Sí, has oído bien. Todos sabemos que añadir azúcar y leche al café malo hace que sea un poco más tolerable, pero en realidad hay una forma mucho más efectiva que llenarlo de estos ingredientes: una pizca de sal.

Según Vinepair, el sabor demasiado amargo de algunos cafés se contrarresta con una pizca de sal, lo que reduce el amargor y lo convierte en una bebida mucho más suave y deliciosa.

Ya que he tenido que sufrir algunas terribles tazas de café a lo largo de mi vida (en la oficina, en aviones...), tenía curiosidad por probar la eficacia de este truco. Así que reuní a tres compañeros de trabajo para ponerlo a prueba: para uno de ellos, la sal hacía que el café estuviera aún peor. Para otro de ellos (y para mi), el sabor era prácticamente igual. Pero luego estaba mi jefe: no solo le parecía que la sal hacía que el café malo estuviera mejor, sino que incluso se llevó la taza entera para tomársela porque estaba encantado con la mezcla.

"Me he vuelto un auténtico creyente del truco de la sal", me ha llegado a decir. Conclusión: puede que no convenza a todo el mundo, pero la próxima vez que te pongan delante una taza de café malísima, pruébalo. Quizá descubras tu nueva manera favorita de prepararte el desayuno.

Vía: Delish US