El yoga siempre está de actualidad. Pasan los años, y por más disciplinas nuevas que llegan a nuestros oídos, nada lo desbanca. ¿No te parece que por algo será? Sin embargo, si a pesar de escuchar maravillas por parte de tus amigos y conocidos, sigue dándote pereza, quizá es que no sabes bien todo lo que te puede aportar.

Cualquiera es el momento ideal en el que apostar por nuevas rutinas. Al mismo tiempo, mucho se habla de ser feliz, pero realmente poco sabemos de cómo incorporar determinadas prácticas a la vida cotidiana. Y esta es una de ellas.

Si decides darle una oportunidad al yoga, te contamos todas las bondades de esta disciplina cuyo nombre viene de "yugo" (unión), y se relaciona con la unión del ser. "Para entender los beneficios del yoga, hay que pensar que es una actividad psicofísica. De lo que se habla muchas veces es de lo típico: que mejora la postura corporal , la espalda, el equilibrio, la fuerza, el sistema inmune, el endocrino... Pero hay otros beneficios importantísimos como que reduce la presión arterial y la frecuencia cardiaca, mejora el sueño o te enseña a conocerte a ti misma", defiende Willy Gómez, docente de Hatha Yoga (significa sol y luna) en la Escuela de Yoga y Meditación Sol y Luna. Los efectos generales se suelen empezar a notar a las dos semanas, y la duración ideal de la práctica es de 75 minutos, una hora para practicar, y quince minutos de relajación y toma en contacto con la realidad.

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Frenar 50.000 pensamientos diarios

Sin embargo, lo más impresionante aún del yoga es su capacidad psicológica, porque hace descender el estrés y la ansiedad. ¿Cómo? Frenando literalmente la cháchara mental. Nuestra mente tiene ni más ni menos que 50.000 pensamientos diarios, una locura. "Enseguida notas cómo se para la efervescencia de la mente, porque equilibra el sistema nervioso. Con el yoga conseguimos defusionar cognitivamente los pensamientos. Cuando entro en mi postura de yoga me doy cuenta de mi. Ahí, la mente va generando pensamientos que van del pasado al futuro, pero cuando entramos en postura somos capaces de conseguir estabilidad y calma mental porque estamos en el presente, y la razón es bien sencilla: el cuerpo solo puede ser experimentado en el momento presente", argumenta Willy Gómez.

La postura transforma los pensamientos

El foco del yoga es la mente y las emociones, que se trabajan a través de las asanas o posturas. Tras una sesión de yoga, la mente está en paz, se libera todo el sistema nervioso, las emociones bloqueadas se liberan a través del sistema fascial y de la respiración. Enseguida se nota cómo el cuerpo está más ligero, ágil y fuerte. Además, la postura influye en la emoción y la fisonomía transforma los pensamientos y las creencias, como dice el gran gurú internacional Tony Robbins.

"El yoga te ayuda a tener una mejor higiene postural, pero también te abre el corazón y todas las áreas somáticas del cuerpo. La consecuencia de todo esto es que al liberar los pensamientos también nos ayuda a liderarlos, lo que nos hace sentirnos más libres y felices, porque la acción es la madre de los resultados; sin ella no hay éxito", explica Rocío Megía, yoga coach que utiliza el método Dimensional.

Estirar es la clave de la salud corporal

Jorge Cabrera, fisioterapeuta del Hotel Castilla Termal Olmedo, insiste en la importancia del estiramiento en el yoga. "Estirar el cuerpo es casi más importante que el ejercicio en sí. el estiramiento fomenta la fuerza, la tenacidad y la resistencia. No aumenta tanto la contractibilidad, pero ese estiramiento y ese control vienen muy bien para la estabilización del tronco y de miembros como los hombros y las caderas", dice el experto.

Cabrera habla de la importancia de la propiocepción que aporta el yoga, que no es más que la conciencia del propio cuerpo. Por ejemplo, hay músculos como el abdominal transverso, de los que tú no eres consciente en la vida real hasta que no los ejercitas con el yoga o el pilates. "Solo si sabes de su existencia y lo sientes lo vas a poder activar, y si alguna vez tienes algún dolor, te será más fácil identificarlo porque ya está activado, ya lo has trabajado. Y cuando tú activas la parte motora, se activa también la parte sensitiva, todo está relacionado", termina Jorge Cabrera.

¿Y en qué más nos sirve el yoga para la vida cotidiana? "Con él se evitan hernias y protusiones, y es súper recomendable para las personas que están todo el día sentadas. Es muy útil para tener más conciencia de uno mismo, de lo que necesitas, y para escuchar al cuerpo, porque todo se somatiza. Si tienes estrés, por ejemplo, se te bloqueará la zona superior del trapecio; si tienes problemas de estómago, las lumbares. Si bebes mucho o sufres del hígado, te dolerá la espalda o las costillas, y a los fumadores, los músculos intercostales...", remata Jorge Cabrera. El músculo es una especie de cremallera; si no lo estiras, poco a poco se va retrayendo y se acaban generando fibrosidades entre sus paredes. Lo siguiente sería terminar por no poder moverlo, lo que te podría desencadenar dolor de huesos, ya que el músculo está directamente conectado con ellos.

El yoga tiene tantos beneficios que incluso se aplica al rostro. Puedes aprender toda la técnica en un centro, pero después practicar en casa, igual que ocurre con la meditación; y es que en realidad el yoga es una meditación en movimiento. Así que si eres de las que se sienten incómodas intentando meditar, el yoga es una buena alternativa.

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Amelia Larrañaga

Periodista especializada en belleza, bienestar y estilo de vida desde hace más de 25 años. Desde que se licenció en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, ha escrito para medios como Elle, Vogue, Woman, Yo Dona, Mujer Hoy, Elle Gourmet o Harper’s Bazaar.  Dentro del mundo de la belleza, es experta en peinados, cortes de pelo y cabello en general (en una alfombra roja, no se le escapa el más discreto de los postizos ni el más escondido de los trucos) y lo sabe todo acerca de color y las últimas tendencias capilares, gracias a que se tituló en Peluquería en la Academia Guallar de San Sebastián mucho antes de estudiar periodismo.  Si no hubiera sido reportera, le hubiera gustado ser antropóloga o socióloga, por eso disfruta como una niña con ensayos que le ayuden a entender mejor al ser humano y su conducta, individual y en masa, o entrevistando a los expertos para sus artículos sobre psicología y tendencias sociales. Probadora profesional de experiencias, es capaz de sumarse a cualquiera de sus valientes retos “30 días sin…” para luego contar cómo es transitar durante un mes fuera de su zona de confort.