¿Te preguntas demasiadas veces “¿qué hago yo aquí?”, ¿sientes que te cuesta decir no a planes o personas que no te convencen del todo?, ¿aceptaste aquel trabajo por tener más desahogo económico pero te pesa todo cada vez que entras por la puerta? Necesitas un reseteo, una reflexión acerca de hacia dónde quieres ir. O lo que es lo mismo, construir tu marca personal.

Enseñarle al mundo quién eres y diferenciarte del resto. Eso es crear tu marca o identidad. Al final, se trata de ponerle más fácil a quien busca a alguien como tú, tanto para salir, para formar parte de un equipo de trabajo o compartir un proyecto de vida, que te encuentre.

Para ello, no hay nada más práctico y que produzca mayor bienestar que ser quien eres en realidad. Sólo así podrás comunicarte de manera eficaz con el mundo desde el punto de vista personal, emocional y laboral. "En este último terreno, el personal branding es un proceso por el que una persona se convierte en opción preferente en un proceso de selección de manera que adquiera un buen posicionamiento profesional”, dice Marta Araceli de la Peña, psicóloga del Grupo Laberinto.

La marca personal existe desde que los humanos deambulamos por el mundo. No es ni más ni menos que tu trayectoria, todo aquello que has hecho desde que naciste y que te ha convertido en la que eres hoy. “Lo que ocurre ahora es que sabemos que podemos enfocar ese sello que te hace especial para que te beneficie en un sentido u otro", dice Joanna Ferrero, especialista en marca personal y creadora de Experienciar.

instagramView full post on Instagram

Hoy se habla mucho de la reputación personal, tanto analógica como digital, sobre todo ahora que uno de los primeros gestos de las empresas antes o después de tu entrevista personal es mirar tus redes sociales. "Y la reputación no es más que la coherencia entre lo que pensamos, decimos y acabamos haciendo. Si decimos una cosa y acabamos haciendo otra, generaremos desconfianza. Y eso se nota, tanto delante como detrás de las pantallas”, añade la coach Raquel Calonge.

"Las redes sociales seguramente hayan sido el detonante más grande para mostrar esta mejor versión de cada una de nosotras”, explica Joanna Ferrero. Y si tu sello no es muy especial porque no te has atrevido a sacar a tu parte más creativa, constrúyelo. Estos son los pasos para crear tu marca personal.

Hazte la pregunta del millón

¿Quién soy? Qué difícil... Si te cuesta responder, te aportará luz detectar qué cosas te hacen feliz y especial. “Y si continúas con dudas, pregunta a tus cinco personas de confianza qué se te da bien, para qué te contratarían o qué es lo que les llama la atención de ti positivamente”, aconseja Joanna Ferrero.

Ten una conversación contigo

Pregúntate “¿qué quiero?" Móntate una cita romántica para hablar contigo, planear esos objetivos y diseñar cómo vas a alcanzarlos”, aconseja la especialista en marca personal. Porque para generar una marca coherente es fundamental realizar un proceso de crecimiento personal. “Antes de gustar a los demás, tu marca te tiene que enamorar a ti. Tienes que sentirte feliz dentro de ese traje, y no es fácil porque no nos han enseñado a conocernos, con lo que los siguientes pasos se nos complican”, opina la coach.

Establece objetivos

Debes saber sobre qué quieres impactar, y por supuesto hacer un plan de acción para conseguirlo. “¿Quieres más clientes, atraer una pareja, tener más reconocimiento profesional? Sea lo que sea que necesites, apóyate en tu marca personal a través de lo que piensas, hablas, haces y sientes. Se trata de hacer un plan de marketing personal y se crea analizando bien lo que dices, lo que haces y tu actitud, sin olvidar tu apariencia física. Todo ello no es nada superficial, al contrario, es de gran importancia a la hora de comunicar tu marca”, añade Joanna Ferrero.

Haz una lista con tus talentos y debilidades

Coge papel y boli y escribe además “tus valores, tus intereses, tus hobbies... El límite lo marcas tú”, determina Raquel Calonge. Crea una estrategia para reforzar tus fortalezas y mejorar tus puntos ciegos. Y en lo referente a lo profesional, identifica tus puntos fuertes visibilizándolos (formación específica, experiencia, implicación y motivación) y revisa los puntos débiles para robustecerlos (entrenando en habilidades de comunicación, capacidad de gestión u organización…), explica De la Peña.

Sé honesta contigo

Cada vez que te traicionas, das un paso hacia atrás. Pon el foco de atención en ti y no sólo en lo que los demás opinen o creas que esperan de ti. Aunque les escuches y tengas en cuenta sus opiniones, ellos no son tú. Después de recopilar las opiniones de tus personas de confianza, dedícate un tiempo a solas para conectar con tus deseos.

No copies a la de al lado

Acostúmbrate a enorgullecerte de lo que aportas. Date valor antes de fijarte en lo que hacen otras personas. Y no copies como si estuvieras en un examen. Esto no va de aprobar nada, sino de identificarte contigo misma, aceptar las áreas de mejora y ponerse a trabajar en ellas. Puedes proyectarte o modelar a alguien a quien admires (está bien que te haga de espejo), pero concéntrate en ti y piensa cómo puedes adaptar lo que valoras en alguien a tu propia persona.

Busca a un experto

El autoconocimiento, la autoestima, el reconocimiento propio, la autoimagen, el autoconcepto, los talentos, las experiencias, la comunicación, la actitud… es lo importante, pero si quieres un empujón, puedes acudir a un coach, un experto en marca personal o un psicólogo.