Carla Montero ha convertido su gran afición en su gran talento. Tras cumplir su sueño con la publicación de su primera novela, 'Una dama en juego' (ganadora del Premio de Novela Círculo de lectores), y después de éxitos como 'La tabla esmeralda' o 'El jardín de las mujeres Verelli', esta vez nos adentra en la dura historia de las españolas exiliadas en Francia después de la Guerra Civil española en su última novela, 'El viñedo de la luna'.

    La autora, a pesar de no ser experta en vinos, pero sí aficionada, nos cuenta a través de sus personajes cómo los franceses ocultaban estas reliquias provenientes del saqueo alemán durante la invasión nazi de Borgoña en la Segunda Guerra Mundial.

    El relato se remonta a octubre de 1943, cuando el cadáver de un soldado alemán aparece dentro de la cuba de una bodega de Borgoña. Un hecho que nos sitúa cuatro años atrás para conocer la historia de su protagonista, Aldara, refugiada de la Guerra Civil española. En la novela, el papel de la mujer tiene una gran presencia, ya que tomará las riendas de un negocio liderado en su mayoría por hombres, utilizando así la memoria histórica para ensalzar la figura femenina.

    Tras este lanzamiento, la autora ha hablado con COSMO para contarnos las entrañas de esta historia tan interesante, que combina la narrativa de una saga familiar con los pensamientos de la época y el contexto histórico que la envuelven. Gracias a su exhaustiva documentación y a la pasión reflejada en cada palabra, la nueva novela de Carla Montero no te dejará indiferente, ya que el buen sabor se mantendrá en tu paladar tiempo después de haberla finalizado.

    la escritora carla montero
    D.R.
    La escritora Carla Montero.

    La novela se ambienta en un episodio concreto de la Segunda Guerra Mundial: la invasión nazi de Borgoña. ¿Por qué elegiste este período histórico en concreto?

    Por lo singular y desconocido de las relaciones que se establecen entre el mundo del vino en Francia y el ocupante alemán. Hay que tener en cuenta que el vino, para los franceses, era entonces y sigue siendo un tesoro nacional y, para los alemanes, se trataba de una joya, un símbolo de estatus, de poder y de lujo, además de un recurso económico importantísimo.

    De este modo, se convierte en objeto de expolio dentro del proceso de apropiación económica y cultural de Tercer Reich en los territorios ocupados. Sin embargo, mientras que el expolio del arte es más conocido, no sucede así con el del vino. Dándose, en este último caso, situaciones de colaboracionismo, de resistencia, de ambición, de tensión, de traición, de amor… Magníficos ingredientes para crear una buena historia.

    Hacer una novela con un trasfondo histórico es más trabajoso por la labor de documentación que implica, ¿no?

    Sin duda. A la construcción de la trama, los personajes y los escenarios, hay que añadir también la del contexto histórico, que, para mí, es fundamental. Me gusta que esté cuidado, que sea riguroso, que aporte detalles de la vida cotidiana, que, a veces, son los más desconocidos y, sin embargo, los más cercanos, y que son los que verdaderamente ayudan al lector a sumergirse en la trama y a empatizar con los personajes.

    ¿Cómo te has documentado?

    Se puede decir que la labor de documentación que me gusta hacer es una labor de minería, pues en orden a encontrar esos detalles del contexto histórico cotidiano hay que apartar las grandes piedras, los grandes acontecimientos y los grandes nombres, para encontrar las pequeñas gemas, esos datos que nos dan idea de cómo vivía la gente corriente: ¿cómo hacían frente al racionamiento?, ¿qué emisoras de radio escuchaban?, ¿qué música les gustaba bailar?, ¿qué productos de belleza empleaban las mujeres?...

    Eso es lo que dibuja a la perfección el escenario histórico en el que se desarrolla la trama. Para ello, me gusta acudir a testimonios, diarios, correspondencia, prensa de la época, fotografías, filmaciones, carteles publicitarios… Además, también empleo bibliografía especializada en los temas que trato y viajo a las localizaciones de la novela para empaparme del ambiente y los paisajes.

    La cultura bodeguera está muy presente. ¿Qué sabías de vinos antes de escribir este libro?

    No soy enóloga, ni siquiera experta conocedora del vino, pero sí una aficionada entusiasta y curiosa. Siempre me ha interesado el mundo de vino, como bebida pero también como cultura. Eso sí, para esta novela, he tenido que dejar de lado buena parte de lo que sabía porque en Borgoña se concibe el vino de una forma única, muy diferente a cómo es en España o , incluso, en otras zonas vinícolas de Francia. Tal singularidad es algo que, sin hacer un tratado de enología, también quiero transmitir en la novela.

    La protagonista, Aldara, acaba tomando las riendas de un negocio que todavía a día de hoy sigue siendo dominado por hombres. ¿Querías reivindicar el papel de las mujeres que triunfan en territorios masculinos?

    Ciertamente, es uno de los motivos del personaje y de muchos de los personajes femeninos de mis novelas: poner de relieve el papel de mujeres excepcionales o pioneras, que ha habido unas cuantas a lo largo de la historia y que, sin embargo, han quedado eclipsadas por el relato masculino. En el contexto de 'El viñedo de la luna', tenemos, sin ir más lejos, a la 'veuve' Clicquot, la viuda Clicquot, que da nombre a un champán bastante popular y cuya historia, sin embargo, no lo es tanto.

    El personaje de Aldara está en parte basado en la experiencia de esta mujer que, a principios del siglo XIX, con sólo 27 años, toma las riendas de la bodega familiar de su difunto marido, consigue sacarlo de la ruina económica en la que se encontraba e introduce además innovaciones en la producción de champán que llegan hasta nuestros días.

    El viñedo de la luna (Éxitos)

    El viñedo de la luna (Éxitos)

    El viñedo de la luna (Éxitos)

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    Crédito: Plaza & Janés