Ahorrar siempre viene bien, pero en estos tiempos en los que la inflación está por las nubes es más necesario que nunca. Aunque sufras cada vez que haces la compra o pagas la factura de la luz, ahorrar está a tu alcance. Y es más fácil de lo que piensas. De hecho, puedes hacerlo simplemente cambiando algunos hábitos de consumo en casa, sin necesidad de recortar tus gastos en ocio u otras cosas.

En un contexto de elevada inflación como el actual ahorrar es más urgente y necesario que nunca. Hablamos de una situación que hacía décadas que no se daba, con la inflación de octubre en el 7,3% (moderada respecto a meses anteriores, pero aún muy alta), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y los precios de los alimentos saltándose todas las líneas rojas.

A la hora de ahorrar en este contexto tienes varias opciones. Puedes intentar recortar tus gastos en ocio, en vacaciones o en la compra. Pero, realmente, la posibilidad de ahorrar está más cerca de lo que piensas, porque puedes hacerlo cambiando pequeños hábitos diarios y algunos consumos dentro de tu casa. Toma nota de estos diez consejos y empieza a ahorrar ya mismo.

Cambia tus bombillas

Seguro que no eres consciente de que tus bombillas son las culpables de gran parte de tu consumo de luz. Sé lista y cambia las tradicionales por las LED, que duran hasta veinte años y consumen mucha menos energía. De esta forma, no solamente vas a ahorrar dinero, sino que también vas a contribuir a la sostenibilidad del planeta, algo que no tiene precio.

De igual forma, echa un vistazo a tus electrodomésticos, porque puedes estar utilizando algunos con alto consumo energético y no lo sabes. Revísalos y, si es necesario, cámbialos por otros más eficientes. Y no te pierdas estos 10 trucos para ahorrar en la factura de la luz.

Haz una compra grande

A la hora de hacer la compra, aprovecha para hacer una grande semanal o mensual, que puedes pedir que te llegue a domicilio, mejor que muchas pequeñas. Así evitarás la tentación de coger cosas que realmente no necesitas en cada visita al supermercado casi todos los días y harás la compra con más cabeza, pensando previamente qué necesitas y en cuánta cantidad.

Cocina para varios días y congela

Una forma de ahorrar especialmente útil si vives sola es, de forma similar a lo anterior, aprovechar los días que cocines para preparar comida para varios días. El congelador va a ser tu mejor aliado, así que en lugar de hacer una ración de lentejas haz cuatro y congela tres. Así no solo evitarás el desperdicio de comida, sino que también ahorrarás tiempo y dinero. Y, si te sobra comida, ponte creativa y reutiliza las sobras. Sea lo que sea lo que te ha sobrado seguro que vale para un revuelto de huevos, una ensalada, una lasaña o un plato de pasta.

No compres bolsas de plástico

Este será un pequeño ahorro, pero lo irás notando con el tiempo. Con el objetivo de no gastar tanto plástico y generar mucha basura, hace años que los supermercados, las tiendas y hasta Zara han dejado de dar bolsas gratis. A la larga, te va a salir más económico comprarte un par de buenas bolsas de tela que pagar 15, 20 o 30 céntimos por las clásicas en cada visita a la tienda.

Reutiliza tarros y no gastes en recipientes

Aprende de nuestras abuelas y reutiliza los tarros y otros recipientes que adquieres con las conservas. Así ahorrarás porque, en lugar de comprarte un bote para guardar la pasta o el azúcar, tendrás disponible uno de forma gratuita. Seguramente los que más te van a servir serán los grandes de cristal, donde vienen guardadas las aceitunas, así que si ves que te pueden servir no los tires. Además, los tarros te pueden venir bien para llevar aliños o salsas para las comidas del trabajo, sin arriesgarte a que se salgan del tupper y lo manchen todo.

Apaga las luces y llena la lavadora

Siguiendo con los trucos para ahorrar energía (que significan automáticamente ahorro de dinero), sé todo lo eficiente que puedas con tu consumo en casa. Si no estás en una habitación, apaga la luz. Si no estás usando el ordenador, apágalo. Si te vas de viaje, desenchufa la televisión y el resto de electrodomésticos y aparatos para cortar de raíz el consumo. Y, por supuesto, llena la lavadora y el lavavajillas cuando los vayas a poner, no los enciendas prácticamente vacíos.

Cierra el grifo

Sí, sabemos que ahora que llega el invierno no hay mayor gustito que darte una ducha bien calentita, pero ahí también puedes ahorrar. Intenta cerrar el grifo del agua cuando no lo estés usando, como cuando te enjabonas en la ducha o te estás cepillando los dientes. Con este sencillo hábito, además, ayudarás a hacer un planeta mucho más sostenible. Y, siempre que puedas utilizar agua fría, hazlo en lugar de usar la caliente.

Tira de jerseys y no te pases con la calefacción

Tampoco derroches en calefacción. No se trata de que pases frío en casa, pero ponerte un jersey o echarte una manta cuando estás tirada en el sofá no te cuesta nada y te puede ayudar a ahorrar mucho. Hazte con un buen fondo de armario de invierno para tu casa, con pijamas polares, zapatillas forradas, calcetines y una manta eléctrica, que siempre te vendrá bien.

Revisa tus facturas

Sabemos que es un rollo, pero revisar las tarifas de luz, agua, calefacción y telefonía que tienes contratadas puede ayudarte a ahorrar mucho dinero. Igual tienes un suministro que no está adaptado a tus necesidades de consumo o estás pagando por cosas que realmente no necesitas. Fíjate bien y no tengas miedo a cambiarte de compañía.

Gestionar suscripciones

De la misma forma, revisa si estás utilizando todas las suscripciones que estás pagando. Ya sea de plataformas de 'streaming', de redes sociales, de software… Es posible que estés pagando mucho para lo que realmente usas, así que esta puede ser una buena vía para ahorrar dinero.