21 películas para explorar (con inteligencia) la sexualidad femenina

El cineasta surcoreano Park Chan-Wook adapta una novela de Sarah Waters para hablar, sin tapujos, de la sexualidad y el erotismo, poniendo el foco en las mujeres. En una historia de laberintos argumentales, secretos y conspiraciones, la fuerza de la relación sexual y sentimental entre las protagonistas nos hará pensar largo y tendido en los mecanismos del deseo.

Lo que debía ser una película erótica se acabó convirtiendo en un conjunto de confesiones sexuales de un centenar de mujeres. Las danesas Mette Carla Albrechtsen y Lea Glob cambiaron sus planes ante las joyas que contaron las actrices que se presentaron al casting de su película, en la que se pone en palabras las fantasías sexuales femeninas, las relaciones entre el deseo y las emociones, las mil y una preguntas que siempre nos hemos hecho sobre el sexo... Un documental revelador.

La cineasta Leena Yadav nos sumerge en un entorno rural de la India para retratar a cuatro mujeres que, pese a sus diferencias, comparten las restricciones impuestas por el patriarcado. Yadav las retrata como soñadoras y valientes, aunque la fuerza física de los hombres que las rodean y la censura moral de su cultura las arrinconen en la oscuridad de sus hogares. La película nos deja algunas escenas tan atrevidas como necesarias, en las que la tan reprimida sexualidad femenina traspasa la pantalla.

La reciente ópera prima de Marielle Heller, basada en la novela de Phoebe Gloeckner, no dejó indiferente a nadie. Con un fuerte y unánime aplauso por parte de la crítica, y numerosos reconocimientos en los festivales internacionales, esta película consigue superar las barreras del género adolescente y alcanzar un retrato no esterotipado y valiente del despertar sexual.

Aunque esta película dirigida por Judd Apatow acaba teniendo un final muy convencional, dentro de las cómodas fronteras de la comedia romántica, es innegable que el retrato de la vida pre-romántica de la protagonista es muy rompedor. Amy Schumer, que escribe también el guion, interpreta a una mujer sin complejos, que vive su sexualidad a su manera, bajo sus normas, sin caer en las normas tradicionales que habitualmente restringen la libertad femenina. Puede gustar más o menos, pero es un retrato realista y novedoso en el género.

"Esta película es más inteligente, con mejores actuaciones y simplemente más divertida que la mayoría de sus predecesoras en el género de mi-primera-vez", escribió el crítico de The New York Times sobre la ópera prima de la escritora y cineasta Maggie Carey. Y amén a eso: la primera experiencia sexual se retrata en esta película con el maravilloso sentido del humor de Aubrey Plaza y los códigos transgredidos de la rom-com adolescente. Un 'coming-of-age' honesto y divertido.

Esta ambiciosa obra de dos partes del danés Lars Von Trier, no exenta de polémica por sus explícitas imágenes, es en realidad un monográfico interesantísimo sobre la sexualidad femenina. El cineasta no pierde la oportunidad de ser excesivo y llamativo, pero las reflexiones que pueden extraerse de su pirotecnia sexual no deberían perderse.

La cineasta y guionista Eliza Hittman llevó a la pantalla en su ópera prima la historia de una niña de 14 años que vive su despertar sexual. Con poco recorrido comercial, pero aplaudida por la crítica en su paso por festivales internacionales, esta película juega con los límites del amor, el sexo y la obsesión.

Dijeron de ella que era una de las películas más asquerosas del año. Las palabras de la novela de Charlotte Roche se trasladan a la pantalla con un comprometido David Wnendt en la dirección y una delirante Carla Juri como protagonista. De producción alemana, cuenta la historia de una adolescente que se corta al rasurarse sus partes íntimas, y hasta ahí deberíamos leer. La deshinibición sexual de su protagonista es memorable.

Se ha hablado mucho sobre lo gratuito de las escenas sexuales en esta película protagonizada por Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos. Ambas comparten una historia de amor y sexo bajo la dirección de Abdellatif Kechiche, que retrata con inteligencia dos puntos diferentes del crecimiento sexual: la iniciación y la madurez. Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

El francés François Ozon, que también habla de la sexualidad en su nueva película 'El amante doble' (2017), retrató a una joven en pleno 'coming-of-age' sexual. Tras una decepcionante pérdida de la virginidad, Isabelle buscará en la prostitución los secretos ocultos del sexo. La protagonista encarna con brillantez una actitud adolescente entre la hostilidad y la curiosidad, coronando una película que recibió muchos halagos de la crítica.

Sí, esta película podría haber sido mucho más subversiva, feminista y combativa de lo que en realidad es. Sin embargo, la cineasta Tanya Wexler -que no ha vuelto a dirigir nada desde entonces- se sirve de la comedia y el romance para retratar una sociedad puritana que vio el nacimiento del primer vibrador. Y ahí, sea más o menos rebelde, hay un mensaje revelador hacia el mejor entendimiento de la sexualidad femenina.

La primera (y única) película de la noruega Jannicke Systad Jacobsen retrata los deseos e impulsos sexuales de una adolescente cuyo despertar sexual puede considerarse de demasiado precoz. Sin embargo, no hay juicios morales ni enseñanzas, sino una mirada tragicómica a la situación de esta joven.

La ópera prima de la cineasta Dee Rees supuso una sensible y dramática aportación al 'coming-of-age' adolescente en materia de sexualidad femenina. Una chica de 17 años intenta abrirse paso en un ambiente muy represivo, donde sus impulsos no son entendidos ni respetados. Una gran carta de presentación para una directora que tiene mucho que decir.

Con un fuerte mensaje social de fondo, heredero del mejor Ken Loach, esta película dirigida por la británica Andrea Arnold -aplaudida en los últimos años por 'American Honey'- nos presenta a una adolescente llena de miedos, inseguridades y contradicciones. Pero, sobre todo, es una chica que quiere salir de una espiral de infelicidad y sueños frustrados, al tiempo que descubre su sexualidad contemplando al nuevo novio de su madre, interpretado por Michael Fassbender.

El debut en la dirección de la francesa Celine Sciamma, quien unos años después nos regalaría la genial 'Girlhood' (2014), no podría haber sido más acertado. El film cuenta la historia de tres amigas de 15 años, y la atracción que dos de ellas comenzarán a sentir. Las primeras experiencias con la sexualidad, con el deseo, se exponen con una maravillosa sensibilidad, alejándose (años luz) de la prototípica mirada masculina.

Esta película australiana no llegó a pisar (comercialmente hablando) nuestro país, pero en su país natal arrasó con todos los premios habidos y por haber -se llevó 13 premios del Instituo Fílmico Australiano-. Fue el primer largometraje de Cate Shortland, en el que cuenta la historia de una adolescente de 16 años (Abbie Cornish) que huye de un hogar asfixiante para instalarse en un entorno rural, donde no solo se nos muestra su descubrimiento de la sexualidad sino, también, el de Joe (Sam Worthington), que tiene dudas sobre su orientación sexual.

Entre tantos retratos 'indie' de gran sensibilidad y honestidad, sorprende encontrar en esta lista una comedia romántica al uso como esta. Dos cosas: ni os dejéis engañar por su apariencia, ni descartéis siempre a las mujeres protagonistas que pasan de los 40. Parecéis Hollywood. Escrita y dirigida por Nancy Meyers, este film defiende que el deseo sexual no muere, y se antoja como una bofetada a una industria que piensa que, llegadas a cierta edad, no pueden despertar pasiones entre los hombres.

El cineasta taiwanés Tsai Ming-liang llevó a la pantalla una historia mezcla de voyeurismo, 'coming-of-age' y relato erótico. Un adolescente espía a una pareja mientras practican el sexo, descubriendo así algunas cosas que no se aprenden en los libros de texto. La película se llevó el León de Oro del Festival de Venecia.

El director de cine porno Gerard Damiano siempre estuvo fascinado por el orgasmo femenino, y así lo mostró durante toda su filmografía erótica. En un género dominado más que cualquier otro por la mirada masculina y el falocentrismo, la Edad de Oro del porno (en los 70) nos regaló joyas como esta: mezcla de diversión, erotismo y mentalidad 'sex-positive'. Linda Lovelace interpreta aquí a una mujer que, aunque disfruta del sexo, siente que no ha llegado a ese punto máximo de placer que debería. Las razones de ellos serán muy surrealistas, pero la comprensión de la delicadeza y complejidad de la sexualidad femenina está siempre presente.