Son las dos de la madrugada, se me ha dormido la muñeca de tanto deslizar el dedo por el móvil y, a pesar de todo, sigo pegada a la pantalla con la esperanza de que en el siguiente swipe aparezca ese novio que estoy buscando hace... Llevo así cinco años y, de repente, me asalta una duda: ¿será que las apps de citas en el fondo están diseñadas para que no encuentre pareja? Es hora de averiguarlo siguiendo las claves que me dan los expertos.

Lo primero que descubro es que intentar que los desarrolladores de estas aplicaciones revelen los algoritmos que usan para emparejar a dos personas es como pedirle a Coca-Cola que haga pública su fórmula secreta. No va a ocurrir nunca. Según me explica Rhys Maddocks, especializado en tecnología y fundador de la plataforma JobSwipe, una app para buscar trabajo que utiliza el mismo método que las de contactos. "Casi todas emplean una serie de filtros que lo que hacen es que, cuando das me gusta a alguien, asumen que ese es tu ideal. A partir de ahí, te muestran en la parte superior de tu feed otras personas con similares aficiones y estilo. Es lo que se conoce como face-mapping", asegura. Otras te emparejan según la coincidencia de palabras. Por ejemplo, si hablas de que te apasiona viajar o el fitness, te enseñarán gente que haya puesto lo mismo en su perfil.

Entrar en el ‘top’ de las aplicaciones para ligar

"Los más populares aparecerán en los primeros puestos –señala Rhys–. Es la regla del comercio online: los best sellers se ponen en la primera página". Desde Tinder aseguran que "priorizamos a los usuarios que están activos (que son los que aparecen al principio). No queremos hacerte perder el tiempo con personas inactivas». Rhys afirma que «saben a qué horas te metes y si estás utilizando tu cuenta para quedar en la vida real". Por eso a veces te preguntan si ya has conocido a la persona con la que has intercambiado algún mensaje, a lo cual recomienda decir siempre que sí, porque te ayuda a subir de categoría. Tiene sentido que favorezcan a los que más se lo curran porque, cuanto más se usan sus servicios, más ganan (se estima que unos dos billones anuales de euros en el mundo).

Deseo y ‘likes'

Al margen de algoritmos, es innegable que la emoción de tener un match resulta adictiva. Te sientes en las nubes si alguien que mola te da like, pero diez minutos después, quieres más. Y uno nunca es suficiente, deseas muchos matches aunque sólo te interese emparejarte con una persona. Un sinsentido. John McAlaney, psicólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido), cuenta que esta necesidad se rige por el mismo mecanismo que el juego: "Sentirse recompensado es un deseo psicológico básico".

Las aplicaciones para ligar son muy adictivas

Que te presenten una lista con personas guapas ayudará a que te conviertas en una clienta fiel: nuestro cerebro produce dopamina, la hormona de la felicidad, cuando ve rostros atractivos. Por supuesto, las aplicaciones tienen esto en cuenta. Comienzo a ser consciente de que las ganas de ser deseada superan a las de comenzar una relación. Lo admito, dedico más tiempo a swipear que a hablar con mis matches. Los dos billones de swipes al día en el mundo sólo en Tinder demuestran que no soy la única. También me doy cuenta de que en los últimos años he dejado de conocer gente físicamente. Pero ¿quién tiene la culpa: la app o yo? Hay que reconocer que es más práctico y da menos miedo. "Soy lesbiana y es más fácil acercarse a alguien con quien nunca has hablado a través de este sistema porque no siempre tienes claro que a esa persona le gusten las mujeres", me cuenta mi amiga Mandy.

los muñecos amontinados simulan ser candidatos a 'likes' de una 'dating app' y parece que la del vestido morado ha sido elegida… ¡la pinza está apunto de atraparla
Leo Acker
¿Ha encontrado la muñeca del vestido morado pareja en una dating app?

Adiós, autoestima

Mi confianza se ha ido minando y, aunque empiece a salir con un chico, no puedo dejar de pensar que es posible que siga quedando con otras. Puede sonar a paranoia, pero un poco menos de la mitad de los usuarios admite que le resulta difícil comprometerse por el gran número de opciones disponibles. "Las citas de hoy en día socavan la autoestima –cuenta la doctora Zoe Strimpel, experta en Historia y relaciones de género–. Necesitamos, cada vez más, la aprobación de los demás y eso no es bueno a la hora de atraer a la persona adecuada. Se trata de un círculo vicioso, porque te sientes mal contigo misma, vuelves a la app e intentas gustar y sucede lo mismo". Sí, me he sentido ignorada por otros, pero tengo que reconocer que he descartado a gente con la que habría congeniado sólo porque alguien que me parecía más brillante acababa de contactar conmigo. "Estas aplicaciones se aprovechan de una necesidad básica: la de seguir buscando algo mejor. Pero la idea de que dispones de múltiples oportunidades es tan sólo una ilusión", añade Strimpel. Es más, varios estudios han concluido que el uso compulsivo de este tipo de tecnologías provoca que sus usuarios se sientan más solos que antes de empezar a utilizarlas.

El lado positivo de las apps para ligar

Confesémoslo, el confinamiento hubiera sido mucho más solitario, sobre todo para los solteros (el 48% de los españoles, según IPG Mediabrands), si no hubiésemos podido mantenernos conectados. Y hay gente que sí encuentra el amor. Según un estudio, en los últimos cinco años, la tercera parte de las relaciones comenzaron a través de internet y este porcentaje subirá al 50% en 2035. "Pensamos que estas apps lo van a cambiar todo y, en realidad, lo que antes pasaba en una discoteca no es muy diferente a lo que ocurre virtualmente. Antes la gente rechazaba o se liaba con alguien a quien apenas conocía. Y no había nada malo en ello", dice el doctor Nikos Sotirakopoulos. Yo conocí a todos mis novios en el parque, en una cola o en el trabajo y nuestras interacciones tuvieron más carga emocional. Pero echando la vista atrás, no creo que los hubiera elegido si los hubiera conocido a través de una app. Habría estado bien echarle la culpa de mi poca suerte con el amor a esta, pero no creo que pudiera. No es responsable por sí misma de que no haya encontrado novio. Mientras yo siga valorando los matches por encima de las relaciones, permaneceré enganchada y seguiré probando.