El feminismo es un agente más de nuestra sociedad. Podemos encontrar su presencia en cualquier conversación que mantengamos, publicación en redes sociales que veamos o, por supuesto, en cada hecho noticiable que suceda. Ahora bien, conocer de dónde viene este término, cuyo significado no es distinto a la igualdad entre mujeres y hombres, es importante para, no solo entenderlo mejor, sino poder luchar contra las desigualdades que todavía nos encontramos las mujeres cada día. Justo como lo hicieron antes muchas de ellas a lo largo de las cuatro olas en las que se ha estructurado históricamente este movimiento.

La razón por la que estas fases o etapas que explican la trayectoria del movimiento feminista son referidas como olas reside en un artículo del diario ‘New Yorker Times’, publicado en 1968 por Marthe Weinman, donde se las denominó así por primera vez. Además, esta denominación se ciñe perfectamente a los hechos sucedidos en cada una de ellas porque, como indica Nuria Valera en su obra ‘Feminismo para principiantes’, ‘‘el concepto indica que se trata de un movimiento social y político de largo recorrido, conformado por distintos acontecimientos, buena parte de ellos vividos de manera simultánea en distintos lugares del mundo y que tiene su desarrollo según la sociedad en la que nos situemos’’. Incluso, metafóricamente hablando, las olas ‘‘describen el feminismo a la perfección como el movimiento arrollador por la fuerza desatada en torno a la idea de igualdad’’. Pero, ¿cuáles fueron esas olas, en qué fechas se dieron y cuáles fueron sus reivindicaciones?

Casi todos los investigadores y académicos están de acuerdo en que son cuatro las olas en las que se puede dividir el movimiento feminista, siendo la cuarta la que estamos viviendo en la actualidad. Sin embargo, existen diferencias sobre, por ejemplo, qué ciclos de protesta se dieron en la primera o cuándo empezó la cuarta. La cronología que hoy vamos a exponer aquí es la confirmada por el Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad del Gobierno de España, bajo el ensayo ‘Repasando las olas del Feminismo. Una aproximación teórica a la metáfora de las olas’ de Carmen Garrido-Rodríguez.

Las olas del feminismo:

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  • Primera ola del feminismo: El movimiento sufragista de finales del siglo XIX
  • Segunda ola del feminismo: El Nuevo Feminismo de los años 60
  • Tercera ola del feminismo: La heterogeneidad e individualización de los años 90
  • Cuarta ola del feminismo: El movimiento #MeToo de 2017 junto a la manifestación del 8M de 2018 en España

    Primera ola del feminismo: El movimiento sufragista de finales del siglo XIX

    Se entiende como primera ola del feminismo el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, momento en el que se da por primera vez una acción colectiva organizada en defensa de los derechos de las mujeres. Esta se conoce como Movimiento Sufragista y fue un movimiento social de masas centrado en conseguir que a las mujeres se les considerase seres racionales con los mismos derechos que ya tenían los varones. En este momento, el poder votar y el reconocimiento al derecho de la ciudadanía.

    El momento histórico más importante de esta ola es La Declaración de Sentimientos de Seneca Falls, firmada en 1848 en Estados Unidos, donde se exponen soluciones y políticas para mejorar la situación de inferioridad en la que la sociedad colocaba a las mujeres.

    declaration of sentiments, 1848
    Universal History Archive//Getty Images

    En España, no se reconoció el derecho a voto de las mujeres hasta la Constitución de 1931, gracias a la lucha de Clara Campoamor. Después, con la dictadura de Franco, no pudieron volver a votar libremente hasta 1976 con la entrada de la Democracia.

    Segunda ola del feminismo: El Nuevo Feminismo de los años 60

    En los años 60, con el sufragio universal femenino conseguido en la mayoría de países desarrollados de Europa y Estados Unidos, surgen nuevas inquietudes que se engloban en el llamado Nuevo Feminismo. Socialmente, ya se han conseguido ciertos derechos para las mujeres, pero todavía quedan por derruir estereotipos sexistas, conseguir vivir una sexualidad libre, visibilizar la carga doméstica que las mujeres poseían... Para ello, las feministas se manifestaban o debatían los diferentes pensamientos que podrían tener sobre esta nueva identidad que estaba adquiriendo la mujer, lo que llevo a que surgieran diferentes corrientes feministas, que principalmente fueron la liberal, la radical y la socialista.

    Tercera ola del feminismo: La heterogeneidad e individualización de los años 90

    Esta ola, acuñada como la tercera por la escritora estadounidense Rebecca Walker, se inició a principios de los 90 en Estados Unidos como consecuencia directa de la segunda y fue protagonizada por la Generación X (es decir, las mujeres nacidas en los 60 y 70). Era un hecho que el feminismo había desarrollado distintas corrientes con discursos dispares entre las mismas, por lo que se dieron cuenta de que la heterogeneidad e individualización era parte fundamental de la lucha. Al final, no todas las mujeres estaban en la misma situación de desigualdad, por no hablar de sus diferencias de raza, cultura, situación económica, sexualidad... En definitiva, se rompe con la idea de que el movimiento feminista es homogéneo. No hay dos mujeres iguales.

    También surge en este momento el auge del conocido ecofeminismo. A grandes rasgos, esta corriente ideológica establece una relación jerárquica encabezada por la sobreexplotación de la naturaleza y la dominación del patriarcado sobre el medioambiente y la mujer.

    Cuarta ola del feminismo: El movimiento #MeToo de 2017 junto a la manifestación del 8M de 2018 en España

    Y llegamos al presente, con una cuarta ola que se inició, según las teorías más extendidas, en 2017 con el movimiento #MeToo procedente de Estados Unidos y un año después en España, con la multitudinaria manifestación del 8 de marzo.

    international women's day 2018 in madrid
    NurPhoto//Getty Images

    Las tres anteriores olas han ido ampliando el camino aún sin final del movimiento feminista, consiguiendo que este tenga cada vez más adeptos y luchadores en sus filas. Y sobre todo, han ido cubriendo las necesidades de las mujeres en el momento en el que se dieron.

    Pero estas han cambiado en la actualidad, y algunos de los retos a los que se enfrenta este cuarto título de la saga son, por ejemplo, que la sociedad acepte la importancia que tiene la igualdad de género y la necesidad de que a través de políticas públicas y feministas se vaya consiguiendo. También alcanzar la clara y rápida identificación de las situaciones de desigualdad hacia las mujeres dadas por la herencia del patriarcado, que van desde acosos sexuales callejeros, pasando por la brecha salarial y la carga de trabajo doméstico, hasta llegar al lenguaje.

    Como conclusión, una cita del artículo ‘Ser mujer y hacer política’ de la chilena Carmen Ibarlucea: “Lo más atractivo del feminismo es que nace sin líderes, no hay una jerarquía, y se aceptan las críticas de las compañeras y se asumen. Cuando desde el feminismo africano o latinoamericano nos hacen ver a las europeas que hemos acaparado el movimiento poniendo en el centro nuestros problemas de mujeres blancas, comienza un reajuste para ser más plurales, más inclusivas y también más ambiciosas en nuestros sueños”.

    Si quieres aprender más sobre feminismo, sus olas y reivindicaciones, aquí te dejamos una selección de los libros feministas que toda mujer y hombre debería leer.