Cuando a Claudia Gallardo Torrejón le comunicaron que tenía cáncer de mama “la habitación se volvió muy oscura”. Su cáncer era triple negativo, alrededor del 10% al 15% de todos los tumores de mama y más común en mujeres menores de 40 años. Esta maestra de Educación Primaria, con un máster en Educación para la Justicia Social, tenía 23 años y muchos sueños por cumplir. Claudia cumple hoy 25 años justo el 19 de octubre, el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama. Esta es su historia, en primera persona.

“Hace algo más de un año, durante mis vacaciones de verano, noté un bulto destacable en mi pecho izquierdo. Lo noté de un día para otro y era perceptible a simple vista cuando me tumbaba boca arriba. Enseguida acudí al médico y ahí comenzó la retahíla de pruebas y, al final, el día 18 de agosto de 2020 me diagnosticaron un carcinoma ductal infiltrante; un cáncer de mama triple negativo.

En ese primer diagnóstico no supimos mucho más, pero después de muchas pruebas, pudieron darme un buen pronóstico dentro de la gravedad de la situación. El cáncer estaba únicamente en la mama y, pese a ser una mujer joven y ser un cáncer agresivo, había mucha esperanza. Recuerdo que cuando me dijeron que ‘no tenían buenas noticias’ la habitación se volvió muy oscura. Solo veía a la doctora y escuchaba palabras difíciles tales como: agresivo, quimioterapia intravenosa, preservación de ovocitos por si quería ser madre

"Solo podía pensar en que mi vida, con 23 años y recién graduada, se había detenido. Toda mi ilusión por ejercer de maestra, por independizarme, por vivir, se desvanecía".

Ni mi familia, ni yo estábamos preparados para una noticia así. No contamos con antecedentes previos que pudieran anticiparnos a una noticia de tal calibre. En ese momento, solo podía pensar en que mi vida, con 23 años y recién graduada, se había detenido por completo. Toda mi ilusión por ejercer de maestra, por independizarme, por vivir, se desvanecía. Y, sobre todo, pensaba en la gente que quiero y me quieren, y el dolor tan grande que iba a suponer la noticia. Estaba muerta de miedo, la verdad.

Para mí, el tratamiento fue lo más difícil, sin duda alguna. Las quimioterapias me hacían sentir realmente mal y viví sensaciones muy difíciles que ahora recuerdo con tristeza y miedo. En mi caso, tuve mucha suerte porque funcionó al cien por cien. La ‘quimio’ hizo desaparecer el tumor. Gracias a eso, pudieron hacerme una cirugía conservadora sin afección de ganglios. Y, finalmente, la radioterapia. También tuve mucha suerte con el personal sanitario que me atendió y me cuidó en todo momento. En parte, creo que me ayudaron mucho a seguir adelante.

claudia gallardo torrejón, superviviente del cáncer de mama
D.R.
Claudia Gallardo Torrejón, en su último día de ’quimio’.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha sido otro pilar fundamental en mi proceso. Desde el primer día, la voluntaria de mi hospital me preguntó por mis necesidades y me ofreció los servicios que necesitaba. Me proporcionaron ayuda psicológica, talleres de cuidado personal y autoestima y financiaron parte de mi peluca. Y, cuando estaba con la radioterapia, pude hacer un programa de ejercicio físico que me ayudó a volver a ser una mujer sana y fuerte como era antes de vivir este viaje tan amargo.

"En la Asociación Española Contra el Cáncer me proporcionaron ayuda psicológica, financiaron parte de mi peluca, talleres de cuidado personal y autoestima, y un programa de ejercicio físico que me ayudó a volver a ser una mujer sana y fuerte".

Creo que hacen una labor esencial, puesto que no hay que olvidar que el cáncer conlleva una serie de cuidados que implican un gasto económico y, en ese sentido, la AECC lucha porque nadie se quede sin la oportunidad de tener los mismos accesos. De hecho, este año su lema es ‘El cáncer es igual en todos, pero no para todos’. Por ello, desde aquí me gustaría alabar su gran labor para que todos y todas tengamos las mismas oportunidades al enfrentarnos a una enfermedad que nadie espera.

claudia gallardo torrejón, superviviente del cáncer de mama
D.R.
Claudia Gallardo Torrejón en una imagen reciente con una sonrisa que ilumina hasta la noche más oscura ❤️

Si pudiera hablarle a mi yo más joven, le diría algo así como: ‘Prepárate para el aprendizaje más amargo, pero más valioso de tu vida’. Siempre he considerado que todo lo que vivimos conlleva un aprendizaje. También en esto. Y a las lectoras de COSMO, les diría que estamos acostumbradas a pensar que el cáncer solo se produce en mujeres a partir de determinada edad, o con determinadas características familiares. Sin embargo, como en mi caso, el cáncer puede aparecer con 23 años, sin llamar a tu puerta y queriendo arrasar con toda tu vida.

Por ello, la prevención desde edades jóvenes es fundamental, como la autoexploración. No basta con acordarnos que el mes de octubre es el mes en el que se conmemora el cáncer de mama. Tenemos que vigilar que todo está bien y, si algo nos extraña, acudir inmediatamente al médico. Y, desde luego, intentar llevar una vida lo más saludable posible. Pero, sobre todo, en este período de pandemia, no dejar de acudir al médico si notamos que algo no va bien."