Normalmente no soy de las que se fija en las famosas a la hora de vestirme, pero os confieso que si se trata de Kylie Jenner me convierto, automáticamente, en la imitadora de la clase de la peli 'Chicas Malas'. Así que cuando la vi el otro día caminando por Nueva York con unas botas de plástico transparente, me lance a la búsqueda de unas iguales.
No encontré la versión exacta, pero pude probar unos parecidos de la marca 'Love Cuture'.
Mi 'outfit' parecía perfecto. Pero tengo que confesar que todo el glamour que aparecía en mi foto de Instagram era falso. El primer problema, ponérmelas. Mis super botas de plástico no se deslizaban como el zapatito de cristal a Cenicienta, si no más bien todo lo contrario. No había forma de que entraran, así que me tuve que untar los pies en la grasa más grasienta que encontré, para podérmelos calzar.
Una vez puestos, pensé que mis pasos iban a ser los de más glamour de todo Instagram... pero de eso nada. Lo que las fotos impecables de Kylie no decían es que en pocos minutos, las botas futuristas empiezan a generar tal calor en tus pies, que en minutos hay más vaho que en la escena de los coches de 'Titanic'.
El ambiente en el que se empezaron a mover mis pies era más propio de un invernadero, húmedo y calentito, perfecto para plantar unos buenos tomates.
Para poder aguantar con ellos todo el día tuve que hacerle agujeros a los lados de los zapatos, por lo que los destrocé. Al final de la jornada, mis pies parecían más la zona selvática del zoo que cualquier otra cosa.
Al final me sentí fracasada en mi misión de copiar a Kylie Jenner y cuando estaba a punto de quitarme el título de 'imitadora oficial de las Jenner' descubrí que no he sido la única en no llegar a buen puerto con este tipo de calzado, las redes están llenas de mujeres que probaron las botas transparentes de Kylie y que terminaron con los pies para plantar champiñones, como yo.
He pensado tirarlos a la basura, en un momento de debilidad, pero luego pensé: 'Si Kylie puede ir con los pies húmedos, yo también'.
