Del Bikram Yoga, lo que te llamará la atención son los números: 40 grados de temperatura, 40% de humedad, 36 asanas de yoga que se repiten dos veces, y 90 minutos de práctica. Así contado, la verdad es que puede imponer y dar miedo o pereza. Nada menos cierto, porque todos los que lo han probado, repiten. ¿El secreto? La energía que da. "Es una práctica muy militar y disciplinada", cuenta Cayetana Ródenas, yogui freelance y directora de su propia empresa.

La razón de los grados y la humedad tiene que ver con replicar las condiciones atmosféricas que se tienen en Calcuta, el país de origen de su creador, quien quería emular el clima que tenía allí. Al viajar a Tokio, a donde lo envió su gurú, se dio cuenta de que el calor le ayudaba a profundizar más en su práctica. "Lo más interesante es la serie de posturas o asanas (son de yoga tradicional) y es una secuencia que siempre se repite, con lo que se trabaja el 100% del cuerpo con una meditación activa de una hora y media con la que también se trabaja la mente". explica Susana Rodrigo, propietaria de Bikram Yoga Castellana.

"El calor está para estirar de manera segura y poder profundizar más en las asanas. No tiene nada que ver con quemar calorías o hacer détox, cualquier deportista calienta antes de practicar", detalla Rodrigo. "Es muy curioso, porque nuestros alumnos llegan con una motivación física: quieren adelgazar, bajar celulitis o ser más elásticos. Pero luego se sienten bien por dentro: sin ansiedad, duermen mejor, no les duele la espalda.., y sobre todo, conectan con su interior. Siempre que vienen personas a preguntar, les digo que hablen con los alumnos", dice Susana.

En el Bikram Yoga se utiliza un espejo que te coloca delante de ti mismo, y se practica así por dos motivos: uno físico, para que alinees tu postura, y otro mental, porque te ayuda a la concentración y el equilibrio. "El Bikram es un viaje hacia tu interior, te encuentras contigo mismo en el espejo, y ahí comienza el trabajo. Hay que enfocar la mirada en el espejo, pero da pudor. Bikram te lleva hacia adentro", remata Susana Rodrigo. Y es que la propia mirada funciona como foco de concentración. "Aunque es hacia afuera, se vierte hacia a ti misma. En sánscrito, esto se llama drishti, que significa foco en tu mirada", añade Cayetana.

Algunos consejos para practicarlo con seguridad (y placer):

Mentalízate

Es importante que seas consciente de algo que puede parecer obvio, pero que es importante: en las salas de Bikram hace calor. Muchísimo. Si has estado en alguna sauna ya te lo puedes imaginar, pero es que en una sala de Bikram, además, tienes que hacer ejercicio. Por eso es importante hacerse bien a la idea para ser capaz de aguantar estoicamente 90 minutos en esas condiciones ambientales.

Así se practica

Se comienza inhalando subiendo los codos, y al soltar, se empujan las costillas mientras se expulsa el aire con la boca abierta. "Ahí se va entrando en calor, y de ahí se pasa al estilo de respiración que se llama ujjayi, cuya traducción literal sería respiración victoriosa. En ella se encuentra el origen de los abdominales hipopresivos, crear un vacío en el estómago (hay que hacerlo sin comer) y haciendo un movimiento con la respiración como si creáramos vaho en un cristal, haciendo ruido con la boca cerrada. Esto te conecta con el sistema nervioso simpático y parasimpático", detalla Cayetana Ródenas.

Procura no salir en toda la clase

Vas a tener tentaciones de hacerlo, pero hay que evitarlo por todos los medios, salvo que no te encuentres bien, para aprovechar al máximo los beneficios de la práctica.

Si te cansas, túmbate

Mucha gente cree que el yoga en general aburre; y no es así, porque cada día tú eres diferente, y el material de la clase eres tú. Pero si notas que tienes demasiado calor o fatiga, túmbate. Es lógico que en las primeras clases necesites hacerlo cada cierto tiempo. No serás la única.

Lleva poca ropa...

A menos prendas, menos calor, lógico. Ni se te ocurra plantarte en la clase con mallas largas de las que usas para correr en invierno. Un pantalón corto y un sujetador deportivo, más que suficiente. Los pies, descalzos, y una toalla.

.... y mucha agua

Puedes llegar a perder dos litros de agua durante la práctica. Hazte con una botella grande y bebe a pequeños sorbos. Y sigue bebiendo después de la clase.

No te fijes en el nivel de los demás

Si piensas que no vas a estar a la altura, tranquila: muchos de los movimientos que se realizan en Bikram tienen diferentes niveles (si eres principiante, llegarás a uno, si eres experto, conseguirás hacer ese paso extra). Pero todos pueden realizarse por cualquiera.

Cuánto practicarlo

Lo ideal son tres veces por semana, pero no hay que obsesionarse. Cada cual, lo que pueda, lo importante es no abandonar. Una de las frases favoritas de los yoguis es: "¿qué prefieres, sufrir 90 minutos o 90 años?".

Y por fin, la relajación

Esta es una de las partes más importantes del Bikram Yoga. Todo el mundo se pone en posición de cadáver (savasana en sánscrito). Se hace boca arriba, con las palmas de las manos hacia arriba y los brazos un poco separados del cuerpo, con una relajación profunda. La relajación es uno de los aspectos más importantes del yoga.

El resultado

Cuando sales de la ducha después de 90 minutos de lo más intenso, seguro que te sientes la reina del universo. Y sobre todo, en paz. Además, puedes practicarlo en casa, y sobre todo, en la playa. Allí es una delicia. Y por lo demás, "namasté"!

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Amanda Peñuelas

Redactora jefe de cosmopolitan.es. Dame un meme y seré feliz.