La posición que ocupas juega un papel importante en tu vida... y también en la cama. De hecho, la forma en la que te colocas durante el coito influye en que alcances el orgasmo con más o menos facilidad. Está comprobado que la más adecuada es aquella en la que la chica se pone encima, porque «los puntos más sensibles de la vagina y la vulva se estimulan al mismo tiempo», explica Megan Stubbs, sexóloga y experta en relaciones.

Y es que el 70% de las mujeres reconoce que este doble juego le resulta más satisfactorio, ya que necesita que haya contacto directo con el clítoris para llegar al clímax. El dato procede de una encuesta realizada por los preservativos Skyn en 2017, que analiza las preferencias sexuales de las millennials e incluye un apartado sobre sus posturas favoritas. Curiosamente, el modo cowgirl (que es el más placentero) está en un modesto tercer puesto, detrás del misionero y el perrito.

Ha llegado el momento de que tomes las riendas y te conviertas en una amazona. Y si te queda alguna duda, aquí tienes cinco buenas razones para convencerte.

1. Aumenta la excitación

La primera ventaja viene dada por la gravedad que ejerce tu cuerpo sobre el de tu pareja, que facilita una penetración más profunda. También se estimula el punto G –un pequeño abultamiento en la cara anterior de la vagina–, lo que incrementa la intensidad de las sensaciones, según cuenta Juliet Allen en Ecstatic Sex & Deep Intimacy (Sexo eufórico e intimidad real). Para ver cómo te gusta más, colócate a horcajadas sobre tu chico con una pierna a cada lado y juega con tus rodillas: júntalas si quieres que los movimientos sean suaves o sepáralas si preferes que sean más fuertes.

2. Tú tienes el control

Esta es la postura del poder femenino por razones obvias: tú decides la velocidad, el movimiento y hasta dónde deseas llegar. Puedes parar, retomarlo, inclinarte, echarte para atrás… «Serás la jefa absoluta», afrma Megan Stubbs. Para lograr un ritmo que te conduzca al séptimo cielo, imagínate que vas conduciendo un coche: comienza lentamente y roza con delicadeza (o presiona) tu clítoris contra tu chico. Después, ve acelerando poco a poco según vayas notando que a tu amante se le acelera el pulso… Incluso, si te apetece, siéntete libre de juguetear y bajar de marcha para retrasar el momento cumbre.

3. Todo está a tu alcance

Enseguida comprobarás que no hace falta demasiada práctica para ser una experta amazona y que tienes las manos libres y dispuestas para acariciar. Recorre su torso y disfruta del viaje, deteniéndote en los pezones, un importante centro erógeno tanto para hombres como para mujeres. Luego, lleva las manos de tu compañero a tus senos mientras estimulas tu clítoris con un minivibrador. Para ejercer mayor presión en esa zona, haz que él baje ligeramente sus caderas.

4. Potencia la unión

Estar sobre tu pareja te permite mantener un contacto visual continuo durante la relación sexual (¿hay algo más bonito que intercambiar miradas?). Esto sirve para consolidar el vínculo afectivo y, además, contemplar tan de cerca cómo disfruta, te ayudará a ponerte a tono. Sin embargo, si no puedes evitar mirarle sin preocuparte de lo que está pensando sobre ti, debes saber que, en ese momento, él no está fjándose en el tamaño de tus pechos ni en el michelín que te tiene amargada. Lo más probable es que por su cabeza sólo ronde una cosa: «No creo que aguante mucho más…».

5. Nunca te aburrirás

Tienes mil opciones y todas valen porque, siempre que tú te sientas bien, no existen reglas a la hora de colocarse. Puedes hacerlo a horcajadas, con las rodillas apoyadas en la cama; darte la vuelta y mirar a sus pies (la posición de la vaquera a la inversa); estirar las piernas delante de tu compañero mientras él también despliega las suyas frente a ti, utilizando los brazos para moverte… Y si quieres más acción, hazlo en una silla, el suelo, la escalera… Inventa una historia de película y personaliza la pose sólo para ti. O mejor, para los dos. «La customización es la clave para hacer atractiva y novedosa esta postura tan clásica y efectiva», afrma Megan Stubbs.

Tipos de ‘amazonas’

Ahora bien, dependiendo de con quién estés, o del momento en el que te encuentres, una postura te hará sentir más poderosa que otra. ¡Elige bien!

Mujer contra mujer
Una postura de chica con chica y frente a frente. Rodea una de sus piernas con las tuyas para que vuestros clítoris estén alineados. No necesitaréis más.

Conectados
Súbete encima y échate hacia atrás hasta que apoyes tus brazos en la cama (mejor aún, en el suelo). No os perderéis de vista y el resultado será total.

A lo ‘Cincuenta sombras de Grey’
Sitúale en una silla, ata sus muñecas con una corbata de seda y siéntate enfrentada a él. Hacer el amor de esta manera facilita el orgasmo, pero aparte, esta estampa de dominación es tan morbosa que será irresistible.

Los glúteos, protagonistas
Pídele que se siente con las piernas extendidas y túmbate sobre él boca abajo con el cuerpo orientado hacia sus pies, el trasero en alto y las piernas abiertas. Tú podrás moverte mientras él te acaricia las nalgas (trabajo en equipo).