta 

¿Sabéis cómo congelar a un cerdo? Es fácil, solo tenéis que tirar de la manta. Chistes aparte, la manta es el preciado tesoro por el que peleareis cada noche. Procurad respetar vuestras parcelas de ella para no levantaros discutiendo por las mañanas.

5. Ir al baño

Si tu chico va más de 3 veces al servicio durante la noche, probablemente su vejiga sea del tamaño de un guisante. Para evitar que te moleste trepando por encima de ti para salir de la cama te sugerimos que elijas el lado más lejano a la puerta. Eso o que le compres un orinal.

6. Ventiladores

Uno de vosotros prefiere dormir con un ventilador para sobrevivir a las noches de verano y el otro teme que éste se caiga, mutilándole, o no puede conciliar el sueño porque el ruido le recuerda al de un helicóptero despegando. No os podemos aconsejar nada: es una guerra eterna, sin vencedores. 

7. Mascotas

Hay un gato, un labrador y dos personas intentando dormir en una cama. En una cama de tamaño “matrimonio cariñoso”. Evitadlo, es inhumano.

8. Escaso espacio 

Aunque vuestra cama sea grande, nunca será suficiente. Acostumbrados a dormir solos, cuando compartimos lecho con nuestra pareja, solemos seguir los mismos ritos que cuando éramos “singles”: estirarnos en diagonal, abrir nuestros brazos y piernas como si intentáramos hacer un ángel en la nieve y otras posturas. Hay que tener en cuenta que hay otra persona a nuestro lado. Y que necesita su espacio vital, aunque sea solo para no caerse de la cama. 

9. Pedos 

Cuando tu relación es lo bastante larga, la confianza aumenta. Tanto que los pedos ya no son esas flatulencias vergonzosas sino que se convierten en el pan de cada día. Pero, por favor, en la cama no. Y menos si a tu chico le parece gracioso levantar las sábanas después.