Cuando la cosa va de tirones, vale la pena preguntarse no solo cuál es la fórmula más eficaz, sino también la menos dolorosa. Como en todo, cada técnica tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Sigue leyendo y apunta en una lista qué aspectos son prioritarios para ti y cuáles no tienen tanta importancia. Al final, chequea las dos columnas y tendrás la solución al dilema de qué sistema de depilación es el que más te conviene.

La cera es todo un clásico, al menos en los centros de estética en España. Y muchas son sus razones… aunque también tiene alguna desventaja:

• Limpia. “Esta técnica permite retirar todo el vello, incluso el que no vemos a simple vista”, señala Sheila Malo, experta en Cejas de Benefit para España.

• Superprecisa. “Consigue pulir y definir el diseño casi al milímetro”, puntualiza la experta.

• Ultrarrápida. Si las 24 horas del día no te dan para hacer todo lo que te gustaría, esta fórmula tiene una ventaja que gana con creces a cualquier otra, y es que apenas requiere cinco minutos.

• Duradera. Al eliminar el pelo de raíz, no solo podrás espaciar más las visitas a la esteticista que si utilizas un método que puede rasurar el vello, sino que, además, va debilitándolo.

• Dolorosa. Es verdad que el tirón dura un momento, pero es innegable que ese momento hace daño (a unas más que a otras…).

• Irritativa. Si eres de las que tiene una piel delicada o fácilmente irritable, piénsatelo, porque puede provocarte rojeces y hasta leves quemaduras. Chequea antes en tu tipo de piel y pide que te hagan una prueba por la parte superior de la ceja, que es donde la piel es más  gruesa.

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Y qué decir de la depilación con hilo, una técnica oriental que va ganando terreno por estos lares. Esta es su carta de presentación:

• Natural. Sin duda, este es el procedimiento menos contaminante y ecológico. Se realiza con un hilo de algodón 100% natural.

• Sin reacciones. A diferencia de la depilación con cera, que no permite hacerse, por ejemplo, si estás usando una crema con retinoides, “esta opción no resulta incompatible con otros tratamientos, ya que no elimina ninguna capa de la epidermis”, afirma Eduardo Lagunas, fundador de Sundara.

• Higiénica. Si te haces tu misma la cera en las cejas (o en cualquier otro sitio de tu cara o de tu cuerpo), posiblemente la reutilizas… y haces muy mal. Con esta otra técnica ancestral el hilo es de usar y tirar.

• Antiarrugas. ¿Y esto qué tiene que ver, te preguntarás? Pues resulta que al no adherirse ningún producto a la piel, no se tira de ella y no provoca la distensión de los tejidos y la flacidez de la piel, según apunta el experto de Sundara.

• Riesgos colaterales. No es totalmente indolora, se siente un pellizco en la piel (pues, en realidad, lo que se hace es enroscar el pelo y tirar de él), y si quien maneja los hilos no es una especialista e insiste en una zona, hasta puede causar un insignificante sangrado.

• Alerta: intrusismo. Esta técnica se ha puesto muy de moda, pero llevarla a la práctica no es nada sencillo, así que más te vale que acudas a un centro de fiar si no quieres llevarte un chasco y que al final lo que te hayan hecho sea cortarte el pelo de las cejas.

En todo caso, si no te convence ni una ni la otra, tómatelo con calma y pelo a pelo. Al fin y al cabo, el uso de la pinza es la mejor opción para las personas con la piel muy sensible, según apuntan los expertos. Pero, aun así, no te lances a la aventura; estudia tu rostro, marca los puntos donde debe comenzar la ceja, donde ha de arquearse y donde tiene que terminar, y no te pases ni un pelo de la hoja de ruta trazada si no quieres arrepentirte más tarde.