1. Porque te queda toda la vida por delante.

Es lo típico que te dicen... '¡Ay! ¡Quién los pillara!'. Empiezas a tomar el control de tu vida, empiezas a tomar las primeras decisiones importantes y lo mejor, es que sigues siendo joven. Aun te queda para casarte, tener hijos -si entra en tus planes- y comenzar a tener problemas reales. Y porque eres una mujer independiente.

2. Porque ya has terminado los estudios.

Si todo ha ido más o menos bien, ya habrás acabado lo que has estudiado... Y sino es así, te queda poco.

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3. Porque estás empezando tu futuro profesional.

Los primeros logros, las primeras veces que te dan una palmada en la espalda, los primeros afterworks...

 4. Porque empiezas a tener madurez sentimental.

Vale que aun no eres una Carrie Bradshaw en potencia, pero oye, ya no tienes 15 años. Los dramas que te perturbaban la cabeza por aquel entonces, ahora te ríes de ellos, y te puedes seguir permitiendo el lujo de ser todavía un poco pequeña en algunas cosas. Pero oye, que no se diga, que eres toda una mujer.

5. Porque es cuando mejor vas a estar.

Tenlo claro, comienza a cuidarte porque lo que hagas a partir de ahora va a repercutir el resto de tu vida. Ahora es cuando mejor vas a verte, así que merece la pena cuidarse, sacarse partido y conocerse, porque a los 25 no hay arrugas y con suerte, hay poca celulitis. Quiérete y cónservate así.

6. Ya has encontrado tu estilo.

Seguramente con 8 años vestías ideal porque tu madre elegía tu ropa. Con 14 años pensabas que estabas -todavía- ideal pero las fotografías corroboran que comprar todo en Bershka no era siempre buena idea. Ahora, con 25 años, lo más seguro es que ya tengas un estilo propio. Ya sabes qué te sienta bien y qué te sienta mal y tendrás tu armario lleno de básicos.

7. Es cuando más puedes viajar.

Con suerte tienes ya un sueldo o dinero ahorrado, y lo mejor, ¡vacaciones! Si estás en esa situación, aprovecha para coger las maletas e irte a Croacia, Costa Rica, Cuba, Tailandia, Bali o lo más lejos que puedas. Los millenials ya no ahorramos para comprarnos una casa y un coche. Ahorramos para vivir experiencias nuevas y enriquecer nuestra alma y nuestra mente. 

8. Es cuando más amigos tienes.

El grupo de amigos del colegio, el del instituto, el de la universidad, el del trabajo, tus compañeros de piso, la pandilla del barrio, los de tu curso de inglés en Canadá, los de baloncesto, los de Instagram -sí, sí, los de Instagram-...

9. Conservas la vitalidad para el desmadre pero conoces tus límites.

Ya sabes a partir de qué copa es tu tope, ya sabes qué ponerte a gritar a las 6 de la mañana no está bien y tienes, por lo menos, dos dedos de frente.

10. Porque te recuperas de la resaca rápido.

Y eso, no se vuelve a repetir nunca más, porque cuanta más edad más días tirada en el sofá estarás tratando de recuperarte.

11. Porque tienes descuentos.

Seguros más baratos, descuentos en el cine, en el tren... Y con suerte, puedes seguir utilizando el carné de la universidad si vas en Converse y vaqueros al cine.

12. Porque estás entre los 20 y los 30.

Es una obviedad, pero no eres ni una niña ni una mujer adulta... Al 100%. Aunque la edad es lo de menos y lo importante es tener un espíritu joven, saber que aun te quedan unos años para entrar en la década de los 30 te hace sentirte un poco más tranquila.

13. Porque puedes llevar lo que quieras.

Es la edad perfecta para experimentar con la moda. Aunque ya tengas tu estilo definido (punto 6), puedes mezclar una falda vaquera que llevarías con 15 años con un blazer XL más propia de una mujer ejecutiva. Es el momento de jugar con las prendas y ponerte lo que quieras porque los 25 lo permiten.

14. Porque puedes hacerte lo que quieras en el pelo.

Cortártelo, ponerte de rubia, dejártelo larguísimo, colorearlo de rosa... Los 25 te permiten también jugar con tu imagen y eso es lo más divertido.

15. Dedicas tu tiempo a lo que te apetece.

A pintarte las uñas, a leer el libro que quieras, a tomarte una caña con tus amigos, a hacer un maratón de Juego de Tronos, a irte de copas una noche entera un miércoles, a irte de compras o a no hacer nada. Con 25 años eres dueño de tu tiempo y te lo puedes dedicar a ti misma o a lo que te haga más feliz. Y no pierdas esta costumbre.

16. Porque vives la vida con intensidad.

Porque sales el viernes y lo das todo como si fuera la última noche -porque has estado toda la semana pringando en el trabajo-, porque organizas el viaje del verano con la misma ilusión que un niño en la Noche de Reyes, porque cada lío que tengas con un chico puede ser una bonita historia, porque cada quedada con tus amigas es la mejor de todas... Y qué bonito es verlo todo así, ¿verdad?

17. Porque puedes experimentar con la comida que siempre te quedarán los tuppers de casa.

Una ensalada con una salsa especial, ese hummus de remolacha que has intentado hacer pero que no, un intento de lasaña que acaba en una masa incomible... Pero siempre te quedará ese tupper de lentejas en el congelador.

18. Porque tu metabolismo aun no te juega malas pasadas.

Porque si comes dos días seguidos en el McDonald's no pasa nada, porque pedirte una tarta de chocolate de postre no es el fin del mundo y porque aunque no te cuides, tus 25 años hacen disimular muy bien que has salido rodando de comer. Apróvechalo, porque esta virtud, va desapareciendo con la edad.

19. Porque puedes jugar con el amor.

Porque puedes tener citas, o no, porque puedes tener novio o no, porque básicamente... Puedes hacer con el sexo masculino lo que te dé la gana. Porque los 25 están para experimentar lo que quieres a tu lado. Porque a los 25 puedes besar ranas a tu tutiplén que no pasa absolutamente nada.

20. Las citas son las mejores.

Quedar a tomar una caña en ese bar tan chulo de Malasaña -y no en el 100 Montaditos como cuando tenías 18-, ir a cenar a ese sitio que han abierto nuevo, ir a ver una obra de teatro alternativo, ir al cine de verano, a ese mirador de aquel parque que has leído en aquel artículo, pasar el día en el campo... Con 25 años ya tienes más libertad económica y eres más original, ya tienes más experiencia, y definitivamente, las citas son mucho mejor que hace diez años.

21. Porque puedes experimentar.

Puedes hacerte vegana y dejarlo, puedes probar el bikram yoga y dejarlo, puedes comenzar a seguir ese mantra hindú del que te han hablado, puedes comenzar con clases de sevillanas y dejarlo... Los 25 están para experimentar y equivocarte, ¡o no!

22. Porque puedes cambiar de trabajo y no pasa nada.

Puedes cambiar de empresa, de tipo de trabajo, trabajar en una agencia, en una tienda o en un restaurante. Porque con 25 años aun tienes esa libertad de probar lo que te gusta y saber así a lo que te quieres dedicar.

23. Porque puedes bailar reggaetón sin vergüenza.

E ir a un concierto de Maluma y que no pase nada... Y ya no es solo eso, es que con 25 años experimentas con todo tipo de música y puedes cantar y bailar con Raphael, J Balvin e incluso Mecano.

24. Porque puedes irte de año sabático.

Dejarlo todo y marcharte a Australia, a la vecina Nueva Zelanda, a un voluntariado en la India o a estudiar inglés a Nueva York.

25. Porque es un cuarto de siglo y eso te hace cambiar psicológicamente.

Paras, respiras y dices: "¿Qué he hecho yo hasta ahora con mi vida?". Cumplir 25 te hace cambiar de forma indirecta y empiezas a replantearte tu vida. Centrarte un poco más si estás algo descentrado, esforzarte un poco más en el trabajo, comenzar a cumplir esos sueños que tenías hace diez años, empezar a rodearte de mejores personas a tu alrededor y dedicarle tu tiempo solo realmente a quién se lo merece. Porque el cuarto de siglo, quieras que no, marca un antes y un después en tu vida. Y qué bonito es tenerlos, ¿verdad?