Los feminismos, la salud mental, el machismo en la vida cotidiana, los 'sugar daddies' al acecho, el efecto de la pornografía en las relaciones personales e, incluso, en la percepción de una misma, el body shaming (esa dolorosa y persistente crítica a los cuerpos no normativos)... Mil adolescentes de la gen Z y la generación Alfa hablan sobre los retos que afrontan en la sociedad actual, de sus intereses y preocupaciones, en el nuevo libro de Lydia Cacho, una reconocida periodista y activista feminista mexicana.

No es la primera vez que la escritora se sumerge en el mundo de las adolescentes. En México, ya hizo una miniserie justo sobre ese tema y decidió "seguir las mismas dinámicas grupales e individuales de entrevistas en las que fueran ellas las que determinaran los temas y discutieran en grupos", según nos cuenta.

La activista se tuvo que exiliar a España amenazada de muerte por publicar en su país 'Los demonios del Edén', libro en el que denunció redes de pedofilia y tráfico sexual de menores en las que participaban empresarios, políticos, jueces y narcotraficantes de México. Su historia la narra la actriz Ester Expósito en la serie feminista ‘Peace Peace Now Now’, de Isabel Coixet, donde, acompañada por la periodista, recrean la investigación que esta realizó.

Una vez aquí, a Cacho le interesaba conocer mejor a las jóvenes españolas. Su libro supone una profunda investigación en sus preocupaciones, miedos, intereses y sueños. Tras escuchar a más de mil niñas de 11 a 18 años, su primera conclusión es "que tienen un discurso feminista muy asimilado e impresionante. En general, son muy críticas y conscientes, aunque se enfrentan a mucha ansiedad para ser consistentes entre lo que piensan y lo que hacen. Se sienten muy presionadas para cumplir las expectativas de la sociedad y las reglas sociales de un país tan conservador como España".

rebeldes y libres, una radiografía de la generación z española
Marco Alar
Lydia Cacho, periodista y activista feminista.

De su investigación surge 'Rebeldes y libres' (ed. La esfera de los libros), una obra con un lema muy claro en portada: 'Si el feminismo no es de todas, no es de ninguna'. "Son bastante críticas sobre la virulencia de algunos grupos feministas y en especial del cisma creado por algunas actitudes soberbias surgidas desde el Ministerio de Igualdad", explica Cacho que señala que "hacer estas entrevistas me ayudó a recuperar la esperanza en tiempos que parecen revueltos entre el movimiento feminista".

’Rebeldes y libres. Si el feminismo no es de todas no es de ninguna’, de Lydia Cacho

’Rebeldes y libres. Si el feminismo no es de todas no es de ninguna’, de Lydia Cacho

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Crédito: Amazon



Los feminismos

Como muchas feministas, Lydia Cacho se reconoce "agotada de tanta virulencia, de la forma en que las dinámicas patriarcales se reproducen en los debates políticos de los feminismos (y de todos los debates): la descalificación, la violencia, la cancelación de las ideas, la imposición de dogma, las mentiras de los y las políticas soberbias, etc.".

Por el contrario, la periodista señala que "las chicas me llevaron de la mano por un mundo en el que el diálogo y el aprendizaje es posible sin intentar destruirse, un diálogo pensando en todas. Me hicieron entender que ellas sí están viviendo el feminismo de una forma más democrática, menos sometido a la política patriarcal y su verticalidad implícita".

«Pienso que, si todas fuésemos feministas, el machismo desaparecería más rápido. No entiendo que aún haya personas que no creen que las chicas tenemos derecho a ser libres, a no tener miedo de la violencia» Martina, 11 años ('Rebeldes y libres').

Con todo, las jóvenes también señalan las dificultades que tienen para declararse feministas entre sus compañeros. El discurso patriarcal de que el feminismo es como el machismo pero de las mujeres, ha calado. Por eso, muchas reconocen preferir callarse.

retos adolescentes
SOPA Images//Getty Images
En ’Rebeldes y libres’ se muestra que las adolescentes españolas están viviendo el feminismo "de una forma más democrática, menos sometido a la política patriarcal y su verticalidad", dice Lydia Cacho.

Pornografía

Además de la falta de igualdad que perciben en la sociedad las adolescentes, y que señalan también en sus progenitores varones, Cacho reconoce que le sorprendió "su crítica severa sobre cómo los padres, en general, están en crisis y son incapaces de ejercer la igualdad real en su paternidad”, algo que las más jóvenes repiten sin parar es la preocupación por cómo el porno afecta a sus vidas y a sus relaciones, tanto amorosas como sexuales.

Un 40% de las entrevistadas considera que la pornografía que ven los chicos les incita al machismo y que es una práctica misógina que fomenta mayor violencia contra las mujeres. Además, un 27% opina que está normalizada entre jóvenes de 11 a 21 años. Tanto, que sienten que deben luchar contra la 'pornificación' cultural. Por eso, un 42% cree que los adultos deberían de tomar medidas. Pero lo cierto es que ven que nadie hace nada porque, probablemente, ni siquiera los 'mayores' saben cómo actuar.

"Es un problema gravísimo cuya víctima principal es la juventud. La producción de pornografía es un negocio multimillonario en el que están involucrados grupos criminales y empresas que blanquean capitales. Desde hace una década hay una tendencia de gran crecimiento de la pornografía infantil y juvenil", apunta Cacho que señala que "es un negocio que abreva de los algoritmos y la mercadotecnia de la vida privada de las personas de todas las edades que navegan en Internet".

La periodista alerta de que "España es uno de los países de Europa que mayor pornografía infantil y juvenil consume, y la pornografía está directamente relacionada con el delito de trata de personas, con la explotación sexual como una 'forma de trabajo' y paralelamente se ha convertido en una adicción que impide que la gente desarrolle una vida erótica saludable. Hay gran cantidad de estudios. científicos que demuestran la gravedad del problema".

«Es que esto del porno me pone enferma, yo salí con una chica de 16 cuando tenía 14 años, y ella me decía que viéramos porno lésbico, que hay unas tías muy guays que lo producen y que es para nosotras. Yo lo vi y te juro que me sentí enferma. Es como si comercializaran nuestra vida sentimental, me pone enferma, de verdad. ¿Qué hice? Pues le puse el vídeo de Billie Eilish de YouTube donde cuenta el daño que le hizo el porno sobre su autoimagen». Pilar, 16 años ('Rebeldes y libres').

Soluciones a la pornocultura

Lo cierto es que, en el libro, las adolescentes dan numerosas propuestas para luchar contra la pornocultura imperante. Como creen que está tan normalizada, que será imposible prohibirla o evitarla, algunas apuntan como idea que se produzca una 'pornografía educativa', que les hable también del amor y de la diversidad, no solo de 'sexo machista'. Otras consideran que hay que luchar por eliminarla, aunque sea difícil. Lo que está claro es que son conscientes del daño que les hace, tanto a ellas mismas como a sus relaciones personales.

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Carol Yepes//Getty Images
Muchas adolescentes españolas son conscientes del daño que les hace la pornocultura, tanto a ellas mismas como a sus relaciones personales.

"Las chicas hablan abiertamente de un tema que a las personas adultas les da miedo y del cual no se hacen responsables. Nunca en la historia habíamos visto tantos testimonios de exactrices y exactores de pornografía denunciando los malos tratos, la extorsión y la violencia en la industria de sexo", apunta la periodista que también recuerda que "como otras expertas, lo advertí en mis libros desde 2005, pero los gobiernos no han querido intervenir en este tema de forma integral".

«Yo pienso: mira, tronco, si tú eres el padre y ves porno y tu hijo lo ve en los buscadores del ordenador o el móvil, ¿cómo vas a decirle que no lo vea? Es así de sencillo. Por eso es un problema de los hombres. Porque a lo mejor las habrá, pero, no sé de ningún chico que diga: ‘Mira, encontré este vídeo porno del whats de mi madre’, y eso sí que lo he escuchado de varios chicos de mi grupo sobre los padres». Lola, 15 años ('Rebeldes y libres').

'Sugar daddies'

También vinculado a la pornografía se ha popularizado el fenómeno de los 'sugar daddies', hombres de edad elevada que quieren salir con chicas jóvenes con aspecto de modelo a cambio de regalos, dinero, lujo... Muchas de las adolescentes entrevistadas admiten tener amigas 'sugar babies' y el libro señala aplicaciones que hay para ponerles en contacto, algo que oculta un nuevo modo de prostitución encubierta 2.0.

"Creo que estamos en un momento vital para hacer frente a este problema, porque la pornografía es la mano derecha de la prostitución juvenil operada por hombres adultos, por eso las niñas hablan tanto del tema de 'sugar daddies' y 'sugar babies'", advierte la escritora, "todas estas formas de mercantilización están interconectadas con una industria que niega los derechos de las mujeres y niñas así como de personas más vulnerables como jóvenes 'trans'". Un mercado que, recuerda, mueve "97.000 millones de dólares, necesita cada vez más consumidores y tiene un gran 'lobby' político en el mundo".

«Esos tíos, que son señores de la edad de nuestros padres o abuelos, quieren hacernos sentir putas a todas, y si una le dice a uno de ellos que ya no quiere más y él está enganchado, pues la amenaza con publicar que se prostituía; es horrible cómo tantas chicas que se dicen feministas están cayendo en estas redes de 'sugar daddies'». Carla, 16 años ('Rebeldes y libres').

'Body Shaming'

También queda claro en 'Rebeldes y libres' que las adolescentes sufren los efectos del 'body shaming' y la gordofobia, la crítica a los cuerpos no normativos, algo que se intensifica en las redes sociales. Por esa causa, muchas reconocen haber tenido trastornos alimentarios o haberlos visto en su entorno. También observan un doble discurso en muchas 'influencers' sobre la autoestima y sus propios cuerpos.

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En ’Rebeldes y libres’, las jóvenes reconocen que la gordofobia y el
“Me parece que el 'body shaming' es bastante ridículo. Hay mucha gente que dice que opina sobre la gordura por la salud de la otra persona y aprovecha esa oportunidad para discriminar a esa persona. Por otra parte, debemos normalizar las palabras que describen los tipos de cuerpos, ya que no tienen nada de malo. Verle algo malo es lo que sería discriminatorio”. Alba, 15 años ('Rebeldes y libres').

Salud mental

En el libro, además, se percibe que la pandemia supuso un tiempo muerto en la evolución de las y los jóvenes españoles. “Algunas estáis enfadadas con la realidad y otras lo habéis aceptado como algo inevitable”, escribe Cacho, que señala que el 91% de las entrevistadas coincide en haber perdido “la seguridad para socializar presencialmente con chicas y chicos”. Ello ha provocado un aumento de trastornos como la ansiedad y la depresión, a las que se suman la incertidumbre y las ganas de aislarse de un mundo en guerra.

Porque, para las jóvenes, al contrario de lo que parece ocurrir con una sociedad anestesiada, sí que está presente lo que ocurre más allá de sus fronteras. Cacho destaca que “su miedo a que la invasión rusa de Ucrania se extienda hasta España es otro tema notable” en las entrevistas del libro. A todos estos factores se suma la exposición permanente en las redes sociales, una conexión continua que afecta a su salud mental.

«Yo no estaba en las redes, veía que todas las chicas estaban obsesionadas con lo último de TikTok o de Insta. Cuando mi madre abrió su Insta me dijo que yo podría abrir el mío. A la semana ya me sentía más deprimida que antes, es como una adicción que no puedes parar de ver y de postear. Mi terapeuta me dijo que intentara dejarlas, y es lo mejor que he hecho en mi vida». Ana, 15 años ('Rebeldes y libres').

Conclusiones

De las opiniones de las jóvenes, a Cacho le ha sorprendido “su claridad y entereza para reconocer que las feministas de las generaciones anteriores les han permitido vivir en libertad y comprobar que “se sienten muy solas y viven con angustia e incertidumbre”, pero lo que le fascinó fue “ver a chicas de diferentes razas y condición social discutir con respeto y aprender de la experiencia diversa. Hablan más que cualquiera de mis colegas sobre la gravedad del racismo y la pobreza infantil en España”.

Por eso, tras hablar con todas ellas, Lydia Cacho concluye que hay muchas cosas importantes que la gente adulta podría aprender de las adolescentes españolas, como “la capacidad de escuchar sin prejuicios y sin levantar la voz, la empatía desmedida hacia las y los otros, la honestidad sobre cómo las redes sociales les han convertido en personas sumamente vanidosas y a la vez de la necesidad de que su gobierno invierta en la salud mental de la juventud”. Ahí queda eso.