El 25 de mayo de 2020, el mundo asistió indignado al atroz asesinato de George Floyd por un policía de Minneapolis. En pocas horas, el 'hashtag' #BlackLivesMatter se viralizó y, en solidaridad, llenamos de simbólicos recuadros negros nuestras redes sociales. Tenemos claro el racismo ‘made in USA’: allí una persona negra duplica sus posibilidades de ser pobre y de morir a manos de la policía. Pero, y en España, ¿qué?

En nuestro país el historial de discriminación racial es largo y quienes más lo sufren son las personas afrodescendientes, en un 82% de los casos. La identificación policial por perfil étnico se considera un mal endémico, se tolera el racismo y la xenofobia en el mercado del alquiler – 7 de cada 10 inmobiliarias rechazan de forma explícita a migrantes, según Provivienda–, y quienes sufren agresiones racistas no confían en el sistema: el 81% no lo denuncia.

El 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eliminación contra la Discriminación Racial. Hablamos con cuatro mujeres afrodescendientes para analizar el racismo en nuestra sociedad, comprender cómo se estructura y aprender a detectarlo, algo complejo por lo interiorizado y normalizado que lo tenemos (hasta las firmas de moda incluso han tenido algún desliz).

Eternas recién llegadas

"Ya nadie cuestiona si existe el machismo. Pues el racismo, igual. No es el 'Mundo del Revés' de 'Strangers Things'. Existe y está aquí, por todos lados", subraya Lucía-Asué Mbomío Rubio para abrir boca. Columnista en prensa escrita y reportera en el programa ‘Aquí la tierra’ de RTVE , es además autora de la novela ‘Hija del camino’, sobre una chica negra española que crece en el Alcorcón de los años 90. Por cierto, la periodista la está adaptando como serie para Netflix, con un equipo de guionistas, todos afrodescendientes.

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’Hija del camino’, la novela de Lucía-Asué Mbomío Rubio sobre una chica negra en el Alcorcón de los 90 que la autora está adaptando como serie de Netflix.

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“A ratos tengo ataques de pánico, por si no somos capaces de reflejar lo heterogénea que es la comunidad. Ser negra no es solo ser estadounidense o alguien que acaba de llegar del mar, que vale, es una de las realidades, ¿pero qué pasa con el resto?”, cuestiona la escritora, que señala uno de los principales problemas de las personas no blancas en nuestra sociedad: “Somos los eternos recién llegados”.

“Aunque hayas nacido aquí, no se te reconoce como española”, apunta, y recuerda nuestra historia común: “No entiendo que tanta gente haya descubierto que Guinea (Ecuatorial) fue colonia española –y una provincia más–, por Mario Casas en ‘Palmeras en la nieve’”. La periodista se confiesa harta de que se tachen las realidades de discriminación racial como anecdóticas o que se les acuse de tener la ‘piel muy fina’. “Al contrario, somos paquidermas. Nos reímos y estamos bien, aunque los traumas van por dentro”, admite.

Las gafas antirracistas

Mbomío Rubio reconoce que ponerse las gafas antirracistas, como pasa con las gafas moradas, es duro, porque "analizas tus relaciones y ves cómo has tolerado gracias racistas, o incluso participado en ellas, por querer encajar. Que has asimilado que el estándar son las personas blancas y, por eso, piensas por ejemplo que tu nariz es ancha. ¿Ancha según qué?".

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La periodista y escritora Lucía-Asué Mbomío Rubio.

La periodista recuerda que, por eso, de pequeña se sentía ajena al paradigma de belleza, mientras que al crecer la hipersexualizaron. "Y hasta lo celebras, porque pensabas que nunca le ibas a gustar a nadie. El racismo no es únicamente que te pasen cosas malas, también que interiorices que solo mereces determinadas cosas. La sociedad blanca debe deconstruirse, pero tú también. Y duele", afirma.

El dolor al que alude es porque el racismo puede alcanzar a tu esfera más íntima. "Hasta tu familia, que te quiere y te ha defendido a muerte, puede hacer comentarios que convierten tu pelo rizado en un problema", revela.

De turista a migrante

Para Georgina Marcelino, nacida en la República Dominicana, doctora en Publicidad y Relaciones Públicas y artista visual, la llegada a España hace once años fue "bonita", pero “cuando te quedas, te conviertes en migrante y ya no es tan color de rosa. Entonces descubres lo mucho que vas a tener que sobrellevar en materia de racismo y que este te va a afectar todos los días”.

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Georgina Marcelino, artista visual y co-creadora del podcast ’La Güira’.

Junto a la psicóloga Yania Concepción, ha creado 'La Güira', un recomendable 'podcast' afrofeminista,para encontrarnos con otras hermanas negras, que nos sirviera de aprendizaje y reflexión y, no te voy a engañar, para desahogarnos nosotras también”.

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Por el programa pasó la abogada Pastora Filigrana, con quien hablaron “de la satanización de la mujer gitana como perversa y manipuladora, según convenga”, y los prejuicios que persiguen a las mujeres no blancas. “Y sobre cómo se nos sitúa a las mujeres negras como seres sexualmente desbocados y peligrosos, robamaridos. El fin de esas ideas es siempre el mismo: dibujar a la mujer en la 'otredad', como un ser nada ‘limpio’ y justificar con ello la violencia que recibimos”.

Con blancos, no

Si eres blanca y, llegada a este punto, has empezado a decirte a ti misma que no eres racista o a hilvanar excusas que te alejan de comportamientos discriminatorios en plan "tú no eres así", no te preocupes, suele pasar. Tanto, que la escritora británica Reni Eddo-Lodge, harta, escribió un 'post' titulado 'Por qué no hablo con blancos sobre racismo'. En él explicaba que no pensaba volver a debatir con quien negara el racismo estructural.

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Amaal Said
La periodista británica Reni Eddo-Lodge, autora del libro ’Por qué no hablo con blancos sobre racismo’ (Península).

Cuando lo subió, pensó que la iban a hundir a críticas, pero sucedió lo contrario. "Me escribieron muchas personas 'racializadas' para darme la enhorabuena por escribirlo, y también blancas”, cuenta. El 'post' se convirtió en un 'best seller' homónimo y Eddo-Lodge en la primera escritora negra en ocupar el 'top' 1 en las listas de libros de no ficción más vendidos del Reino Unido.

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El libro ’Por qué no hablo con blancos sobre racismo’, de Reni Eddo-Lodge (Península).

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En su libro, Eddo-Lodge explica qué es el racismo estructural, "el sistémico que atraviesa clases, cultura, feminismo y política. No es casualidad que en todo el mundo la gente quiera alisarse el pelo y tener la piel más blanca. Se trata de una dictadura estética global –señala–. Si alguien no quiere verlo, es que está ciego. Pero a los blancos les espanta ser considerados racistas, por eso prefieren cerrarse en banda y negar que existe".

Es racismo, no clasismo

El prológo de la edición española de 'Por qué no hablo con blancos sobre racismo' lo escribe Desirée Bela-Lobedde, activista afrofeminista y antirracista, autora de libros como 'Ser mujer negra en España' o 'Minorías'. "En España la gran mayoría de personas no se considera racista porque nos han enseñado que ser racista es lo mismo que ser mala persona, y nadie quiere sentirse así", reflexiona.

"La moralidad dificulta mucho la comprensión de que el racismo es un sistema que genera una jerarquía y unas desigualdades sociales. Además, se nos ha enseñado, y los medios y la industria cinematográfica han contribuido a ello, que racismo es lo que pasa en Estados Unidos. No hay una comprensión de que el racismo en España tiene otras manifestaciones y está ligado con otras cuestiones", añade.

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El libro ’Ser mujer negra en España, de Desirée Bela-Lobedde Boleche.

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La activista advierte de que frases como 'no es racismo, es clasismo', "es una forma que se tiene, también desde los movimientos de la izquierda, de evitar poner el foco en él, lo invisibiliza directamente y demuestra la poca voluntad que existe de querer tomar acciones en su contra".

Toca decostruirte

Si tienes dudas, que surgen y muchas, para empezar a deconstruirte, respetar la autodesignación es la mejor manera de no equivocarte: toca escuchar más que hablar. “Di conmigo ante el espejo: eres racista. Y yo, también. Partiendo de esa base, podemos trabajar”, dice Lucía- Asué Mbomío Rubio, que sugiere leer y seguir en redes sociales a personas que no sean blancas, a mujeres diversas.

"El racismo no es un problema para quien no lo vive. Si en tu mundo no te relacionas con personas no blancas, quizá sea difícil que entiendas su realidad", explica, y reconoce estar cansada “de tener que ir pertrechada de datos para confirmar que existe”.

Por eso, "es fundamental no minimizar las vivencias de este tipo de personas y hacerte preguntas como ¿con cuántas personas no blancas te relacionas? (Ver a la cantante Nia Correia, en 'Tu cara me suena' no cuenta), dice Mbomío Rubio, que lamenta que a las personas negras rara vez se les pregunta por algo que no sea relacionado con el racismo o la inmigración: “Nos encierran en nuestra piel”.

Aparte, "no hay que quedarse solo con lo anecdótico, con titulares como lo de Conguitos, que está mal, sí, pero no es nuestra mayor preocupación –apunta–. Lo chungo de verdad es que el sistema educativo sea absolutamente blanco, la falta de representación en los medios de comunicación, los CIE (Centros de Internamiento de Emigrantes), las identificaciones por perfil racial...".

Alerta antirracista

También conviene ponerse las pilas con el lenguaje para que sea inclusivo y respetuoso. "¿Sabes que la palabra mulata viene de mula? ¿O que en la España colonial había términos tan bestiales como 'saltoatrás', que es como si yo tuviera hijos con una persona negra, porque se suponía que mejorar la raza era ser más blanco? Esa expresión aún se usa en Latinoamérica", cuenta Mbomío Rubio.

manifestación antirracista en madrid
Marcos del Mazo//Getty Images
Salir a la calle a manifestarte, mirar el mundo con otros ojos, escuchar en vez de hablar tanto, ser consciente del racismo estructural y no dar excusas. Deconstruirse en el racismo es un trabajazo, pero merece la pena y es el único modo de crear un mundo más justo.

Georgina Marcelino apunta que "te debería alertar ver que la otra persona se muestra incómoda o directamente se calla y rechaza el término microrracismo, “por lo mucho que duele y porque son expresiones que escuchamos constantemente. Es agotador”. Además de apostar por la educación, para ella sería clave “limpiar la comunicación de masas de mensajes estereotipados que contribuyen a narrativas misóginas, racistas y xenófobas”.

Por su parte, Desirée Bela-Lobedde recomienda hacer "un paralelismo con el patriarcado y el machismo, sobre lo que hay más educación: vivimos en sociedades patriarcales y misóginas que implican discriminaciones y vulneración de derechos de las mujeres por el mero hecho de serlo, mientras se valora más lo masculino. Pues estas mismas sociedades machistas, también son racistas, y lo que se valora, además de lo masculino, es lo blanco".

La idea es "entender que, igual que teníamos naturalizadas conductas machistas y patriarcales y con el feminismo hemos descubierto que no están bien, con el racismo pasa lo mismo".

mikki kendall
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‘Feminismo de barrio. Lo que olvida el feminismo blanco’, de la Mikki Kendall (Capitán Swing) es un libro que cuestiona el movimiento hegemónico.

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Se nota un creciente interés por formarse que se traduce en la publicación de libros como el cañero ‘Feminismo de barrio’, de Mikki Kendall (Capitán Swing) que cuestiona el movimiento feminista hegemónico, o ‘Ponte en mi piel’, una guía para aprender a no perpetuar discriminaciones de Adriana Boho, la primera 'influencer' negra en España, .

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‘Ponte en mi piel, una guía para combatir el racismo cotidiano’, de Adriana Boho.

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La activista Desirée Bela-Lobedde realiza talleres y cursos para formarse sobre discriminación racial que suelen tener lista de espera. "Hay cierto interés, sí. No obstante, el perfil de quienes se apuntan es bastante concreto: mujeres en más de un 95% de los casos, entre los 25 y los 34 años", explica a la vez que recalca que la mayoría de sus alumnas, aunque tengan diferentes perfiles profesionales, "son conscientes de que las desigualdades existen y que para acabar con el racismo hay que educarse". Algo que, en realidad, nos deberíamos de aplicar toda la sociedad.