Las redes sociales lo han cambiado todo, y también la medicina estética, porque se han convertido en un escaparate (para bien y para mal) y algunos expertos alertan de que puede llevar a banalizar las intervenciones de medicina estética, que van en aumento. De hecho, según el último informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el 50% de la población española se ha realizado algún tratamiento de medicina estética. Y estos procedimientos médico-estéticos han aumentado entre un 14-20% entre los pacientes más jóvenes, los que se encuentran en la franja de los 16 a los 25 años.

Detrás de este incremento, no sólo en el tramo más joven de edad, muchas veces están los comentarios negativos, 'trolls' o abusos (en línea o en persona), de acuerdo con la encuesta MyPower de MaiLi. “Teniendo en cuenta que más del 61% de las mujeres españolas ha recibido alguna vez este tipo de comentarios negativos sobre su aspecto físico, no es de extrañar que muchas se planteen retoques estéticos”.

Pero este no debe de ser un motivo para tener barra libre para lanzarse a temprana edad a la medicina estética o frivolizar con estas intervenciones. Acudir a un tratamiento de este tipo no es lo mismo que ir a hacerte la manicura. Para el cirujano plástico Moisés Martín Anaya hay una proporción de la demanda de estos tratamientos que parte de una premisa equivocada: “Muchas mujeres que los usan quieren que se les note su paso por consulta, lo que muchas veces, advierte, no está consonancia con el fin último de la cirugía y la medicina estéticas, que es la naturalidad”.

La estética en un centro médico tiene su edad máxima, pero también mínima. A los 30 años muy pocos casos justificarían su demanda, y lo mismo ocurre con los rellenos faciales. Aunque no son malos per se, son innecesarios y Martín Anaya cree que lo responsable es decir no a las chicas más jóvenes y, por supuesto, a las menores. “Se trata de evitar que estas pierdan el contacto con la realidad en cuanto a la importancia de la imagen en su vida. Por eso, hay que recordar que en belleza la máxima es obtener el mejor resultado con la invasión mínima”, recalca.

Pero ¿qué buscan los perfiles más jóvenes en la medicina estética? Si bien la armonización de los rasgos sigue siendo la principal preocupación de las pacientes más jóvenes, como sería el aumento y perfilamiento de labios, lo cierto es que la prevención del envejecimiento de la piel se está convirtiendo en uno de los objetivos más importantes de las pacientes por debajo de los 35 años, según señala la doctora Irina Yankina, médico estético de IM CLINIC. “No estamos hablando de corregir las arrugas o las manchas faciales, por ejemplo, sino de prevenir su aparición. A la larga, estos tratamientos preventivos conseguirán mejores resultados que los tratamientos correctores porque lo que estamos haciendo ahora es alargar la juventud, no intentar disimular el paso del tiempo”, puntualiza.

Según la SEME, en la población española, los tratamientos de medicina estética más demandados son el IPL, los rellenos con ácido hialurónico, la mesoterapia, el PRP y el bótox. Pero ¿qué sería razonable que nos hagamos a los 30 años y qué no? Algunos de los médicos más reconocidos nos dan respuesta a esta cuestión.

Qué hacerse a los 30 años

“En la cara a esa edad recomiendo los tratamientos aparte de los necesarios para corregir defectos que tengan cierta relevancia, tales como asimetrías, inestetismos mas o menos marcados o secuelas de traumatismos, otros como la hidratación con ácido hialurónico en los labios o en el rostro, para aportar mayor jugosidad, luminosidad e hidratación”, resume la doctora Conchita Pinilla, experta en cirugía plástica y medicina estética con consulta en Zaragoza.

¿Bótox sí o no? “Respecto a los neuromoduladores para tratar las arrugas, considero que conviene iniciarse a mediados de la treintena y no antes, cuando la contracción excesiva de los músculos faciales comiencen a marcar arrugas estáticas, es decir, en reposo. Aún así, hay que estudiar cada caso y personalizar el tratamiento, pues la genética, el estilo de vida y la radiación solar recibida influyen en la formación de arrugas más o menos tempranas”. La doctora Sofía Ruiz del Cueto señala que este es el tratamiento que más se hace en pacientes entre los 30 y los 40 porque es capaz de tratar las arrugas de expresión a la vez que previenen las arrugas estáticas. “También recomendamos este tratamiento en pequeñas dosis, para ir relajando gestos de enfado, estrés, tristeza, cansancio… Es lo que llamamos medicina estética emocional”, añade.

“Si hay manchitas o necesidad de mejorar la piel, en la treintena la luz pulsada intensa es un buen procedimiento. Y el láser fraxel, para tratar marcas de acné”, comenta Pinilla. Coincide con ella Antonio Carvajal, médico estético director de la clínica homónima en Oviedo: “A los 30 años empiezan a aparecer los primeros signos de la edad y debemos centrarnos en disminuir estos signos y en su prevención. Por lo cual, lo que más aconsejo es el cuidado de la piel con láseres no ablativos tipo IPL, los cuales tratan las pigmentaciones incipientes de la piel o lesiones, como venitas o telangiectacias, que suelen aparecer en las zonas alrededor de la nariz. Además, el paso del láser favorece la producción de colágeno, lo que mejorará la textura, calidad y brillo de la piel”.

La doctora Mar Mira también recomienda a los 30 años mesoterapias con vitaminas y ácidos hialurónicos con capacidad de hidratación. “Son tratamientos para cuidar la piel que aportan nutrientes que ha ido perdiendo con el paso del tiempo y con determinados hábitos (salir, fumar, no dormir lo suficiente, forma de alimentarse, deportes al aire libre…), que influyen en el envejecimiento. Con este tratamiento, lograremos una piel con más luminosidad, hidratación, mejor textura... En definitiva, una piel más bonita”. Eso sí, como apunta la doctora Pinilla, “si nos decantamos por infiltraciones, conviene escoger un ácido hialurónico de calidad”.

Sofía añade un tratamiento de medicina estética más que también resultaría idóneo en la década de los 30: “Los 'peelings' químicos, que producen una renovación epidérmica y un estímulo de la piel”.

Qué no hacerse a los 30 años

La doctora Pinilla remarca que en medicina estética “es preferible no comenzar excesivamente pronto con los rellenos, ya que existe la posibilidad de que desarrollemos a esa edad una huella estética negativa por iniciarnos prematuramente”. Abunda en esta advertencia el doctor Antonio Carvajal añade: “No recomiendo la sobrevoluminización de zonas, como los pómulos o labios, ya que esto puede empeorar el aspecto del rostro con los años, algo que cada vez esta más extendido”.

Igualmente, el doctor Carvajal evitaría el uso de determinados tratamientos médico estéticos 'lifting'. “Para mí el uso de hilos tensores que realicen tracción no están indicados, prefiero realizarlo en paciente mayores en los cuales se evidencie realmente un descolgamiento de los tejidos, porque de otro modo podría alterar la morfología del rostro haciéndolo poco natural”.

Asimismo, la doctora Pinilla señala que a los 30 años aún no utilizaría láser para rejuvenecimiento, ya que es pronto. “Y tampoco empezaría con inductores de colágeno. En realidad, los tratamientos para combatir la flacidez los dejaría para la siguiente década. En torno a los 30 lo mejor es educar y seguir una rutina de belleza adecuada para que se retrasen lo más posible los primeros signos de envejecimiento; es decir, dormir 8 horas, beber mucha agua, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio regular”, concluye.

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Virginia de los Ríos

Virginia de los Ríos es experta en Belleza y Grooming, temas de los que escribe habitualmente en Cosmopolitan: cremas faciales, cosmética corporal, tratamientos capilares, protocolos en cabina, perfumes, nuevos activos… Desde Dior a Chanel, pasando por Loewe, Sephora, Augustinus Bader o Cantabria Labs, sigue al milímetro los lanzamientos de las marcas del sector beauty, desde las más prestigiosas a las firmas nicho o las marcas low cost.

A esta periodista especializada en belleza y tratamientos –y a la que muy pocas cosas le harían renunciar a un pintalabios rojo satinado– le sigue apasionando, después de 15 años escribiendo sobre belleza, colarse en los laboratorios cosméticos para conocer cómo se desarrollan los ingredientes más punteros, destapar el frasco de las nuevas esencias y meter los dedos en los tarros de crema. Antes de que Instagram fuera un embrión, creó la plataforma The New Millesime, con el formato de tablero, para dar a conocer y analizar lo último en cosmética de lujo y lifestyle.

Virginia de los Ríos se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto, posteriormente se diplomó en Edición y Publicación de Libros por la misma universidad y tiene el Máster en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Fue profesora de Lengua y Literatura españolas durante dos años en la Universidad de St. Andrews (Gran Bretaña) y cuenta con una experiencia de más de dos décadas como periodista en distintos medios de comunicación, entre los que destacan algunas de las cabeceras de HEARST, como Elle, Cosmopolitan, Harper’s Bazaar, Men’s Health o Esquire. Además, ha sido redactora jefe de Women’s Health y ha colaborado en numerosos grupos editoriales y publicaciones de relevancia, como Prisa, Unidad Editorial, El Semanal XL, MujerHoy, Yodona, Fuera de Serie, etc.