El 22 de febrero de 2004 (se dice pronto) se emitió el último capítulo de 'Sexo en Nueva York'. Y la cifra este año es redonda: hace 20 años que terminó la serie que revolucionó a una audiencia que se expuso –de manera explícita y por primera vez en 'prime time'– a un contenido que ahondaba en las relaciones de amistad entre mujeres treintañeras y las relaciones de amor y sexo de estas con los hombres.

Durante el día de hoy (por el aniversario), leerás muchas reflexiones que, probablemente, giren en torno a las 'red flags' de Mr. Big en su relación con Carrie, a por qué esta no saldría con él si la serie se estrenara hoy, también te toparás con opiniones sobre cómo vimos la serie con 18 años y cómo la vemos hoy... Y en fin, un amplio abanico de enfoques que siguen muy vivos. La razón es que, básicamente, la serie es genuinamente icónica: fomentó nuevos debates, representó el tipo de relaciones de amor y sexo que se tenían entonces y mostró que entre las mujeres se podían crear todo tipo de redes de apoyo.

Y sí, hoy todas concluimos en que han pasado casi 30 años desde su estreno y hay diálogos o planteamientos que no nos encajan, porque en feminismo y diversidad hemos avanzado mucho (ojo, que la autora de la historia dice que la serie no es feminista), pero ese factor es precisamente el que conseguirá que las próximas generaciones no se enganchen a las aventuras de Carrie y compañía.

Me explico.

La cuestión es que en la serie se retratan escenarios que se van resolviendo de una manera u otra, y las generaciones de entre 'veintimuchos' y 'treintaypicos', tenemos la capacidad de sentirnos algo identificadas pero con conciencia, valorando que tales narrativas ya no se dan al 100% como, por ejemplo, el hecho de ver rara o comentable la bisexualidad, en el capítulo en el que el ligue de Carrie y sus amigos son bisexuales en la temporada 3, o cuando Jack Berger siente envidia de Carrie cuando tiene un trabajo mejor que el suyo (o sea, ¿perdona ese machismo y masculinidad frágil?).

Para la generación Z, que actualmente tiene más referentes y otro contexto en su propio día a día, seguramente tampoco será tan revelador el sobreanálisis que hacen en un capítulo del concepto 'ménage à trois' o el episodio entero que dedican a Samantha cuando se acuesta con una mujer por primera vez. Es decir, las generaciones venideras tienen esos contextos tan integrados como opciones, que no serán puntos destacables. Por no hablar de otras series que, podríamos decir, han adelantado por la derecha a 'Sexo en Nueva York', como 'Sex Education', 'Heartstopper' o incluso, en el momento 'fashionista' y con guiños claros a la misma serie, 'Emily in Paris'.

Por poner otro ejemplo aleatorio: afortunadamente, los mitos del amor romántico ya no están tan presentes entre la 'gen Z' (a ver, evidentemente, salvando las distancias, estamos generalizando), pero en tres décadas ha cambiado tanto la percepción del amor romántico, la concepción de la soltería y la manera de vincularse a través de la orientación y la propia identidad de cada uno que, tristemente y 'barriendo para casa', ya no habrá vuelta atrás para la nostalgia que nos produce 'Sexo en Nueva York': estoy firmemente segura de que las 'millennials' pertenecemos a la última generación que tiene la capacidad de ser consciente de la fantasía que supone, en realidad, la mera existencia de esta serie y, por tanto, de valorarla positivamente. Así que, uf: minuto de silencio.

Pues eso.

'Psss': ya que estás, no te pierdas el libro sobre 'Sexo en Nueva York' que te hará cambiar tu percepción de Miranda, la vida, eh, cuántas vueltas da y qué poco preparadas estamos para algunas de ellas.

Otro minuto de silencio.

'PD': Si te apetece volver a ver la serie, te animamos a hacerlo de esta manera: qué capítulo ver de 'Sexo en Nueva York' según tu situación vital.

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Silvia Lorente

Silvia Lorente es experta en 'celebrities', estilo de vida y sexualidad y especializada en cultura pop 'millennial' y colectivo LGBT+. Se licenció en Periodismo en la URJC de Madrid, estudió un módulo de doblaje y tiene más de 10 años de experiencia en el manejo de plataformas digitales y redes sociales (escribió y ganó premios con su blog de moda y 'celebrities', 'La Otra Horma del Zapato', y coordinó el equipo de moda y belleza en el departamento digital de la agencia Globally durante dos años). Después, colaboró con InStyle, Harper's Bazaar y GQ, y genera contenido para Cosmopolitan desde 2015. En sus ratos libres, estudia un máster de DJ profesional y echa las cartas del Tarot a quien tiene dudas sobre su futuro. 'Psss': Si te apetece jugar con ella al Trivial de 'Friends', 'Sexo en Nueva York' u 'Operación Triunfo 1', has de saber que tienes las de perder.