Supera tus miedos: reclamar un sueldo mejor es una negociación que sólo ganarás si juegas bien tus cartas. Haces bien tu trabajo y lo sabes. Sientes que ya es hora de que te lo demuestren de alguna forma más sustanciosa que con un “gracias” o una palmada en la espalda. Y qué mejor manera de reconocértelo que con una mejora en tu retribución. Sin embargo, esta es una de las situaciones que más nos cuesta abordar, por inseguridad o por miedo.

Aunque, en cierto modo, sólo se trata de una barrera cultural: “No tenemos muchos ejemplos cercanos ni nos educan para tomar una actitud proactiva en nuestra vida. Tampoco nos preparan para pedir aquello que consideramos que nos merecemos”, explica Rosa Cañamero, socia directora de la consultora Execoach. En lugar de esto, “adoptamos una actitud de víctimas, quejándonos porque no nos lo dan.

El miedo a represalias nos paraliza y hace que encontremos mil excusas para no actuar y quedarnos como estamos”, añade la experta. Míralo de otra manera: pedir un aumento de sueldo no es más que una negociación, y como tal, debes preparar bien tus argumentos y conocer ciertos elementos para lograr el acuerdo más satisfactorio.

Si hablar de dinero ya es de por sí un tema peliagudo, a esto se le suma que, en el caso de las mujeres, nos enfrentamos a la brecha de género. Porque, en caso de que quedaron dudas, sigue existiendo. Según el INE, tan solo el 52% de las empresas españolas garantiza la igualdad salarial para un mismo puesto de trabajo. Nervios incontrolables, carencia de seguridad en una misma (inclúyase el síndrome del impostor) y temor a que, en lugar de hallar una mejora, caigamos en un pozo. Todo un cóctel que desemboca en que cada vez retrasamos más ese momento o que, cuando llegamos a él, nos atascamos. Te contamos cómo debes prepararte para afrontar esta situación (y salir airosa de ella).

aumento de sueldo
Klaus Vedfelt//Getty Images

Una buena preparación, la clave del éxito

Recaba información objetiva que demuestre lo afortunados que son por tenerte en la empresa: antigüedad, responsabilidad, logros, equidad, disposición... “Te servirá de apoyo para argumentar tu subida”, expone Isabel García Méndez, experta en liderazgo y habilidades directivas. Para prepararte emocionalmente, García Méndez recomienda sacar tu versión más positiva, mantenerte en modo ‘inasequible al desaliento’ y aparcar tus susceptibilidades. “Anticipa cuáles van a ser las posibles objeciones y busca razones para rebatirlas”, concluye. Esto te permitirá convencer a tu jefe.

Contempla otros beneficios que puedes obtener

Identifica cuáles son realmente las necesidades que quieres cubrir con tu petición: “¿Es únicamente dinero o también deseas que se te reconozca el trabajo que realizas?”, aconseja preguntarse Rosa Cañamero. Esta experta en negociación asegura, además, que cerrarse a pedir sólo un aumento de salario es un error bastante frecuente, ya que puedes obtener el mismo beneficio económico con otras variables, como un coche o un móvil de empresa, un máster o un curso de formación financiado por la compañía, un ascenso, la posibilidad del teletrabajo... “Tendrás que considerar también los intereses o requerimientos que tiene tu empresa para ver qué les puedes ofrecer a cambio”, agrega Cañamero. Por eso, es fundamental que lleves preparadas varias opciones para que ambas partes quedéis satisfechas.

La ocasión ideal nunca está en los pasillos

Procura que tu jefe no tenga prisa y te dé el espacio y el tiempo precisos para que te expliques con calma y sin distracciones, así que olvídate de hacerlo en un encuentro casual en la máquina de café. Lo mejor es que pidas una reunión. Hay momentos más propicios: en septiembre –con el inicio del curso–, tras el cierre de los presupuestos anuales, ante próximas revisiones salariales... Una buena ocasión sería, por ejemplo, después de conseguir un logro para la empresa con tu trabajo.

trabajadores charlando en el pasillo
Westend61//Getty Images

Cuando llega el momento del cara a cara

No vayas directamente al grano. Puedes empezar ensalzando lo que te gusta de la empresa o de tu puesto. Pero exprésate con claridad (si te cuesta hablar en público, el método Bravo puede ayudarte). “Si te has preparado bien el discurso, sobre todo en lo relativo a tus puntos fuertes, puedes mostrarte asertiva sin resultar ofensiva –explica Isabel García–. Trata de ajustar el tono y la inflexión a los que utiliza la otra persona, evitando siempre hablar muy alto (puede resultar intimidante) o muy bajo (parecerás apocada)”. Lo más probable es que no obtengas una respuesta inmediata: ten paciencia y muéstrate confiada en que obtendrás un buen resultado. ¡Todo llega!

Cómo reaccionar cuando la respuesta es “no”

Si te dan una negativa, mantén la calma. Una buena manera de responder a una excusa como “no es un buen momento” es con una pregunta tipo “¿y cuándo crees que puede serlo?”. Si el “no” es firme, no te lo tomes como algo personal. En cualquier caso, si dejas una buena imagen, siempre quedará una puerta abierta para intentarlo más adelante.

equipo de trabajo
Morsa Images//Getty Images

Lo que nunca debes hacer

Estos son algunos de los errores que tienes que evitar para que la negociación se incline a tu favor.

Analiza la situación

Si tu empresa atraviesa un bache o se están produciendo despidos, quizá debas esperar a tiempos más favorables.

¡Ojo al momento!

Tras una comida abundante o tomar mucho azúcar se ralentizan las neuronas. No es la mejor ocasión para hablar.

Vigila tu aspecto

Una imagen descuidada no te ayudará. Viste con colores vivos (transmiten energía) o con tonos ocres y naranjas (aportan calidez y seguridad). Aquí te damos algunas ideas de looks perfectos para ir a la oficina.

Evita gesticular

No es bueno exagerar o mirar al suelo. Ser objetiva y consistente en tu demanda te aportará credibilidad.

Nunca amenaces

Causarás un efecto negativo si dices que vas a dejar tu puesto o te comparas con tus compañeros.

Ve con calma

No tengas prisa por llegar a un acuerdo. Cuando el tiempo apremia, es más difícil pactar con éxito.