TikTok sigue siendo no sólo un laboratorio de tendencias, sino también un espacio en el que los usuarios denuncian conductas y exponen aquellos comportamientos o reacciones que dañan a otros y privilegian a algunos. Por eso no es de extrañar que haya sido en esa red social en la que el ‘hashtag’ #prettyprivilege tenga millones de visualizaciones. Lo curioso es, sin embargo, que aunque cada vez más personas saben lo que es el privilegio de la belleza, este sigue siendo un tema profundamente silenciado. Lo cierto es que una persona atractiva tiende a tener más seguridad en sí misma al tener una estética socialmente aceptada, lo que hace que en las entrevistas de trabajo, por ejemplo, siempre destaque. Sin embargo, quienes no se ajustan a determinados cánones son tratados de forma inferior, algo que no hace más que mermar su autoestima.

"El privilegio de la belleza hace que se asocie el talento, la inteligencia y la salud con la belleza"

Ya en 1889, León Tolstoy señaló el hecho de que las personas bellas suelen ser percibidas como bondadosas, perfilándose ya entonces ese privilegio de la belleza que hace que se asocie el talento, la inteligencia y la salud con lo bello. También entra en juego el fenómeno psicológico denominado efecto halo, según el cual atribuimos cualidades positivas o negativas a alguien a partir de un rasgo característico o cualidad de esa persona. Es el responsable de que al conocer a una persona, formemos una la primera impresión al respecto dependiendo de su físico, atribuyendo a quienes son bellos características de éxito.

"Sentirse bello implica sentirse más empoderado que aquel que no se siente como tal"

Por supuesto, a su vez la belleza tiene un importante papel psicológico. “La belleza es lo que vemos en primera línea, sino lo que entra por nuestros ojos en cuanto vemos a alguien. Por lo tanto, no se puede subestimar. Sin embargo, la realidad es que cada uno de nosotros entendemos por belleza determinados atributos estéticos. Para algunos, la belleza radica en ser alta, delgada y rubia, mientras que para otros la belleza radica en tener unos kilos de más. Lo que sí está claro es que quien se siente bello está más empoderado que aquel que no se siente como tal”, explica la Dra. Isabel Moreno, presidenta de la AECEP, Asociación Española de Cirugía Estética Plástica.

“Si nos sentimos atractivos y estamos a gusto con nuestro físico, eso nos da mucho empoderamiento, y, además, lo transmitimos en nuestra forma de andar, en nuestros movimientos y en nuestra forma de actuar. Y, por supuesto, nos da estabilidad emocional, que es fundamental. Por eso decimos el clásico “mente sana en cuerpo sano", y la medicina estética ha aportado mucho a esto”, dicen por su parte Virtudes Ruíz y María Vicente, cirujanas y médicos estéticos con consultas en Murcia y Lorca. “Hablaríamos de “atractivo”, más que de belleza, porque esta profesión nos enseña que hay personas que pueden parecernos muy bellas de forma estética (en una foto), pero cuando las ves en movimiento o hablando, ya no te resultan tan bellas. Y, al contrario, existen personas que pueden resultarnos muy atractivas en movimiento aunque no cumplan con los cánones de belleza establecidos actualmente. Cuando las personas se sienten atractivas, notan su influencia sobre los demás y tienen ese subidón que les hace sentirse poderosas”, aclaran.

La piel y la sonrisa como símbolos de estatus

Es posible que te hayas topado con algún meme por las redes en el que se comparan dos imágenes de las Kardashian con décadas de diferencia acompañado del siguiente mensaje: “No hay gente poco agraciada, sino con poco dinero". Virtudes Ruíz y María Vicente hacen una aclaración al respecto. "Incluso el dinero hay que saber emplearlo cuando se trata de belleza. Es cierto que cuando puedes utilizar un presupuesto adecuado en los cuidados de tu piel y tu cuerpo, ayuda. Sin embargo, no hay nada en cuanto a belleza y salud se refiere, que no exija un sacrificio personal, ni que sólo se pueda pagar con dinero. Por ejemplo: estar en un peso adecuado, exige hábitos saludables en alimentación; el tener una piel bonita, exige cuidados preventivos de fotoprotección; llegar a los 60 años estupendos, exige haber sido previsores y haber comenzado a cuidarse con tratamientos médico-estéticos desde los 30; y así un largo etcétera. Hay pacientes que comenzaron con 30 o 40 años a realizarse tratamientos para “mejorar sin transformar” y que hoy están fantásticas, naturales y con muy buen aspecto sin haber cambiado su esencia y sin haberlas transformado. Y, por el contrario, otras, en las que que abandonaron sus tratamientos y los han querido retomar 30 años después, evidentemente se nota ese retraso…", explican.

"Puedes tener mucho presupuesto, pero hay que saber emplearlo"

"Puedes tener mucho presupuesto, pero hay que saber emplearlo. La información adecuada en tratamientos idóneos es crucial para conservar tu esencia y no transformarte, y siempre implica un esfuerzo personal, no sólo económico”, matizan.

Muchos medios hablan ya de la denominada ‘status skin’, que aboga por una piel limpia y perfecta de apariencia natural que en realidad, exige muchas rutinas de belleza y tratamientos muy concretos. Incluso se habla ya de “piel de rica”, una piel impoluta, carente de marcas y jugosa que no necesita tan siquiera maquillaje para ser perfecta. Por supuesto, no sólo se basa en tener unos buenos genes, sino en tener el tiempo (y el dinero) para poner en marcha una rutina de belleza personalizada. “Una piel cuidada es una piel atractiva y rejuvenecida por tanto mucho más bella que aquellas resecas o deshidratadas. La cosmetología y cosmiatría están muy al día en el desarrollo de tratamientos innovadores y regeneradores que permiten tanto a hombres como a mujeres envejecer de una forma muy cuidada. Cada vez acuden pacientes más jóvenes a las consultas, y eso está muy bien, siempre y cuando se sigan los parámetros de eficiencia y honestidad correspondientes”, dice la Dra. Isabel Moreno.

Orto innegable símbolo de estatus es la sonrisa perfecta, esa que Hollywood ha transformado en un personaje más en la pantalla y que las redes sociales han convertido en un ‘must’ en todo ‘selfie’ . La sonrisa blanca y perfectamente alineada se ha normalizado tanto que quienes no cumplen con esas máximas, sienten vergüenza a la hora de sonreír. “La sonrisa en el nuevo símbolo de estatus, ya que hoy en día, la persona que tiene una bonita sonrisa tiene mucho más ganado en relaciones personales y profesionales que la persona que no lo tiene. Es un símbolo de salud y belleza”, explica la Dra. Nadia Sarmini, directora y propietaria de la Clínica Dental Bernabéu.

"Muchos vienen en busca de esa sonrisa de cine o sonrisa de Hollywood"

“Cada vez las personas, desde muy jóvenes, quieren tener los dientes alineados y blancos. Por toda la revolución de las redes sociales, la gente está más influenciada y quiere verse bien para transmitir una imagen más fresca y saludable. La sonrisa es el complemento ideal para mostrarte al público. Para ellos, ofrecemos la ortodoncia invisible (no la que bombardean con anuncios en redes sociales, sino una que invita a realizarte el tratamiento en clínica) y un blanqueamiento dental para darle luminosidad a los dientes. Actualmente veo que cada vez más las personas acuden al dentista por estética. Muchos vienen en busca de esa sonrisa de cine o sonrisa de Hollywood, incluso hay algunos que ya tienen los dientes bonitos, pero buscan mejorar pequeños detalles”, asegura la Dra. Eugenia Cervantes de la Clínica Eugenia Cervantes, especializada en estética dental.

La Dra. Nadia Sarmini añade que multitud de pacientes llevan a consulta fotografías de cómo quieren tener la sonrisa según la celebridad que les gusta, algo que es posible en muchos casos. “Hay dos patrones muy bien diferenciados de lo que que quieren los paciente. La mitad de los pacientes quieren sonrisas con blancos muy artificiales, algo que se lleva hoy en día en redes sociales, y sin embargo, la otra mitad prefiere sin dudarlo sonrisas blanquitas y naturales”, aclara.

Que la belleza no esconda el interior

Para finalizar, hemos de tener en cuenta que esta incesante búsqueda de la belleza normativa esconde, en ocasiones, problemas más profundos vinculados a la psicología. ¿Cómo se puede detectar este tipo de casos para explicarle al paciente que la intervención no solucionará esos aspectos? “Es fundamental explicarles lo que pueden esperar tras una intervención estética e intentamos asegurarnos de nuestros pacientes entienden el resultado. Si una paciente no entiende esto, no se debe operar”, dice la Dra. Isabel Moreno. “La experiencia y haber tratado a muchas pacientes te da esa intuición de que la paciente tiene algún problema. Después, hablando con las personas, vas realizando el diagnóstico y les puedes aconsejar tratamientos poco agresivos y siempre reversibles, para que se vayan encontrando mejor y viéndose más atractivas, y para que vayan recuperando su autoestima. Esto es un tratamiento de acompañamiento y mejoría progresiva sin estridencias. Y, en los casos oportunos, hay que enviar a los pacientes a un psicólogo, para que los vaya tratando a la vez que nosotras. Pero es importante tratar a estas pacientes con medicina estética, siempre de la mano también de un psicólogo, porque si nos negamos, la experiencia nos ha confirmado que acuden a otros sitios hasta que encuentran algún desaprensivo”, explican parte Virtudes Ruíz y María Vicente, cirujanas y médicos estéticos.

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Marita Alonso

Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.

Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.

Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.