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Cuando en una pareja ha habido amor, una ruptura resulta siempre dolorosa; en especial, si la decisión de poner fin no ha sido tuya. Cuando te dejan se abre una herida que, al principio, crees que nunca se cerrará. Tu día a día se convierte en una montaña rusa de emociones que parecen incontrolables: no te quitas de la cabeza a tu ex, analizar las causas de la separación se convierte en una auténtica obsesión y te sientes tan vulnerable y triste como para pensar que nunca más volverás a amar. Esto es así de duro, y alguien tiene que decírtelo. Sin embargo, también es hora de que descubras cómo sobrellevar este duelo sentimental para que tu travesía del desierto dure lo menos posible y salgas de ella fortalecida. Porque, aunque ahora no seas capaz de verlo, te prometemos que lo mejor está por venir…
Lo sentimos: el dolor es inevitable, pero no te enroques en él
Es normal que la angustia y la tristeza acompañen el final de una relación. Ahora bien, como explica la psicóloga Ciara Molina, autora de ‘Si aprieta, no es de tu talla. Aprende a identificar amores insanos y construye relaciones conscientes’ (ed. Oberon), “una cosa es el dolor lógico que produce la ruptura y otra muy distinta es el sufrimiento por no tener control emocional sobre una situación que nos supera y a la que no le vemos salida”. Acabar con ese sufrimiento se logra desde el amor propio: “Dedícate un tiempo consciente para identificar cómo piensas, sientes y actúas. Conecta con tu ser, con esa parte a la que no prestas suficiente atención por estar pendiente de satisfacer las necesidades de otra persona”, afirma.
"Dedícate un tiempo consciente para identificar cómo piensas, sientes y actúas”
Cuando él ocupa toda tu mente, desde que te levantas hasta que te acuestas
Desde que se fue, no dejas de pensar en tu ex. Sacarlo de tu cabeza no es fácil, dice la psicóloga Chiara Compagni, autora de ‘Botiquín de emergencia para corazones rotos’ (ed. Kitsune Books): “No puedes eliminarlo de tu mente en pocos días. Ahora bien, pensar en esa persona no es necesariamente negativo. Por ejemplo, hablar de vuestra relación con amigos y entender qué no ha funcionado puede ayudar a ver la situación con mayor claridad”.
Buscar culpables no es la solución. Y menos si te acusas a ti misma de los fallos
La culpa es nuestra reacción emocional al pensar que somos causantes de algo que no está bien. “Hay que hablar de responsabilidades, no de culpas –advierte Ciara Molina–. Hacerse responsable de un error cometido es el único camino para enmendar la falta a través del perdón. Atribuir el fracaso al otro supone no asumir tu parte, y eso implica quedarte atrapada en un juicio continuo que sólo te llevará a la búsqueda incesante de un castigo. Reconoce tu vulnerabilidad y acepta lo que has vivido”.
No es un santo (y lo sabes). No le mitifiques, recuerda lo peor de él
Tras una ruptura, nuestro cerebro se empeña en recordar las cosas buenas de la relación y de quien ha sido nuestra pareja. Según Chiara Compagni, pueden darse dos situaciones: “En una, nuestro ex era una persona con muchas cualidades y con quien compartimos momentos bonitos; si es así, podemos conservar los recuerdos agradables y estar agradecidos por el tiempo que hemos pasado juntos. Probablemente, a pesar del dolor que sentimos, esa relación nos ha enriquecido. En una segunda situación, quizá la relación no iba bien, pero nos obstinamos en pensar en los (pocos) ratos positivos. Si nos encontramos en esta tesitura, hablar con amigos y familiares puede resultar de ayuda. ¿Cómo nos veían? ¿Realmente éramos felices? Puede que te sorprendas”.
"Tras una ruptura, nuestro cerebro se empeña en recordar las cosas buenas de la relación y de quien ha sido nuestra pareja"
Apóyate en quien te quiere. En tu familia y amigos
En ese ‘up & down’ de emociones, en el que lo mismo lloras que te atrapa la ira o la desesperanza, necesitas consuelo. Tu pareja no está; pero, como escribe Michèle Loetzner en ‘Cómo superar una ruptura’ (ed. Zenith), “seguro que hay mucha gente para la que eres muy importante”. La experta recomienda que hagas una lista con sus nombres: “No significa que debas telefonearlas forzosamente. Pero el simple hecho de saber que esas personas queridas te ayudarían sin hacerte preguntas estúpidas tranquiliza mucho”.
Olvídate de las redes sociales tras la ruptura, en especial de las de él
Te tienta la idea de ver en su Instagram cómo le va, si mantiene tus fotos o si posa feliz con un nuevo amor… Pero ser su ‘follower’ sólo te traerá sufrimiento. “La ausencia de información facilita poner la atención en nosotros mismos y nos ayuda a recolocarnos emocionalmente”, comenta Ciara Molina. “Si la relación ha sido sana, respetar esa no exposición a la información durante el proceso de duelo resulta aconsejable. Si ha sido insana, más importante será mantener el contacto cero, no sólo en ese periodo, sino incluso más allá del mismo”. Te dejamos unos consejos para ‘desengancharte’ del Instagram de tu ex.
"Si ha sido una relación insana, más importante será mantener el contacto cero, no sólo en ese periodo, sino incluso más allá del mismo”
La ira es buena... en su justa medida
“El enojo y la rabia son emociones muy intensas, pero no necesariamente tienen que ser malas”, asegura Ciara Molina. “Tienen una función adaptativa; en este caso, liberar una tensión emocional. Lo que hay que ver es cómo se dirigen”. En efecto, como dice Chiara Compagni, “esta es una etapa que ayuda a tomar distancia. Pero estar enfadados no debe implicar, bajo ningún concepto, el uso de la violencia contra el otro”.
‘It's over’, asúmelo. No te crees falsas esperanzas
Repítelo como un mantra: la relación ha acabado y toca reconstruirte para volver a ser feliz. Si tu ex te llama para ver si se dejó en tu casa el cargador del móvil, no lo interpretes como una señal de que quiere volver. En ‘Cómo superar una ruptura’ (ed. Zenith); Michèle Loetzner lo tiene claro: “Cada gotita de ‘todo se está arreglando’ o de ‘seguro que entra en razón’ es como darle tres pizzas a la esperanza. Primero le permiten recobrar fuerzas; y luego la engordan hasta que termina sitiando todo tu pensamiento y tu acción”. Y no, no vale ser tú la que le escribas.
Sus amigos, ¿son tus amigos? Descubre quién sigue a tu lado tras la ruptura
Si son sólo colegas de tu ex, la psicóloga Ciara Molina no deja lugar a dudas: “Al no exponerte a nada que tenga que ver con tu pareja, se quedarían fuera. Ahora bien, si son también tuyos, no tienes por qué prescindir de ellos. Eso sí, recuerda que no puedes hacer que actúen como quieres cada vez que a ti te duela algo. Tienes que aceptarlos como son y, si llegases a la conclusión de que no compartís valores, lealtades, cariño o comunicación, entonces no podrían ser tus amigos, pero no porque te hayas separado, sino porque no estáis alineados en el modo de ver la vida”.
Recupera tu yo: tú eres la naranja entera
“Tras una separación, nuestra identidad queda deshecha. El nosotros se convierte en un yo cuyos contornos aún no están bien perfilados”, explica Michèle Loetzener en su libro. “Solemos pasar por alto que este proceso de construcción de la propia personalidad es un nuevo nacimiento”, afirma. Así que ya lo sabes, nada de medias naranjas: cambia de peinado, ríe, llora o crea un club de lectura, ¡y sé tú misma!
“Tras una separación, nuestra identidad queda deshecha. El nosotros se convierte en un yo cuyos contornos aún no están bien perfilados”
El sexo podría ayudar a superar una ruptura, ¡pero no con tu ex!
En estos momentos de sensibilidad a flor de piel, de baja autoestima, de miedo e incertidumbre, puedes pensar que una aventura entre sábanas va a resolver el dolor de la ruptura. “Instrumentalizar el sexo para sentirse mejor no sería más que la búsqueda de una satisfacción inmediata –apunta Ciara Molina–. Es cierto que muchos utilizan las relaciones sexuales como medio para expresar sus sentimientos o como resolución de conflictos que nada tienen que ver con el sexo. Sin embargo, mantenido en el tiempo, esto lleva a la pérdida del sentido erótico de una relación, ésta se desvirtúa y llega a producir insatisfacción”. Para Chiara Compagni, tener un lío “puede ayudar a que volvamos a salir a la palestra; pero también puede convertirse en un ‘boomerang’: el vacío se llena unos instantes y, después, se corre el riesgo de sentirse más solos y decepcionados”. Si tienes tentaciones de irte a la cama con tu antigua pareja… ¡olvídalo! Porque, como nos recuerda Compagni, “para retomar las riendas de nuestra vida tenemos que dejar que nuestro ex se quede en el pasado y eso no lo vamos a lograr si te acuestas con él”.
“Tener un lío puede ayudar a que volvamos a salir a la palestra; pero también puede convertirse en un ‘boomerang’”
Sal, diviértete... y no hables todo el rato de él
Encerrarte en casa no va a solucionar nada, únicamente te creará más angustia y tu cabeza se llenará de pensamientos recurrentes (y sombríos). A no ser que un médico te lo diga, no dejes de ir al trabajo: te ayudará a mantener tu atención en algo que no sea tu drama. Haz planes con tus amigos, procurando no acudir a sitios donde sospeches que tu ex puede estar (sé sincera, a veces coincidir con él es para ti una necesidad). Y que vuestra separación no acapare la conversación. Para soltar lastre, plasma todo en un diario. La psiquiatra Anabel González lo recomienda en ‘Lo bueno de tener un mal día’ (ed. Planeta): “Si escribimos sobre ello describiendo nuestras emociones, dedicando al menos 15 minutos, nos sentiremos muchísimo mejor”.
Aprende a vivir sin un adosado... porque sentirse sola no es estar sola
Tu pareja se esfuma y el miedo se apodera de ti: esa casa casi deshabitada se convierte ahora en metáfora de una vida en soledad. Sin embargo, puedes entender ese lugar vacío, como dice Daniela di Segni en ‘Vivir sola se puede’ (ed. Del Nuevo Extremo), “como un abismo en el océano, pero también como el palacio donde por fin hagamos lo que nos dé la gana”. Tú decides lo que prefieres. Además, el estigma de la soltería está desapareciendo.
¿Y cómo les dices a los demás que habéis roto? No des vueltas
No querrías hablarlo con nadie, pero la gente te pregunta por quien aún cree tu pareja y no sabes qué decir… No es preciso convocar una rueda de prensa ni subirlo a las redes. Comunicarlo desde la honestidad, la verdad y la asertividad es lo que recomienda la psicóloga Ciara Molina: “Decir lo que piensas y sientes, sin caer en conductas sumisas ni agresivas. Porque no habremos superado el duelo hasta llegar a la aceptación de lo que hemos vivido. Tomar conciencia nos permitirá afrontarlo. Y eso pasa por hablarlo en voz alta y compartirlo, al menos con nuestros vínculos afectivos de apego seguro”. Recuerda que tú eliges hasta dónde quieres contar. Si alguien traspasa con preguntas tu intimidad, córtale con educación.
