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Blas Cantó está en su época más rebelde. Nos lo cuenta cuando está a punto de empezar su gira ‘El Príncipe’ —que pasará por Barcelona (9 de febrero), Madrid (12 de abril), Murcia (13 de abril) y Valencia (19 de abril)— y con las manos completamente metidas en la masa: actualmente está participando en el reality ‘Bake Off: Famosos al horno’ de TVE.
Pero para alcanzar este punto, que llega ‘‘después de sentir que he estado posando durante mucho tiempo’’, nos tenemos que remontar a su participación en Eurovisión 2020 y 2021. Esto supuso un antes y un después para su carrera, como nos ha contado, porque resulta que, mientras pensábamos que estaba en lo más alto tras representar a España en el certamen, la realidad es que fue uno de sus momentos más bajos: ‘‘Llegó un punto en el que estaba tan cansado que, o me imponía a mí mismo cambiar, o simplemente iba a dejar de estar’’. Su resurgir ha quedado plasmado en su último disco, ‘El Príncipe’, ya asentado en la industria desde el verano pasado y el que ahora expondrá al público.
¿Cómo afrontas las fechas de conciertos que ya tienes confirmadas?
Muy ilusionado y con todo organizado. ‘El Príncipe’ tiene dos caras, al final. Está la más pop y colorida, y luego la más emocional, que es con la que existo. Es verdad que la otra me ayudó mucho a salir de una época muy oscura de mi vida, pero quien representa lo que soy a nivel musical es más ‘El perdedor’, ‘La Cura’, ‘Ceniza’...
¿Este álbum fue una especie de terapia para ti?
Aproveché este álbum para enseñar la dualidad de lo que me estaba pasando, porque al final el arte también se trata de eso. Uno no va con una estrategia, sino con el momento vital en el que se encuentra. Entonces, sí, en un momento dado se sacaron unos singles así como más divertidos, que me ayudaron mucho, pero ahora ya estoy preparado para cantar lo que verdaderamente es mi esencia. No me he focalizado antes en estos temas, a pesar de que estaban en el disco, porque me daba mucho miedo volver a sentirme vulnerable. Nunca me ha solido importar esto, pero es que no las podía cantar. Sentía que eran ‘flashbacks’ de la zona más oscura. Pero ahora que estoy bien, puedo cantarlas sin problema.
¿En qué momento te sientes ahora?
Volviendo un poco a la estabilidad del galán que puede hacer sus dramas, pero pasárselo muy bien sobre el escenario. También un poco rebelde. Siempre lo he sido, porque soy de los que piensan que no me puedo ir de este mundo sin haber probado muchas cosas. Además, estaba cansado de estar posando todo el tiempo.
¿Has llegado a sentir que estabas posando?
Sí. A pesar de que soy muy abierto y he contado mis cosas sin problema, siempre he sido como muy correcto, y he querido quitarme esa imagen del príncipe tradicional. Nadie me ha impuesto ser así, simplemente es cómo he crecido: con una especie de rectitud en el escenario. Es como el San Benito que te cuelgan y te lo acabas creyendo. ¡Pero es que yo no soy serio! Sí cuando tengo que serlo, pero jamás soso, y estaba cansado de que se proyectara esa imagen en mí. Muchos medios me han colocado ahí, a pesar de que eso no soy yo. Así que he probado el extremo y ahora estoy en un centro más tranquilo, sin importarme lo que la gente piense.
Y todo este desarrollo llega a partir de 2020.
Sí. Llegó un punto en el que estaba tan cansado que, o me imponía a mí mismo cambiar, o simplemente iba a dejar de estar. Pero eso son momentos de oscuridad y me cansé de titulares negativos. Estoy centrado en lo positivo.
¿Cómo mantienes los pies sobre el suelo?
El entorno es muy importante. Y con ello no me refiero a mantener el mismo, sino a rodearte de gente que te diga lo que necesitas escuchar y no lo que quieres escuchar. Si no, es fácil que se te vaya la cabeza. En mi caso, he conocido la popularidad en Eurojunior, después con Auryn, ‘Tu cara me suena’ y ‘Eurovisión. ¡Siempre he estado metido en todo el follón!
Esta popularidad te ha convertido también en un referente LGTB+. ¿Cuál es tu manera de defender al colectivo?
Al principio lo hacía más en la sombra, más disimuladamente, porque sentía que nadie tenía que saber con quién me acostaba, con quién me levantaba o a quién le pertenecía mi corazón. Pero, con los años, me he dado cuenta de que yo no tuve referentes para no tener miedo, para expresar quién era, para contar historias sin necesidad de inventármelas... Cuando cantaba un chico a una chica, yo tenía que imaginar que era de otra manera. Ahora tengo referentes y puedo ser, no uno de ellos, pero sí contar una historia con género masculino cantándole a otro género masculino. Eso yo no lo tuve. Entonces, es muy bonito que podamos tener la oportunidad de contar historias, que simplemente son historias. Al igual que yo tuve que adaptar canciones heterosexuales a mi mundo, habrá heterosexuales que escuchen mis temas y tengan que adaptarlas al suyo. La gente ahora va a tener que adaptarse a otras cosas y a que haya de todo sobre la mesa.
¿Te arrepientes de que algunas de tus canciones sí hayan tenido un género con el que no te sientes identificado?
Yo siempre he tratado que mis canciones no tengan género, hasta que en esta etapa de mayor rebeldía ya quise que lo tuvieran. Por ejemplo, mi primer single en solitario, ‘In your bed’, al principio se llamaba como dice el estribillo: ‘Why is my girl in your bed?’. Dentro de mí y de mi honestidad, esa que mucha gente cree que a veces no tuve en algún momento, sentí que lo tenía que cambiar y lo hice. Interpretativamente me gustaba, pero mostrarme en mi primera canción con un ‘¿por qué está mi chica en tu cama’ me parecía muy deshonesto.
‘Él no soy yo’, en su caso, no tiene género.
No, y tiene ya seis o siete años. Es más, ha evolucionado tanto, que me puse a componer desde ahí, porque esa canción no es mía. Es un punto importante a remarcar, ya que me hace mucha gracia los cantantes que no hacen sus canciones y se venden como que sí, algo muy doloroso para los autores. Ese tema me llegó un día y me pidieron que la escuchase. Yo dije: ‘‘Esto no lo canto’’. ¡Te lo juro! Era muy larga, estaba escrita con palabras que yo no estaba acostumbrado a cantar, era en español cuando yo venía cantando en inglés, un estilo nuevo, todo el mundo estaba haciendo urbano en ese momento... Era como ir completamente a contracorriente. Yo pensaba que no nos iban a hacer ni caso y pasó todo lo contrario. Yo no escucho a todo el mundo, solo a la gente que tengo que escuchar, y ese día lo hice, porque después llegó un álbum, Eurovisión, gira, me compré mi casa... Además, es una historia que puede leerse de muchas maneras.
¿Cuál es el siguiente paso para ti?
Estar tranquilo y feliz. Estoy escribiendo un montón de música nueva, indagando por esa cara B del álbum, la más melódica, y disfrutándolo mucho. También siendo consciente de que mi público es más mayor, aspecto que a veces me frustraba porque siempre queremos lo que no tenemos; y orgulloso de lo que uno tiene y de a lo que uno se dedica.
Fotos: Ana Ruíz. Realización: José Lupa. Maquillaje y peluquería: Cynthia de la Vega y Paula Jeniah. Producción: Marta Sánchez. En el vídeo, Blas lleva jersey de Sandro.
Nerea Panicello es experta en música, series y redes sociales. No hay canción pop que no haya pasado por los auriculares que siempre lleva puestos, entrega de premios Grammy o MTV VMA’s que no haya cubierto en directo o festival al que se haya quedado con ganas de ir. Tampoco ficción (serie o película) de Netflix o HBO Max de la que no se obsesione con el reparto y busque todas las teorías de los fans. Ni reel de Instagram o vídeo de TikTok viral que no haya recibido su ‘iike’. Su carpeta de guardados en IG está repleta de ideas para crear contenido.
Su momento favorito de la jornada laboral es cuando se sienta frente al artista o intérprete de turno para someterle a sus preguntas o a unos de los retos en vídeo de COSMOPOLITAN. Ha entrevistado a cantantes como Lola Índigo, Rauw Alejandro, Camilo o la banda Morat. También a actrices como Claudia Jessie (‘Bridgerton’), Kristen Stewart o Maisie Williams. Aunque siempre recordará sus cinco minutos de gloria con los Jonas Brothers.
Nerea se graduó en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos en 2018. Antes de colocarse el birrete, realizó prácticas durante 2017 en la Revista de Ana Rosa Quintana. Lleva formando parte de Cosmopolitan desde 2018. Actualmente está terminando un Máster de Periodismo Digital y Nuevos Perfiles en la Universidad Rey Juan Carlos. En sus ratos libre, recibe clases de lengua musical y batería para seguir mostrando lo que no se ve las canciones.
Acumula seis años de experiencia, en los que ha elaborado temas para sus versiones ’print’, diariamente en digital y ejercido de Community Manager en cuantiosas ocasiones.
