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La revista académica ‘Plastic and Reconstructive Surgery’ llevó a cabo un estudio en el que por primera vez se estudiaba la influencia que los ‘realities’ televisivos tienen sobre los pacientes que recurren a la cirugía estética. Cuatro de cada cinco de los encuestados aseguraban haber visto programas como ‘Extreme Makeover’, en los que los participantes se someten a todo tipo de procedimientos y operaciones para cambiar su aspecto físico. Más de la mitad reconoció que a la hora de acudir a consulta, estos programas habían tenido un papel relevante en la decisión, una señal más de que lo que vemos en televisión (y no sólo en las redes sociales) termina por afectar a la forma en la que valoramos nuestro físico.
En el último capítulo del show de las Kardashian, Khloé Kardashian, habla abiertamente acerca de que quiere operarse los pechos. “Ahora llevo un top de látex con un sujetador, por lo que lucen estupendos, y querría que estuvieran así todo el rato. Quiero un escote más voluminoso, porque cuando llevo bikini, no tengo”, asegura. De hecho, muchos estudios señalan que las Kardashian son las responsables de que tantas personas estén obsesionadas con la cirugía, pero en realidad ellas apenas hablan de las operaciones o los retoques a los que se someten. Sin embargo, cada vez es más común que en los programas de telerrealidad sus protagonistas hablen tan abiertamente de sus operaciones y retoques, que terminan por pasar a ser parte de la narrativa en una clave algo superficial. Kane Lim, en ‘El imperio de la ostentación’, reconoce que el bótox, el ‘microneedling’ (con especial énfasis en Morpheus, el preferido de Kim Kardashian) o los hilos tensores en naríz, mandíbula y mejillas son algunos de los secretos belleza que forman parte de un interminable listado que asegura seguirá creciendo con el paso del tiempo.
Antes de comenzar, Virtudes Ruíz, cirujana y médico estético, y María Vicente, cirujana y médico estético con consultas en Murcia y Loca, quieren diferenciar entre medicina estética y cirugía estética. “La medicina estética se realiza en consulta y con agujas, los resultados siempre son reversibles y nunca pone en peligro grave la vida de las pacientes. La cirugía estética se tiene que realizar por ley (al menos en nuestro país) en un quirófano y con bisturí. Sus resultados nunca son reversibles, y en cualquier intervención quirúrgica se corren riesgos, incluso se puede poner la vida de las pacientes en peligro, como hemos podido comprobar este mismo año, donde han saltado a la prensa algunos casos”, aclaran.
¿Es conveniente tratar los retoques como algo habitual o tenemos que considerar que se trata de cambios que pueden afectar no sólo a la imagen, sino a nuestra mente? El Dr. Richard Fakin no cree que tengamos que tenerles miedo, aunque sí considera que hay que tenerles respeto. “Estamos hablando de una cirugía, por lo que tenemos que informarnos muy bien de las indicaciones, en qué consiste y saberlo todo acerca de las consecuencias y de los resultados que podemos conseguir. Por ello, es muy importante que el paciente elija al cirujano que tiene experiencia en este tipo de cirugía y que todas las dudas se las pregunte. Creo que el miedo se crea cuando un paciente busca en internet toda la información, y ahí existen verdades, pero también otras que no son totalmente correctas y esto crea miedo, algo que no es necesario sentir si acudes a tu cirujano directamente”, explica.
“Los programas de televisión, así como los medios en muchas ocasiones, tienen que ver en la banalización de los tratamientos quirúrgicos, que siempre conllevan un riesgo, por mínimo que sea. Estos programas van dirigidos a gente joven que, además de poca información al respecto, no tiene miedo a nada. Se lo ponen todo muy fácil y bonito, incluso hay personas que venden estos tratamientos porque son famosas a cambio de una comisión o de hacerse el tratamiento gratis. Y todo esto hace que algunos pacientes vean los tratamientos como algo normal, cuando en realidad tienen que conocer los riesgos que conllevan las intervenciones quirúrgicas, especialmente cuando son para mejorar una patología estética o una parte de su rostro o cuerpo con la que no se sienten bien y piensan que todo tiene que salir perfecto. Lo cierto es que puede haber complicaciones o el resultado no quedar como se esperaba. Esto provoca alteraciones mentales y de autoestima en algunos pacientes que, en muchas ocasiones, pueden afectar mucho. Por ello es muy importante y fundamental acudir a un buen profesional que explique con claridad todos los riesgos y las complicaciones que puede haber durante y después de un tratamiento quirúrgico”, señalan Virtudes Ruíz y María Vicente.
Conscientes precisamente de que los cambios obligan a la mente a adaptarse a las nuevas circunstancias, y de que cuando se trata de un cambio físico tras someterse a una operación de cirugía estética es necesario que exista un acompañamiento psicológico que ayude al paciente a entender por qué necesita ese cambio y cómo convivir con él una vez realizada la operación, Clínicas Dorsia, junto a Clínicas Origen, cuenta con ‘Surgery Coach’. Este tratamiento pondrá a disposición del paciente sesiones con un psicólogo que permitirán explorar los miedos o inseguridades que se generan en la espera al día de la operación, así como aprender a gestionar comunicar o no la decisión al círculo cercano y cómo hacerlo. Este procedimiento termina una vez finalice la operación, enfocando una última sesión en conocer el grado de satisfacción final, el estado anímico en ese momento y la manera de convivir de una forma sana con ese nuevo aspecto corporal.
El Dr. Richard Fakin coincide en la importancia de no banalizar los tratamientos, sean mínimamente invasivos o cirugías grandes. “Son tratamientos que necesitan respeto. Lo que queremos conseguir son objetivos realistas. Claramente la imagen no se cambia, pero se optimiza, y esperamos que la mente también, porque por fin la gente no se somete a ello sólo por ser más guapa o atractiva, sino porque quiere sentirse bien consigo mismo y quiere proyectar esta imagen de seguridad, confianza y satisfacción al mundo”.
Aunque los expertos consultados aseguran que cada vez es menos habitual que los pacientes acudan a consulta con imágenes de celebridades a las que quieren parecerse, en 2019, la Fundación de la Salud Mental explicó que el 24 % de los pacientes de entre 18 y 24 años se preocupaba por el aspecto de su cuerpo. Justo entonces salía a la luz un estudio llevado a cabo por BBC Radio 5 Live que dictaminaba que tras haber visto algunos capítulos del programa de citas ‘Love Island’, el 11 % de los encuestados de entre 18 y 34 años se había planteado aumentar el tamaño de sus labios. Las consultas sobre intervenciones y retoques incrementaron las horas siguientes a la emisión de los capítulos.
Un estudio de 2020 de la Sociedad Española de Medicina Estética indica que un 35,9 % de los españoles mayores de 26 años se ha hecho algún retoque. Los expertos consultados sí señalan que las personas más jóvenes son quienes acuden en alguna ocasión a consulta para realizarse el mismo tratamiento o intervención que alguna ‘influencer’ o celebridad ha promocionado en sus redes, y el problema radica precisamente en que esas personas son las que, dada su mayor vulnerabilidad, pueden relacionar un físico o estética determinados con el éxito, y por ello pueden pensar que esos cuerpos o rostros son la llave hacia una vida mejor. Es entonces cuando pueden excederse en las cirugías, que pueden llegar a ser adictivas.
Pero entonces... ¿Es conveniente normalizar los retoques y los tratamientos? “Normalmente las personas adultas que se realizan tratamiento quirúrgico, con un profesional titulado y responsable, en centros u hospitales quirúrgicos autorizados para ello, quedan muy satisfechas y agradecidas con los resultados, y no tienen por qué tener ninguna complicación que no se haya resuelto fácilmente, si es que la ha tenido. Se trata de pacientes que necesitan mejorar su aspecto físico para mejorar su autoestima, y esto sí se consigue. Por ejemplo, las abdominoplastias son muy agradecidas, así como las intervenciones de párpados también y las mamoplastias de aumento o disminución, etc. Todas suelen aportar a los pacientes mucha mejoría en su autoestima y su calidad de vida. Habría que normalizarlos siempre que se acuda a un lugar y un profesional seguro y siempre que los pacientes realmente necesiten ese tipo de intervención bajo el diagnóstico y supervisión del profesional que lo va a realizar”, dicen para finalizar las cirujanas y médico estéticos Virtudes Ruíz y María Vicente.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.
