Actualmente, aunque la comunidad trans viva "más tranquila" en España que en otros países, tristemente, no todos sus derechos están reconocidos y muchos están vulnerados. Hace poco, te hablábamos de la autodeterminación de género: qué es y por qué es importante, a colación de la aprobación de la conocida 'Ley trans' (mira aquí todo lo que supone la 'Ley trans' en España). Hoy, con motivo del Día Internacional de la Visibilidad Trans, hemos querido ahondar en una cuestión a la que hace frente dicha comunidad, en relación a la cirugía de afirmación genital y que gira en torno al hecho de operarse o no, qué supone tanto hacerlo, como no hacerlo o que les pregunten por ello.

En España, según un estudio de Im Gender, la 'Unidad de Género' de Im Clinic, los datos indican un aumento significativo en la solicitud de información sobre cirugía de afirmación genital por parte de menores de 21 años, y que estos acuden a consulta acompañados de sus progenitores. Esto viene a confirmar una tendencia de los últimos años, en los que la aceptación y normalización por parte de las familias permite un mejor y mayor apoyo a los jóvenes trans.

La edad promedio de los pacientes españoles que buscan información sobre cirugía es de 28 años, con un 16,3% de pacientes menores de 21 años y un 40,8% menores de 25 años. Y en términos de edad, la mastectomía es común entre pacientes jóvenes (con una media de 23 años), mientras que la feminización facial tiende a ser solicitada por pacientes más maduros (con una media de 34 años).

Con todos estos datos sobre la mesa, hemos preguntado a varias personas trans, de diferentes edades, sobre su experiencia y algunas reflexiones al respecto.

JEDET (mujer trans, 31 años)

"Lo que a mí me llevó a operarme fue una necesidad de vivir tranquila y dejar de sentir que era un problema hacer cosas cotidianas. En mis relaciones sexuales no me sentía cómoda con mis genitales, decidí que quería hacerlo y así lo hice. La experiencia fue dura, pero cambió mi vida para mejor", cuenta la actriz.

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Aldara Zarraoa//Getty Images

LEO (hombre trans, 20)

"Desde el minuto uno estaba seguro de que quería operarme de mastectomía y, de hecho, llevo más de un año en lista de espera por la seguridad social. Es algo que me produce mucha ansiedad y condiciona mucho mi vida: sólo me pongo camisetas negras para que no se note que llevo 'binder', intento usar sudaderas lo máximo que puedo, aunque me achicharre, y en verano no quiero ir a piscinas públicas. Es la única operación que me quiero hacer.

Cuando manifiestas que eres trans, algunos empiezan a hacerte un cuestionario digno de Ebau: 'Hola, soy Leo y te voy a contar la historia de mi vida, para que puedas convencerte de respetarme contestando a preguntas metafísicas, tales como: '¿Qué te hace sentirte hombre?'. Pero bueno, creo que ser trans me ha ayudado a ser más abierto de mente pero, por otro lado, me da mucho miedo lo que pueda encontrarme por el mundo. He tenido 'suerte' (si consideras 'suerte' gozar de derechos humanos básicos) de no sufrir ningún ataque gordo de transfobia (sí que he tenido que escuchar comentarios que nadie debería oír).

Si quitasen las hormonas de la seguridad social, por ejemplo, no sabría qué hacer

También me aterra pensar que, en cualquier momento, pueda perder todos los derechos que las personas LGTB+ han conseguido. Si quitasen las hormonas de la seguridad social, por ejemplo, no sabría qué hacer".

DANA (mujer trans, 20 años)

"Cuando le comenté a mi endocrina que necesitaba una vaginoplastia para completar mi transición, ella me dijo que no estaba de acuerdo. Se oponía a mi cirugía de afirmación genital. Salí destruida de aquella consulta. ¿Cómo podía ser que la persona que debe firmar la autorización para que yo me pueda operar diga que no ve bien una cirugía de afirmación de género? Alargó todo el proceso innecesariamente porque, continuamente, se le 'olvidaba' gestionar las pruebas, las visitas necesarias para llegar a la cirugía, y sabiendo que, en la seguridad social de Málaga, después de todos los trámites, hay entre 5 y 7 años de lista de espera. Sus ideas personales y su falta de sensibilidad estaban condicionando mi tránsito.

Decidí operarme porque sentía que faltaba algo que, sin darme cuenta durante varios años, lo 'camuflaba' con el tratamiento hormonal, y yo me pensaba que lo único que necesitaba era eso. Ahora mismo, soy la niña más feliz del mundo, me siento bien con mi cuerpo, pero con lo que mejor me siento es con la salud mental que he ganado. Me siento con un empoderamiento que yo antes no tenía porque no me quería como me quiero ahora.

Si alguna persona conoce a otra que esté empezando la transición, que nunca le pregunte que cuándo se va a operar, si quiere hacerlo..., porque nos afecta

Y ahora que tengo la oportunidad de dar voz, me gustaría añadir que, si alguna persona conoce a otra que esté empezando la transición, que nunca le pregunte que cuándo se va a operar, si se quiere operar, si se va a poner pecho; porque, por ejemplo, en mi caso, muchas veces estas preguntas me han hecho daño y nos afecta. También es importante concienciar a nuestro círculo de que es un tema frágil y delicado, y muchas veces nos duele porque ni nosotras mismas tenemos la respuesta de cuándo podríamos operarnos, en caso de que lo deseemos".

NOA (mujer trans, 40 años)

"Hace más de 10 años que me sometí a una vaginoplastia y, a día de hoy, me hago las revisiones de manera privada. La sanidad actual no está preparada para atendernos. No hay información ni formación del conjunto de profesionales sanitarios sobre nuestra realidad, sobre nuestra salud. No sabría a qué especialista acudir o si tengo que acudir a alguno. Una mujer cis sabe que, periódicamente, debe hacerse una revisión ginecológica y que, a partir de cierta edad, debe hacerse mamografías de control, pero ¿y yo? Pues no tengo ni idea. Creo que es importante que la sanidad, tanto pública como privada, nos tenga en cuenta, mantenga informados a los sanitarios en general y actualice protocolos para que tengamos una atención sanitaria equitativa.

Creo que es importante que la sanidad, tanto pública como privada, nos tenga en cuenta, mantenga informados a los sanitarios en general y actualice protocolos para que tengamos una atención sanitaria equitativa

Decidí operarme porque lo sentía así. Estuve un año desde que empecé mi tratamiento hormonal hasta que me operé. Tenía clarísimo que me quería realizar esta cirugía porque no me sentía cómoda viendo mis genitales. En estos momentos, me siento muy bien con mi intervención.

Una realidad es que tengo que seguir dilatándome de por vida, pero tengo orgasmos. Siempre habrá pros y contras, pero estoy encantada de haberlo hecho y lo volvería a hacer una y mil veces, era lo que yo sentía, como yo me quería ver.

Tengo que reconocer que al principio tenía mis prejuicios con las personas que no se sometían a la operación de reasignación de género pero, con el paso del tiempo, entendí a las personas trans que realmente se sienten felices con su sexo, porque se aceptan o no quieren someterse o disfrutan de lo que tienen y no sufren disforia ni rechazo. A mí, me parece maravilloso que cada uno se acepte, se quiera y, sobre todo, que disfrute. De hecho, tengo amigas que disfrutan con su 'pene de mujer' y son, evidentemente, tan mujeres como yo y cualquier otra mujer".

IKER (hombre trans, 18 años)

"Yo no me he operado. Lo he pensado, sí, aunque realmente no tengo muy claro si quiero hacerlo o no porque actualmente las operaciones de reasignación de género de 'mujer a hombre' no salen tan bien como deberían y es un riesgo que me da algo de miedo, la verdad. El porqué de mi deseo es la disforia, básicamente, porque al final del día, aunque uno no quiera, es algo que se piensa, y que en muchos casos genera incomodidad con el cuerpo.

Si no me opero nunca, creo que el principal reto con el que tengo que lidiar es que se invalide mi identidad. Mucha gente considera que, si no quieres operarte, no eres trans, aunque eso no tenga sentido, porque hay muchos motivos para no querer operarse que no tienen relación con la identidad de género de cada uno.

Mucha gente considera que, si no quieres operarte, no eres trans, aunque eso no tenga sentido, porque hay muchos motivos para no querer operarse que no tienen relación con la identidad de género de cada uno

Más allá de eso, aparte de que la gente espera que tengas unos genitales que no tienes, diría que, personalmente, no vivo un mayor problema, pero claro, que por no querer realizarte una operación, se te considere menos trans, es muy desagradable.

De momento, sobre el proceso de la operación no he leído mucho porque es un paso que me da algo de miedo, pero creo que tengo la información general para poder reflexionar y hablar sobre el tema".

Desde Cosmopolitan, nos alegramos de que poco a poco la sociedad avance, haya más visibilidad de las diferentes realidades y se reconozcan los derechos de todas las personas, independientemente de su identidad, su orientación o sus condiciones y expresiones de género. ¡Que viva la diversidad!

Echa un vistazo aquí todo sobre la fertilidad trans, la asignatura pendiente del colectivo.

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Silvia Lorente

Silvia Lorente es experta en 'celebrities', estilo de vida y sexualidad y especializada en cultura pop 'millennial' y colectivo LGBT+. Se licenció en Periodismo en la URJC de Madrid, estudió un módulo de doblaje y tiene más de 10 años de experiencia en el manejo de plataformas digitales y redes sociales (escribió y ganó premios con su blog de moda y 'celebrities', 'La Otra Horma del Zapato', y coordinó el equipo de moda y belleza en el departamento digital de la agencia Globally durante dos años). Después, colaboró con InStyle, Harper's Bazaar y GQ, y genera contenido para Cosmopolitan desde 2015. En sus ratos libres, estudia un máster de DJ profesional y echa las cartas del Tarot a quien tiene dudas sobre su futuro. 'Psss': Si te apetece jugar con ella al Trivial de 'Friends', 'Sexo en Nueva York' u 'Operación Triunfo 1', has de saber que tienes las de perder.