Entra en una tienda erótica y compruébalo tú misma: los nuevos juguetes parecen objetos venidos de otro planeta. Diseños escultóricos, sensores de movimiento o calor, ondas sónicas... No sólo suman prestaciones sorprendentes, sino que nos intrigan con la promesa de orgasmos intensos, largos, accesibles... ¿Cómo resistirse a esta promesa de placer? Puede que tengas un vibrador bala, pero te falta el succionador. Y ahora que dominas la succión, apetece explorar el punto G. ¿Que se puede estimular clítoris y punto G a la vez? A la cesta de la compra. Y que no se nos olviden los lubricantes, aceites de masaje, cremas de frío o calor, anillos vibradores, plugs anales... Todo nos seduce. Un 65% de las mujeres y un 50% de los hombres españoles admite recurrir habitualmente a juguetes sexuales. Y quien guarda uno en el cajón de la mesilla de noche es fácil que tenga dos. “El primer juguete que tuve fue Ina, el conejito vibrador de Lelo, y estuve dos o tres años sin comprar nada más”, cuenta Raquel, 31 años, técnica de laboratorio y clienta de Be Lover Erotik Market, en Madrid. “Hasta que salió el Satisfyer. Me hice con uno rápidamente y, desde entonces, he seguido comprando. Encuentro que hoy hay más variedad de artículos y cosas apetecibles que quiero probar... Es que si entras en la tienda, es imposible salir sin nada. Aunque casi siempre termine recurriendo a mis dos básicos”.

El 65% de las mujeres utiliza juguetes eróticos

Según el estudio Sex Toys de la escuela de negocios INSEAD, la industria erótica española movió 145.603 millones de euros en 2019, año cero para el sector gracias a la irrupción del Satisfyer. Pero el incremento no es puntual: se prevé que la cifra podría crecer hasta los 187.991 millones en 2025. Durante el pasado 2020, con esta fiebre y la pandemia complicando los encuentros sexuales, las ventas cogieron velocidad de crucero. Lelo España ha referido picos de aumento de ventas en su web de hasta un 72% durante el primer estado de alarma. Platanomelón tuvo un boom de pedidos de entre un 180 y un 200%, y no sólo en vibradores y succionadores. También se ha disparado el uso de los nuevos toys controlados a distancia a través de aplicaciones.

En 2025 la industria del sexo en nuestro país facturará casi 188.000 millones de euros

A LA CAZA DEL PLACER

Ana Hevia, comercial y asesora de la tienda Be Lover, confirma que muchas compradoras que entran por primera vez repiten. “Necesitamos tener mucha psicología cuando, por ejemplo, vuelven con sus novios, porque muchos piensan que los van a sustituir con juguetes. El power femenino, si ellas se vienen muy arriba, puede ser intimidante”. Ana ha vivido el gran cambio que ha dado el sector de la juguetería erótica, desde los dildos realistas a la explosión de formas y colores que tenemos hoy. “En poquísimo tiempo, las chicas hemos pasado de no querer entrar en aquellos primeros sex shops a conocer las marcas de los productos. No sólo visitan habitualmente el establecimiento, sino que preguntan por las novedades, ya sean juguetes, aplicaciones, lubricantes…”. Lo que no ha cambiado es lo que buscan aquí: orgasmos. “Ellas quieren el Satisfyer, pero muchas veces preguntan por un objeto que valga para los dos porque se sienten culpables”, añade.

Está claro: el placer es un reclamo comercial hiperpotente. Lo mismo nos vende un taller de autoconocimiento que un retiro tántrico o un huevo vaginal de jade que cuesta un ídem. Ya no es el oscuro deseo de antaño sino un componente esencial del bienestar, con todo un mercado dedicado a satisfacerlo al máximo. De hecho, el marketing de los juguetes no se limita a asegurar los orgasmos de andar por casa, sino que los promete de otro planeta. Una reciente encuesta de Platanomelón confirma que un 72% de sus compradoras busca, expresamente, intensidad. Y las marcas ratifican que la encuentran. El estudio Orgasmos y placer en España, realizado en 2020 por Lelo sobre una muestra de 733 españolas, desvela que el 83% de las encuestadas experimenta un clímax más fuerte cuando utiliza juguetes eróticos en vez de penetración o estimulación manual. Un porcentaje similar afirmó llegar al éxtasis con más facilidad. El papel de los sex toys a la hora de cerrar la llamada brecha del orgasmo (ya sabes: sólo el 61,6% de las mujeres heterosexuales llegan al clímax en sus relaciones de pareja, frente al 85,5% de hombres) y de promover el autoconocimiento del cuerpo es innegable. Pero, sin quitarles méritos, nos preguntamos si es tan fácil como parece comprar placer. Hacerse con esos orgasmos estelares. ¿De verdad basta con pasar por caja para ver las estrellas? Las sexólogas lo tienen claro. “El consumo de juguetería erótica no conlleva automáticamente mayor satisfacción”, asegura Diana Fernández Saro desde el gabinete Afrodisia, quien percibe bastante postureo a la hora de contar las hazañas del vibrador. “Yo diría que son más efectivos con la rapidez que con la intensidad –apunta Raquel Graña, al frente del canal de YouTube Íntimas conexiones–. Además, a veces tenemos unas expectativas muy altas sobre lo que pueden hacer.

El 83% de las mujeres españolas tiene un climax más intenso con los ’sex toys’
vibrador bala
Leo Acker//Stocksy

Sería bueno insistir en que nadie tiene que frustrarse si un producto no le funciona como todo el mundo dice”. Atenta si eres de las que han comprado un vibrador y no ha flipado en colores: no eres ningún bicho raro. “Los juguetes no son garantía de satisfacción, eso se ha mitificado mucho”, aclara Rosario Castaño, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios, Salud y Medicina de la Mujer. “De hecho, si no hay una buena interiorización de la sexualidad, cualquier estimulo externo se vivirá sin ningún tipo de erotización. El placer requiere una inversión cognitiva y emocional que va más allá del vibrador en sí. Incluso puede fallar la conexión con la dimensión psicológica que desencadena el orgasmo (la fase del orgasto) y bloquearse el clímax”. Castaño menciona otro daño colateral de las grandes expectativas que podemos depositar en los sex toys: confundir el sexo con llegar al culmen. “El sexo no es algo tan banal, es mucho más. Es el proceso por el cual te descubres a ti misma”, afirma. “Los juguetes son recursos y pueden ser muy útiles –explica Francisca Molero, ginecóloga y vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexo y presidenta de la Sociedad Catalana de Sexología (SCS)–. Pero el orgasmo implica un aprendizaje, unas vivencias y un crecimiento erótico que no aporta un juguete. Son clave los llamados inductores internos del deseo: fantasías y sueños eróticos, recuerdos y experiencias de encuentros sexuales, creencias y pensamientos sobre el sexo... Si no estás preparada desde ese punto de vista, el vibrador no va a funcionar”. Molero también incide en que el placer va más allá de las sensaciones físicas, más o menos intensas, que produce este. “Pero si el patrón de sensaciones que tenemos impregnado es el del juguete, no desarrollaremos las habilidades para jugar el juego del placer integral, con sensaciones que son mucho más amplias”, añade.

NO ES UNA PANACEA

A la pregunta ¿se puede comprar el orgasmo?, la respuesta de las especialistas es clara: no. Aunque una parte del mismo, la estimulación, nos la resuelva un juguete erótico. Donde sí se hace un entrenamiento integral para conseguir el éxtasis es en la consulta de sexología: si se te resiste el clímax, acude sin miedo. “Es importante saber que cuando compramos un juguete no compramos placer, sólo una herramienta –insiste Rosario Castaño–. Y con ella puedes tener un orgasmo que será un día mejor y otro peor. Lo mismo que cuando sales a cenar, la comida te puede sentar bien o mal. La publicidad nos hace creer que podemos comprar placer, pero no es cierto. En realidad nos engañamos a nosotras mismas porque nos gustaría pensar que podemos solucionarlo fácilmente. En el fondo, es como adquirir un perfume pensando que tras ponérnoslo vamos a ser como la modelo que lo anuncia”.

Qué hay de nuevo en el súper erótico
LELO ENIGMA
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Crédito: D.R.

Es la última novedad de Lelo: un doble estimulador ergonómico que activa de forma simultánea el clítoris (tanto la parte que se ve como la que no) y el punto G, mediante ondas sónicas.

Satisfyer Curvy 2+
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Crédito: D.R.

La succión sigue siendo número uno en ventas, pero este nuevo modelo permite alternar succión y vibración, así como diseñar tus propios patrones de estimulación con una app.

Lucas
Platanomelón Lucas
Crédito: D.R.

Su efecto de calor corporal lo ha convertido en uno de los best sellers de Platanomelón: el conejito se calienta hasta los 39ºC, una sensación extra para dar gusto al punto G.

Womanizer Liberty by Lily Allen
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Crédito: D.R.

Lily Allen ha diseñado el estimulador de clítoris perfecto para viajar: ligero y discreto. Viene con una tapa magnética; con dos botones manejas sus seis niveles de intensidad.