Cuando hablamos acerca de los puestos de poder, de las claves para superar con éxito una entrevista de trabajo y de las cualidades que tienen por norma las personas emprendedoras, hay una palabra que siempre emerge: la ambición. Sin embargo, cuando se asocia a las mujeres se le achacan aspectos negativos. Por si fuera poco, existe la creencia de que en realidad, somos menos ambiciosas. ¿Es esto cierto o el problema radica en que en nuestro camino hacia el poder nos topamos con más obstáculos? ¿Por qué se sigue estigmatizando la ambición cuando se la relaciona con las mujeres? “Siempre insisto mucho en que la ambición tiene que ver con la determinación y con el poder. Es necesario que queramos tener poder, porque es la única forma de poder cambiar las cosas. La ambición es necesaria y las mujeres la han de introducir en su léxico de su desarrollo personal. Ambicionar es lícito, y sin ambición muchas de las grandes cosas que se han hecho en la historia no habrían pasado a mayores. La ambición no sólo es lícita, sino necesaria, para que haya más posibilidades de alcanzar el poder”, explica Mercedes Wullich, CEO y fundadora de Mujeres & Cía.

Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal, también cree que el estigma negativo que tiene la ambición cuando se vincula a las mujeres es un aspecto enraizado en la sociedad. “La palabra ‘per se’ está estigmatizada porque se la vincula con la competitividad. Lo que trae la mujer es un cambio y una transición de la cultura competitiva, que siempre se ha achacado a la parte más masculina. Hay un cambio de esa cultura a la colaborativa. Si empezamos a usar la palabra ambición vinculándola más a esa cultura colaborativa, que está más asociada con características femeninas, probablemente tendremos la fórmula del éxito ahí. Eso es lo que la mujer trae”, opina.

"Cada vez tenemos más ejemplos, más referentes que dan visibilidad a otras formas de liderar"

Raquel Tarín, ‘People Experience Manager at Criptan’, cree que todavía pensamos en la ambición como conseguir algo a costa de alguien, como una cuota de poder, una carrera de obstáculos. "Es algo que siempre ha estado mal visto, especialmente en las mujeres. Poco a poco le damos la vuelta a esa forma de pensar y vemos la ambición como un desarrollo personal y/o profesional, la consecución de un objetivo, que te invita a crecer y progresar y que obviamente te puede reporta poder, dinero o fama, independientemente de tu sexo. La ambición y el liderazgo femenino ya no es un tabú o algo aislado, cada vez tenemos más ejemplos, más referentes que dan visibilidad a otras formas de liderar, de emprender de seguir avanzando y eso es lo bueno. Tenemos esperanza y aún seguimos mejorando", explica.

ambición mujeres
Klaus Vedfelt//Getty Images
La ambición femenina
"Ambición y poder están ligados"

Basta con echar un vistazo a los libros de autoayuda o a internet para descubrir que hay centenares de personas que ese lucran gracias a cursos, talleres y consejos con los que alcanzar la ambición. La pregunta, por ende, es si la ambición realmente se puede aprender. “Lo primero sería comprender para qué sirve la ambición y qué es lo que ha hecho posible que hombres y mujeres ambicionaran cosas. Al ver los resultados, es más fácil entender por qué es una herramienta, y creo que se puede desarrollar a partir del razonamiento y de los resultados. Hay que erradicar del lugar común esa idea de que la ambición está bien para ellos, pero es errónea cuando se vincula a las mujeres. Ambición y poder están ligados, y te diría que la ambición es un escalón para llegar al poder. Fundamentalmente, el poder sirve para hacer”, explica Wullich.

"Para tener ambición hay que trabajar la seguridad en una misma”

Rosario Sierra, que cree que la ambición tiene que ver con el compromiso con la cultura del aprendizaje continuo, explica que al hablar de puestos de relevancia, aunque el 48% de la fuerza laboral la componen las mujeres, cuanto más nos acercamos a los puestos directivos, nos encontramos con que las mujeres ocupan un porcentaje menor. “La ambición tiene que ver un poco con tus valores y con cuál es la trayectoria profesional que quieres trazar. La cuota de mujeres emprendedoras creció un 49% durante la pandemia, y es algo vinculado a la ambición. También tiene que ver con fomentar la creatividad, con cómo pensar de manera creativa y salir del círculo vicioso en el que está. Para tener ambición hay que trabajar la seguridad en una misma”, señala para explicar que los prejuicios de género y el impacto económico de la pandemia han supuesto un aumento de las "emprendedoras por necesidad", siendo la tasa de emprendimiento de las mujeres superior a la de los hombres. También asegura que las mujeres sí tienen ambición, pero esas ganas se enmascaran por la estigmatización de la que hablamos al comienzo.

ambición mujeres
Shannon Fagan//Getty Images
La ambición es esencial para alcanzar el poder
"Hay que educar para disfrutar al resolver retos y al superarlos"

Al hablar sobre ambición con Elisenda Bou-Balust, Premio Empresa FPdGi 2022 y todo un referente a nivel mundial en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la inteligencia artificial, la ingeniera de telecomunicaciones destaca la diferente forma en la que mujeres y hombres afrontan los retos desde la infancia. “El otro día escuché a alguien que decía que cuando a un niño de pequeño le preguntas sí sabe hacer algo, aunque jamás lo haya hecho, asegura que sí. Si se lo dices a una niña, en cambio, se excusará diciendo que nunca lo ha hecho, que no sabe… Ese cambio dice mucho de la ambición que tenemos, del espíritu de emprender, de hacer cosas y equivocarnos. Todavía hemos de educar a las chicas para que se sientan como ellos, para que vean que los retos son buenos y que hay que tener ilusión por resolverlos. Si a veces te equivocas, no pasa nada. Hay que educar para disfrutar al resolver retos y al superarlos. Se nota esa distancia entre mujeres y hombres, y tendríamos que resolverlo para luego tener más mujeres ambiciosas”, comenta.

"Tenemos la obligación y el compromiso con las nuevas generaciones”

Mercedes Wullich explica que lo primero es saber en qué areas estamos formadas y cuáles son nuestras asignaturas pendientes y necesarias para poder alcanzar nuestros objetivos. “No hay que esperar a que suceda naturalmente, sino que tenemos que hacerlo, porque tenemos la obligación y el compromiso con las nuevas generaciones”, asegura.

La cima de la ambición

Para finalizar, abrimos uno de esos melones que siempre nos gusta abrir en Cosmo: ¿Se puede ser líder sin tener ambición? “Los datos dicen que si una mujer no ha conseguido un puesto de liderazgo en sus diez primeros años profesionales, le será más complicado conseguirlo después. Se promociona casi con la misma probabilidad (tan sólo un 13 % más a los hombres) a ambos géneros, pero a la hora de alcanzar puestos de liderazgo, los hombres tienen un 63 % más de probabilidades que las mujeres”, señala Mercedes Wullich.

"No entendería un liderazgo sin ningún tipo de ambición: sería como tener un coche sin motor"

Raquel Tarín que la pregunta que deberíamos hacernos es hacia dónde dirigimos esa ambición. "La ambición de un líder no es más que el poder y la influencia que ejerce. Hoy mismo y en un futuro, tengo claro que no se permitirá en las organizaciones liderazgos basados en el individualismo del líder. Si tu energía y tu ambición van en pro del equipo y suma a la organización, entonces será un motor, esto algo que tenemos muy claro en Criptan y aplicamos cada día, cada una de las personas que la formamos. No entendería un liderazgo sin ningún tipo de ambición: sería como tener un coche sin motor. Sin embargo, es necesario comprender el liderazgo con una actitud de servicio hacia los equipos y la organización en su conjunto", señala.

Por último, Rosario Sierra cree que si despojamos a la ambición de esa pátina negativa, hay diferentes formas de tenerla. “Creo que es más importante lo que se ambiciona que el hecho de tener ambición, y me parece difícil que un líder no pueda ambicionar algo. Quitando esa pátina negativa a la ambición ligada a las mujeres, nos damos cuenta de que es necesaria, que impulsa, que aporta el camino y sobre todo, contagia”, concluye.