Suena el despertador y, de forma casi intuitiva, miras el móvil. Un gesto al mismo tiempo entendible dado que, en la mayoría de los casos, el propio despertador es dicho dispositivo. Ya con él en nuestra mano nos disponemos a echar un vistazo rápido a las redes y apps de mensajería, simplemente para ver qué nos hemos perdido. Que si una decena de ‘stories’ de Instagram, algún que otro correo del curro que todavía no tienes por qué abrir y tres chats en WhatsApp que te sumergen de lleno en tu rutina. Una rutina que, sin darnos cuenta, está marcada por tu teléfono, dado que no ha pasado ni una hora de tu día y ya llevas, cuando menos, 20 minutos en internet. Al final del día, el tiempo de uso se dispara hasta, en ocasiones, las cinco o seis horas. Inevitablemente, nuestra mente requiere un ‘break’ de redes sociales y desconectar de toda la sobrecarga informativa a la que estamos expuestos de forma constante. Pero, ¿cada cuánto tiempo es recomendable desconectar?

Para aprender a manejar esta nomofobia —el miedo irracional a permanecer durante un intervalo de tiempo sin móvil— acudimos a Gabriela Paoli, psicóloga experta en tecnoadicciones y autora del libro ‘Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología’. Ella nos prepara el terreno para el que parece ser todo un reto social y responde a nuestra pregunta inicial acerca de cada cuánto tiempo hemos de hacer este ‘break’: “Depende del nivel de actividad que realices. Para realizar un correcto detox digital recomiendo, en primer lugar, fijarnos en cuánto tiempo pasamos conectados, para así tener conocimiento y autoconciencia. Más tarde, poner en marcha una serie de estrategias de autocontrol como establecer horarios de conexión y desconexión”. En este punto, nuestro propio ‘smartphone’ nos puede ayudar porque la mayoría de nuestros sistemas operativos ya incluyen la opción ‘tiempo de uso’ que nos avisa cuando hemos excedido un tiempo previamente predeterminado delante de nuestra pantalla. Y concluye:

“En casos límites, sobre todo cuando se abusa de las redes, recomendaría realizar detox digital cada uno o dos meses”.
un móvil del que sale una mano con un cartel en el que pone ‘ayuda’
tommy//Getty Images

Para lograr desconectar de forma correcta, hemos de realizar este proceso de forma gradual, ya que como en otras dietas también podemos sufrir el temido ‘efecto rebote’. “Se llama así porque el regreso a las redes puede volverse excesivo o desmesurado debido a la sensación previa de haberse perdido información, noticias o contactos. Es preferible y más sano una retirada progresiva, consciente y saludable. Para que se produzca esto se requieren cambios de hábitos como evitar caer en automatismos. Hablamos de autocontrol y de entrenarnos en ciertas conductas sanas para mejorar nuestra autoestima y salud mental”, concluye Paoli. Asimismo, nos ayuda a detectar las principales señales que nos indican que necesitamos este ‘break’. Este es el decálogo que has de tener en cuenta.

Señales de que somos unos ‘tecnoadictos’

  1. Consultamos el móvil de forma compulsiva (aún sin recibir notificaciones o mensajes)
  2. Necesitamos tener el móvil en la mano o en el bolsillo, incluso cuando nos vamos a dormir.
  3. Recibimos quejas por parte de la pareja, amigos, familiares.
  4. Descuidamos otras actividades o hobbies que solíamos hacer antes.
  5. Nos sentimos nerviosos o ansiosos si no tenemos cobertura, datos o batería.
  6. Tenemos la sensación de pérdida de control del tiempo.
  7. Falta de descanso o horas de sueño.
  8. Tenemos cambios de humor brusco, cansancio o irritabilidad debido al tiempo de conexión y al contenido al que estamos expuestos.
  9. El móvil interfiere en otras áreas de nuestra vida, tanto en lo laboral, como en la académica o social.
  10. Descuidamos nuestra higiene o alimentación debido a las horas de conexión.

¿Y cómo lo solucionamos?

Paoli tiene la clave para empezar a restar tiempo delante de la pantalla y empezar a sumar experiencias en la vida real. “Una buena salud digital puede crearse y mantenerse mediante la inclusión de hábitos de autocuidado como son la alimentación equilibrada y sana, el ejercicio, el cuidado de nuestro descanso, la gestión del estrés y, por supuesto, la gestión del uso saludable de nuestros dispositivos”, señala la experta. Hay que hacer acto de presencia social —siempre y cuando la situación actual lo permita—, ya que nuestra salud individual está estrechamente ligada a nuestra actividad social.

En cuanto a la excusa recurrente de que todos nuestros amigos están en internet, Paoli es clara: “Otro punto importante es no confundir la aparente sensación de socialización que puede ofrecer el tener 3.000 amigos en redes, ya que los lazos de amistad profundos se crean con vínculos. Se construyen con el tiempo y experiencias, no a golpe de ‘likes”. Y concluye: “De vez en cuando no hacer nada o apagar el ruido mental es muy sano. La ausencia ‘inputs’ nos permite entrar en contacto con nuestra voz interior, el silencio es salud”.