Cuando Kim Kardashian sube algo a redes sociales nunca pasa desapercibido. Pero el último vídeo que la 'influencer' ha publicado en TikTok ha sido motivo de una gran polémica. Kim ha colgado un vídeo con un recorrido por las oficinas de SKKN. Con el patrón: "Soy Kim Kardashian y tengo...", la 'celebrity' va enumerando algunas cosas que tiene en las oficinas de su línea de cuidado de la piel, como una pared cubierta de portadas de revistas en las que ha aparecido, una sala diseñada por Rick Owens, un maniquí hecho a partir de sus medidas personalizadas con un enfoque especial a un trasero con volumen y, lo más polémico del vídeo: las camas solares de rayos UVA con las que cuenta en la oficina.

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Kardashian lo muestra con entusiasmo, subiéndose a ella con una bata y protección para los ojos. “Soy Kim Kardashian, por supuesto que tengo una cama de bronceado”, explica en el vídeo. Esto ha provocado una gran polémica por dos razones: una es que Kardashian siempre ha presumido del bienestar dermatológico, del cuidado de la piel, y de la importancia de tratarla con diferentes productos y buenas prácticas, y está claramente demostrado que el uso de camas solares aumentan el riesgo de cáncer cutáneo.

"Aunque el bronceado se ha asociado a la belleza y a un hábito saludable, en realidad se considera un marcador de que la piel ha estado sometida al ataque de la radiación ultravioleta. Esta radiación produce un efecto directo e indirecto sobre el ADN de las células de la piel, produciendo mutaciones que van a ser las responsables de la aparición del cáncer cutáneo", explica el Dr. Jorge Arroyo, dermatólogo de la Clínica Dr. Morales Raya.

Desde 2009, ha sido clasificado oficialmente como carcinógeno humano por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los datos son bastante clarificadores: "Se estima un aumento del 1,8 % en el riesgo de melanoma por cada sesión adicional de bronceado, en interiores, por año. Además, la edad de inicio del uso de camas solares también es un factor importante en cuanto al riesgo, siendo 1,75 veces mayor de melanoma con el primer uso de camas de bronceado antes de los 35 años", matiza Arroyo.

El experto explica que también se ha visto un aumento de otros tipos de cáncer de piel como el carcinoma basocelular o el carcinoma espinocelular, siendo el riesgo un 67 % mayor para aquellos que alguna vez tuvieron exposición al bronceado en interiores en comparación con los que no tuvieron exposición nunca.

Por su parte, el Doctor Juanma Revelles, dermatólogo, fundador de la Clínica Le boost en Madrid y divulgador de Merz Aesthetics, aporta otro dato concluyente: "Existe una revisión de varios estudios que sostiene que las personas que han utilizado una cama solar, al menos una vez en la vida, tiene un 20 % más de riesgo de sufrir melanoma que los que no lo han utilizado nunca".

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Allen Berezovsky//Getty Images

La segunda parte de la polémica se centra en el hecho de que su hermana Khloé Kardashian tuvo un melanoma en la cara que tuvo que ser extirpado. De hecho, ella misma mostraba en redes sociales las consecuencias de su tratamiento: "A los 19 años también tuve un melanoma en la espalda y también me operaron para extirparlo, por lo que estoy predispuesta a los melanomas", explicó, antes de recomendar a todos sus seguidores que hagan buen uso de la crema solar y se revisen con frecuencia.

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Khloé Kardashian//Instagram

Respecto al uso de las camas solares, la Asociación Española Contra el Cáncer lo tiene claro: "Los aparatos de bronceado artificial, como las lámparas y las camas de bronceado, tanto de uso doméstico como en centros de bronceado, plantean graves riegos para la salud".

De hecho, el cáncer de piel no es la única posible consecuencia de esta práctica; también fomenta la aparición de arrugas y manchas, así como quemaduras, inflamación de la córnea e iris (fotoqueratitis) o inflamación de la conjuntiva (fotoconjuntivitis). Además, las camas solares provocan envejecimiento prematuro: "La exposición a esta radiación artificial, provoca una disminución de colágeno y elastina. Esto provoca debilidad en las fibras, que hace que aumente la flacidez y la aparición de arrugas", explica el experto.

¿Cómo podemos comprobar esta consecuencia? "Este es el ejemplo que yo siempre le pongo a mis pacientes: hay que comparar las áreas de la piel expuestas, como la cara o el escote, con otras zonas que no suelen estar expuestas, como son los glúteos o la zona interior de los brazos. En esta última zona, la piel se ve más clarita, tersa y de aspecto más joven", sostiene Revelles.

Las camas solares como tratamiento médico

los peligros de las camas solares
Peter Dazeley//Getty Images

El experto explica que estas camas de bronceado también se usan más allá del aspecto estético, los hospitales lo usan como tratamiento para patologías inflamatorias crónicas de la piel. En este caso, existe una medición de la radiación sobre los pacientes, así como la acumulación sobre su piel a lo largo de las sesiones.

¿A qué tipo de radiación nos exponemos cuando entramos en estas máquinas artificiales de bronceado? A dos: radiación ultravioleta tipo A y tipo B. La primera es la más presente, aunque depende de la lámpara. Las máquinas prometen un bronceado rápido, están, por tanto, aplicando una mayor radiación que el sol natural: "Sería lo correspondiente al sol tropical del mediodía", matiza Revelles.

Otras consecuencias de las camas solares en la salud

los peligros de las camas solares
Hans Neleman//Getty Images

El experto explica que estas máquinas solares pueden provocar un empeoramiento del lupus cutáneo o la reactivación del virus del herpes, entre otras. En cuanto a salud mental, puede favorecer diferentes adicciones como la tanorexia, la adicción obsesiva al bronceado.

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Isa Espín

Isa Espín es periodista especializada en moda, belleza y estilo de vida. Escribir es su profesión y usarse como conejillo de indias, para probar todas las tendencias cosméticas, su pasión. Tiene una manía: no puede llevar más de seis meses el mismo corte de pelo y ya no recuerda cómo son sus uñas sin pintar. Le encanta probar diferentes tipos de maquillaje, coleccionar perfumes y las cremas naturales. A lo mejor se olvida las llaves en casa, pero un buen iluminador facial, un eyeliner y una máscara de pestañas son obligatorias en su bolso. Estudió el Grado en Documentación y el Grado en Periodismo en la Universidad de Murcia. Además, cuenta con el posgrado de Locución y Presentación de Televisión, de RTVE, y el de Marketing Digital de Moda, de la UCJC, de Madrid. Tuvo un blog de moda y belleza que terminó derivando en su propia newsletter personal y ha trabajado en varios medios como redactora y Social Media.  
   Lleva una década escribiendo en medios digitales. Ha trabajado para La Verdad, XLSemanal (ABC) y 20minutos, entre otros. Actualmente, colabora en Cosmopolitan y Mujer.es. Es adicta a las gangas, enamorada del café y la gastronomía, y -en su tiempo libre- practica ballet. Experimentar es lo suyo, a veces las cosas le salen bien y otras veces, se ríe y nos las cuenta.