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Es una mujer especial en todos los aspectos, hasta su nombre, Birtukan Tibebe
–naranja y éxito en etíope– lo es. Se lo noté desde el primer momento que la escuché durante nuestro encuentro para charlar sobre su última película ‘Un hípster en la España vacía’, de estreno en Prime Video. Berta Vázquez es para muchos Bisila, de 'Palmeras en la nieve', o la Rizos de 'Vis a vis', dos de sus mejores personajes. Pero, cuando deja de interpretar, dentro de esa Berta actriz también hay una poeta y pintora, una artista a la que nunca le faltan planes y todos suenan bien.
La última vez que la vimos en pantalla recorría la isla de la serie ‘Bienvenidos a Edén’, un lugar misterioso y paradisíaco, que ahora cambia por el pueblo, casi desértico, en el que transcurre la nueva cinta de Emilio Martínez-Lázaro, que protagoniza junto a Lalo Tenorio. Esta es una comedia ligera, pero que reflexiona sobre asuntos relevantes como la inclusión, el machismo y política.
¿Te has llevado alguna enseñanza de este filme?
Te diría que sí. Creo que me ha enseñado que sólo cuando te ganas de forma real el corazón de las personas o accedes a su humanidad y no las tratas como una cosa es más probable que esté de tu parte, que si anulas su realidad e intentas poner tus ideas por encima o educarla. En definitiva, pienso que el ser humano está mucho más dispuesto a escucharte o a ayudarte si eres capaz de llegar a su corazón.
Hay un momento en la que se habla de la revolución de los cuidados y los afectos. Hace falta más amor y menos odio en nuestra sociedad...
Sí, definitivamente. Igual me voy a algo muy profundo, pero pienso que el ser humano tiene las dos cosas: la parte del amor y la maligna y no sé si somos conscientes de ello. Creo que jugamos en sociedad a ser majos y muy amables y reprimimos toda esa parte oscura dentro de nosotros y, al final, eso sale por otro sitio. No digo que seamos todos unos salvajes, pero si fuésemos un poco más honestos con nosotros mismos y aceptásemos que no somos tan simpáticos como queremos que nos vean los demás. Entonces, habría más amor porque aceptaríamos esa otra parte.
El protagonista llega al pueblo con la idea de poner en marcha una forma nueva de hacer política que choca con sus tradiciones. ¿Crees que eso es factible en el mundo actual?
Es una pregunta bastante compleja, porque da para conversaciones más profundas, pero creo que vivimos en una pequeña farsa en general y que la propia política está corrupta, pero porque el ser humano lo está también un poco. Somos como bebés en muchas cosas y queremos empezar la casa por el tejado. Si la política está mal, hay que hacerla de otra forma, ya, pero es que las bases están mal y los valores están mal enfocados, y todos participamos de eso, porque lo apoyamos y vivimos en un sistema que no hemos analizado profundamente como individuos. El sistema capitalista sabemos de qué va, pero la mayoría no hemos profundizado en lo que significa vivir en este tipo de sistema. Entonces queremos soluciones y nos quejamos un montón, pero las bases de nuestro propio pensamiento y cultura están enfermas y apoyamos todo esto comprando, consumiendo...
Naciste en Ucrania y has estado muy sensibilizada con el conflicto desde que comenzó. ¿Cómo lo vives desde tu piel?
Estoy aquí a salvo, no me está pasando nada malo. Yo no lo estoy viviendo, lo están viviendo otras personas, pero como cualquier ser humano con empatía, me parece tristísimo. Cualquier situación de ese estilo me parece que se nos escapa, precisamente porque estamos en una capa tan superficial todos, que sólo vemos el horror y no sabemos qué hacer y cómo responder, porque nos falta mucha información. Tampoco tenemos mucho conocimiento o acceso a esas fuerzas de poder que dirigen ese tipo de asuntos. Creo que lo importante es cómo se sienten ellos, la gente de Ucrania o Gaza.
Volvamos a la realidad de la película que es más luminosa. Tu personaje, Lourdes, es una luchadora, ¿te identificas con ella?
Sí es luchadora, pero la definiría más como una mujer muy íntegra, terrenal y empática. Con esto sí me puedo sentir identificada.
Una de sus frases es: "Muerte al heteropatriarcado'. ¿Cómo contribuyes a la lucha feminista?
El feminismo tiene muchas vertientes. Hay muchas formas de acercarse y pienso que todas son válidas, aunque también hay una rama más extremista que yo no comparto para nada. La rama social, la de defender la igualdad de derechos, por supuesto, me parece muy importante. Creo que mi forma de ser es feminista, siempre he sido una persona muy independiente y autosuficiente y, para bien o para mal, muy clara en el trabajo. Cuando me he tenido que ir de un sitio, porque he visto algo que no me he gustado, lo he hecho. Creo que hay personas que simplemente por su propio carácter ya son así y hay otras que lo experimentan leyendo libros sobre mujeres que han escrito sobre el tema. Cada mujer tiene su contexto y su forma de defender el feminismo, depende del contexto en el que estés.
Hay un momento en la cinta que se hace mención al físico de la mujer. ¿Cómo llevas estar bajo la lupa en este aspecto?
No me afecta lo que el exterior opine de mí, es algo que tengo muy superado desde niña, pero soy consciente de cómo funciona esta industria y de cómo, culturalmente, estamos construyendo valores muy tóxicos con los que no me identifico. No estoy pendiente de lo que se diga de mí, no me importa, porque mi tiempo y mi energía se lo dedico a cosas que me parecen de verdad vitales o que me estimulan. No es fácil para todo el mundo, pero creo que sí se puede superar y darte cuenta de que cuando la gente opina sobre ti están proyectando sus historias o preocupaciones. Si una persona quiere opinar sobre lo que me pongo, mi peso, lo que sea, esas son sus inquietudes, no las mías. Me da tristeza que pongamos tanta atención o la cultura la ponga en cosas tan banales e inmaduras y que no hablemos de otras que le darían más sentido a nuestra vida.
La película se desarrolla en un pueblo sin cobertura. ¿Podrías vivir sin móvil?
Me encantaría, pero no. Es verdad que cuando estás en una playa o en la naturaleza no te pide el cuerpo estar con el móvil porque estás más presente disfrutando de tanta belleza. Yo uso internet para leer o buscar información sobre cosas que me interesan y tengo mucha adicción a eso, no tanto a las redes sociales.
Eres una chica polifacética. Además de interpretar también escribes y has publicado un poemario. ¿Habrá más?
Me encantaría más adelante porque me gusta mucho escribir y querría hacerlo más adelante, quizás no un poemario, tal vez un ensayo más reflexivo. Ahora no estoy haciéndolo.
Es una afición que te nació en la infancia. ¿Qué sueños tenía la Berta de aquella época?
Cuando eres pequeña no tienes ni idea de lo que te va a pasar. Yo creo que todos podemos decir eso de que nunca me habría imaginado que a día de hoy estaría con esa persona o no, o tendría esa vida, para bien o para mal. Tenía un carácter muy artístico, me gustaba dibujar, hacer punto de cruz y escribir poemas para la gente que tenía cerca. La primera vez que pensé a lo que quería dedicarme, sufrí, porque no obtenía respuesta, tenía seis años, pero supe que el trabajo y la vocación es algo importante. Me gusta trabajar y hacer cosas.
Y pintar. ¿Has pensado en exponer tus obras?
Sí, últimamente, pienso en entrar un poco más en ese mundo. Me encanta, aunque es una práctica a la que tienes que dedicar mucho tiempo.
¿Qué te inspira?
Ver exposiciones constantemente, estoy comprando muchos vídeos de historia del arte y también veo en YouTube canales de arte que lo explican de una forma sencilla. Me inspira mucho Georgia O'Keeffe, una pintora increíble que, tras pasar por Nueva York, se fue sola a Nuevo México y construyó una casa de adobe en medio del desierto. Allí buscaba objetos, como calaveras de animales, piedras o palos para esas obras que me encantan.
También lanzaste un proyecto musical. ¿Tienes algo a la vista en este ámbito?
No, la verdad que por ahora no. Tengo un problema y es que me gustan demasiadas cosas y la música es una carrera compleja. Me di cuenta de que me gusta más producir, porque cantar se siente muy lindo, pero no me apetecía luchar por eso, pues iba a hacerme sufrir más que disfrutar.
Para escenario complicado el de 'Apocalipsis Z', tu próxima película.
Lo chulo de este rodaje es que la película está basada en la única novela que existe en España sobre zombis. Mi personaje es una enfermera que está escondida en un hospital y en un momento de la historia se encuentra con el protagonista que, obviamente, está huyendo e intentando estar a salvo. Estos se encontrarán y pasarán cosas...
También te veremos en 'Pequeño calvario'. ¿Qué nos puedes contar de la trama?
Son micro historias dentro de la película, con diferentes personajes que tienen manías, cosas muy raras y divertidas por lo extrañas que son. Como cuando vas a un funeral y a alguien le da por reírse y está fuera de lugar. Algo así.
¿Tienes alguna manía así?
No me gusta subirme en un ascensor con nadie. El de mi casa es tan pequeño que casi te tocas con los demás y eso es muy agobiante (se ríe).
¿Nos vas a sorprender con algún proyecto más?
Estoy editando un documental que fui a hacer a una residencia artística organizada por una amiga mía. Es curadora y trajo a tres artistas de Francia a una casa increíble en Ibiza y yo fui allí a documentar en vídeo la experiencia. Esperemos que vea la luz pronto.
Marieta Taibó es editora de actualidad y cultura en Cosmopolitan y experta cine y series de televisión desde hace más de una década. Cuando no está escribiendo, la encontrarás delante de la pantalla analizando los últimos estrenos de Netflix, Prime Video, HBO Max, Disney+ y el resto de plataformas en ‘streaming’ para recomendar aquellos títulos interesantes o que lo van a petar. Entre crítica y noticias de ficción televisiva, entrevista a actores. En su grabadora encontrarás charlas de sus entrevistas con Blanca Suárez, Mario Casas, Úrsula Corberó, Ana de Armas, Miguel Ángel Silvestre, Leonardo Sbaraglia, Lily Collins, sí, ‘Emily in Paris’ o Christina Hendricks, la pelirroja de ‘Mad Men’, por citar algunos nombres. Fuera de la pantalla, además, te recomendará los mejores planes de ocio y gastro. En otras etapas profesionales, también ha escrito de moda y belleza. De hecho, es autora del ensayo ‘La cara secreta del negocio de la belleza’, de la editorial Almuzara. Marieta Taibo es Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con el Curso Superior de Marketing y Comunicación de Moda y Lujo de la revista Elle y la Universidad Complutense. Sus primeros pasos como redactora fueron en la sección de economía de La revista de actualidad La Clave hasta que dio el salto a la de sociedad y cultura, su verdadera pasión. Posteriormente, trabajó en El Confidencial, y luego en la revista femenina AR como coordinadora de la agenda cultural y cabeza de la sección de cine. De ahí, dio el salto a las revistas Supertele y TP y en ellas estuvo diez años escribiendo de películas y series, labor que compaginaba como colaboradora de la revista Babylon Magazine haciendo reportajes en profundidad sobre cultura, hasta que llegó a Cosmopolitan hace seis años.
