Sí, sabemos que cuando sube la temperatura de lo único que tienes ganas es de poner el aire acondicionado y quedarte hincada en el sofá. Sin embargo, dejar que el espíritu vago se apodere de tu rutina no va a hacer más que calentarte más (y no precisamente en el buen sentido de la palabra). Lo mejor, es buscar alternativas para seguir activa sin sentir que mueres en el intento.

¿Qué hacer cuando el calor acecha? 

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1. Busca la hora perfecta. Si eres una loca del ejercicio al aire libre, madruga y cálzate la zapatilla al amanecer, ya que durante la noche, aunque no hay sol, la temperatura puede seguir siendo muy elevada y sencillamente, es ponerte en peligro. Y no caigas en mitos como que el de que quizá sudes más y por tanto te ayudará a adelgazar. "A partir de cierta temperatura el sudor deja de ser eficaz y nuestro cuerpo se calienta de manera que provoca una fiebre", nos cuenta Ángel.  

2. Utiliza ropa técnica adecuada (y de paso, protección solar). Los pantalones, el sujetador y el top deben ser ligeros y estar diseñados para que transpiren, pero además debes elegirlos con colores claros, para que te ayuden a "evacuar el sudor y la temperatura", señala el coach. Otra de sus recomendaciones, es utilizar gorras si vas a exponerte al sol y mojarla de vez en cuando, ya que la cabeza es donde más riesgo hay de que te afecte el calor. La protección solar no influye en el rendimiento, pero sí es requisito indispensable para no quemarte. 

3. Aprovecha que hay poca gente en el gym. Alguna ventaja tenía que tener que todo el mundo se vaya de vacaciones: las salas de máquinas se vacían. En estas fechas, el monitor del gimnasio te hará más caso, podrás disfrutar más de la elíptica o del instrumento que más te guste, y el baño para la ducha de después será todo tuyo. ¡Un lujo! Y un argumento más para que no dejes de ir al gimnasio, que al final, es de lo que trata este artículo.

4. Hidrátate como debes. Es una de las medidas preventivas que siempre tienes que tener en cuenta, pero en época de calor especialmente. Bebe agua siempre antes y después del ejercicio, y si va a tener una duración de más de media hora, bebe pequeñas cantidades cada diez o quince minutos. Así lo recomienda Ángel, que afirma que "de lo que se trata es de evitar entrar en un proceso de deshidratación, el cual comienza a restarnos rendimiento y pone en peligro nuestra salud". Y una cosa más: como además de líquidos también se pierden minerales y electrolitos, las bebidas isotónicas o el agua con frutos secos se convierten en un buen broche de oro de tu rutina fit.

5. Evita algunas prácticas deportivas y atrévete con nuevas. Se trata de aplicar el sentido común. A no ser que sea al amanecer, el running o el ciclismo mejor, lo puedes dejar para el otoño. Sin embargo, el gym con su aire acondicionado o el ejercicio en sitios frescos de montaña, se convierten en la mejor apuesta veraniega. Y por qué no: es un buen momento para probar el kitesurf en Tarifa, o surf en Somo (Cantabria). Además de encontrar playas destinadas casi exclusivamente a este deporte, podrás disfrutar de un ambiente veraniego de lo más atractivo.

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Amaya Lacarra

Tras una década escribiendo y entrevistando sobre viajes, cultura y gastronomía en distintas revistas femeninas, ahora dirige el equipo digital de Cosmopolitan. A su especialidad del buen comer o del buen hacer en cualquier recoveco del mundo, ahora se suma la gestión de otros campos como la moda, la belleza o las ‘celebrities’. Adicta al chocolate y a su Navarra natal, estudió Humanidades y Comunicación en la Universidad de Deusto, además de cursar un Máster Oficial de Periodismo de Investigación en la Universidad Complutense de Madrid.