Sabemos que después de un largo y frío día de invierno lo que más te apetece al llegar a casa es darte una ducha con el agua calentita. A nosotras también. Sin embargo, ahora los termómetros marcan temperaturas más elevadas y ya no tienes esa excusa. Al principio cuesta, no lo vamos a negar, pero finalmente tu cuerpo te lo agradecerá. Por esto, únete a nosotras y descubre todos los beneficios de una buena ducha con agua fría.

-Mejora la circulación. El agua fría activa la circulación sanguínea y mejora el riego de sangre a las células. Si tienes problemas como pies o piernas cansadas, nada más salir de la ducha los sentirás más ligeros y descansados.

-Piel más saludable. El agua caliente reseca la piel; por el contrario, el agua a bajas temperaturas consigue que quede más fresca y con brillo natural. También te echará una mano a la hora de cerrar los poros y tonificar tus músculos.

-Más energía. Si eres de las que prefieren meterse en la ducha por la mañana, hazlo con agua fría y tras terminar estarás llena de buenas vibraciones y muy despejada. Lista para afrontar un nuevo día con muy buen ánimo. ¡Compruébalo tú misma!

-Sistema inmunológico más fuerte. El agua fría hace que nuestro cuerpo responda estimulando el metabolismo y, por tanto, el sistema inmunológico. Además, la producción de glóbulos blancos aumenta por lo que tendrás más resistencia frente a resfriados o gripe.

-Cabello más bonito. Para empezar, evita siempre aplicar sobre el cuero cabelludo agua muy caliente. Lávate el pelo con agua tibia y finaliza con un enjuague frío. Esto hará que la cutícula se cierre bien y conseguirás un brillo natural.