¿Tu piel es propensa a las imperfecciones? Sabemos que molesta, sobre todo si las tienes en la cara, pero lo primero que tienes que hacer para solucionar este problema dermatológico es distinguir de qué tipo de imperfecciones se trata, porque no es lo mismo tener espinillas, que granos o acné.

Hablamos con dos expertos para que nos aclaren en qué se diferencian cada una de estas imperfecciones, qué las causa y cómo tratar cada uno de estos problemas de la piel para que luzcas una cara sin imperfecciones.

¿Qué es qué: espinillas, granos y acné?

La doctora Constanza Bahillo, miembro de GEDET (Grupo Español Dermatología Estética y Terapeútica) de la AEDV (Academia Española de Dermatología), nos aclara estos conceptos: “Las espinillas o comedones son lesiones retencionales, por acumulación del sebo en los poros. Los granos son lesiones inflamatorias, rojas, en ocasiones con una pústula central. Y el acné es la alteración cutánea que se manifiesta por granos y o espinillas”.

¿Cuál es la causa de cada uno de estos problemas en la piel?

“Son varios los factores que influyen en la aparición de espinillas, granos y acné. Por un lado, el pico hormonal que se produce en la pubertad o las alteraciones hormonales que se manifiestan más tarde dan lugar a un exceso de producción de andrógenos (hormonas masculinas), que son las causantes de este aumento de grasa. El sebo o grasa se acumula en el poro debido a una obstrucción lo que genera espinillas. Si se produce inflamación en los orificios pilosebaceos, entonces aparecen los granos o lesiones inflamatorias del acné”, indica la dermatóloga Bahillo.

El acné aparece sobre todo en la adolescencia, como consecuencia de los cambios hormonales, según afirma esta especialista. “Sin embargo, cada vez es más frecuente el acné que aparece en la edad adulta, sobre todo en mujeres, debido no sólo a alteraciones hormonales, sino a una mayor sensibilidad de la piel a un nivel de andrógenos normal. Además, el estrés también puede aumentar la producción de andrógenos, lo que hace que el acné sea cada vez una patología más frecuente a cualquier edad”, añade.

Y es que no todos los granos ni el acné que aparecen en la cara son iguales. Según puntualiza la doctora Elena Manubens, miembro de GEDET, hay distintas tipologías. “Clásicamente se ha dividido el acné en dos grandes grupos, el acné juvenil y el acné del adulto. En el primero, la obstrucción se produce tanto por un incremento de la secreción de sebo como por un engrosamiento de la piel que hace que la salida de los folículos se obstruya con más facilidad, siendo todos ellos cambios ocasionados por las hormonas sexuales secundarias que se desarrollan en la adolescencia. En el segundo, puede ser ocasionado por dos tipos de problema, por una parte un exceso de hormonas (por estrés, alguna enfermedad o medicamentos) o por tener niveles normales, pero glándulas sebáceas prominentes que fabriquen más grasa. Y por la otra, por un exceso de uso de cosméticos que aporten demasiada grasa o que obstruyan el poro, junto con un déficit de limpieza, también puede ocasionar acné. Luego existen otros tipos de acné mucho menos frecuentes, como el acné farmacológico, el acné neonatal u otros”.

De acuerdo con las expertas, son lesiones que salen por una obstrucción de la salida de las unidades pilosebáceas faciales, ya sea por una acumulación de células muertas y suciedad en la salida del poro o un exceso de producción de sebo que no se puede drenar bien por la salida del folículo. “Un poro que se tapona con un punto negro no podrá eliminar el sebo que se fabrique en la glándula, por lo que este se irá acumulando. Las bacterias que viven en nuestra piel que se alimentan de este sebo, pueden aprovechar que se acumula para crecer más de la cuenta e infectar el poro, haciendo que aparezca un grano. Para que se pueda considerar acné debemos observar tanto puntos negros como lesiones inflamatorias o granos”, señala la dermatóloga Elena Manubens.

¿Cómo deben tratarse granos, espinillas y acné?

Las imperfecciones en la cara nos preocupan especialmente porque resultan muy visibles y no suelen mejorar de forma espontánea. Frecuentemente solemos disimular granos, espinillas y acné con maquillaje, pero es conveniente elegir una fórmula específica para pieles grasas y acneicas para no empeorar las cosas. Dicho esto, lo primero es tratar estos problemas cutáneos. La doctora Constanza Bahillo nos explica cómo hacerlo: “Los comedones se pueden tratar con retinoides o alfa/betahidroxiacidos tópicos. Para las lesiones inflamatorias se añaden antibióticos, bien tópicos u orales. En acnés más avanzados o persistentes podemos utilizar retinoides orales que mejoran todas las formas de acné. Y, en todo caso, una buena limpieza de la piel con productos adecuados también es necesaria”, aconseja.

“Lo más importante es evitar obstruir las salidas de los poros con maquillajes, cremas, etcétera, lo máximo posible y, en caso de no poder evitarlo, asegurarse de que se realiza una correcta higiene tras su uso, idealmente mañana y noche”, aconseja la doctora Manubens, del GEDET.

¿Mito o realidad: el chocolate causa granos?

Hace muchos años que se estudia la relación entre la alimentación y la aparición de granos, espinillas o acné, como recuerdan las especialistas. “Si bien es cierto que hasta la fecha no se ha podido demostrar que algún alimento ocasione por sí solo acné, sí que se ha visto que en determinadas personas puede tener una influencia para agravarlo. Se puede recomendar hacer una dieta baja en grasas y evitar el chocolate y, en caso de ver que mejora el acné, mantener estas pautas”, concluye Manubens.

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Virginia de los Ríos

Virginia de los Ríos es experta en Belleza y Grooming, temas de los que escribe habitualmente en Cosmopolitan: cremas faciales, cosmética corporal, tratamientos capilares, protocolos en cabina, perfumes, nuevos activos… Desde Dior a Chanel, pasando por Loewe, Sephora, Augustinus Bader o Cantabria Labs, sigue al milímetro los lanzamientos de las marcas del sector beauty, desde las más prestigiosas a las firmas nicho o las marcas low cost.

A esta periodista especializada en belleza y tratamientos –y a la que muy pocas cosas le harían renunciar a un pintalabios rojo satinado– le sigue apasionando, después de 15 años escribiendo sobre belleza, colarse en los laboratorios cosméticos para conocer cómo se desarrollan los ingredientes más punteros, destapar el frasco de las nuevas esencias y meter los dedos en los tarros de crema. Antes de que Instagram fuera un embrión, creó la plataforma The New Millesime, con el formato de tablero, para dar a conocer y analizar lo último en cosmética de lujo y lifestyle.

Virginia de los Ríos se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto, posteriormente se diplomó en Edición y Publicación de Libros por la misma universidad y tiene el Máster en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Fue profesora de Lengua y Literatura españolas durante dos años en la Universidad de St. Andrews (Gran Bretaña) y cuenta con una experiencia de más de dos décadas como periodista en distintos medios de comunicación, entre los que destacan algunas de las cabeceras de HEARST, como Elle, Cosmopolitan, Harper’s Bazaar, Men’s Health o Esquire. Además, ha sido redactora jefe de Women’s Health y ha colaborado en numerosos grupos editoriales y publicaciones de relevancia, como Prisa, Unidad Editorial, El Semanal XL, MujerHoy, Yodona, Fuera de Serie, etc.