¿Los propósitos se acumulan en tu 'wish list'? Anota uno más porque este año, sí o sí, te toca ser feliz. "Este aprendizaje tiene que ver con la forma en la que nos contamos la vida, con mirar a la realidad tal y como es, con ser agradecidos y tener propósitos", explica la psicóloga Arantza Pérez Mijares, experta en ansiedad, depresión, estrés y sexualidad. "La felicidad humana no se logra con golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días", decía Benjamín Franklin hace nada menos que tres siglos. Es el momento de aparcar los mitos y lograr el bienestar que deseas. Pero esto implica trabajar. Seguridad, autonomía, libertad, autocuidados, placer, autoconocimiento, tolerancia a la frustración… Para la psicóloga sanitaria Ángeles Hernández Pachón, fundadora de la Sociedad de Psicología para la Investigación en Género y Atención a la Salud (SPIGAS), estas y otras muchas son las asignaturas que tendríamos si la felicidad fuera un grado universitario. "Este concepto responde sobre todo a la vivencia personal, que tiene más que ver con la propia escala de valores que con las circunstancias externas", explica Pérez Mijares. Esto no significa que seas ajena al dolor o la tristeza o que tengas siempre una sonrisa en tu boca. Simplemente implica que ser 'happy' no es incompatible con los malos momentos. ¿Lista para matricularte?

No hay excusas

Ni pandemia ni crisis. Nada impide que busquemos la felicidad. "Hay que dejar de negar las realidades que no nos gustan porque esto nos va a impedir o bien cambiarlas o bien encontrar mecanismos de adaptación. Las circunstancias nos condicionan, pero la actitud ante las mismas es una elección que cada persona tiene en su mano". La primera lección, por tanto, es no refugiarse en dramatismos ni términos absolutos o acientíficos. Hernández Pachón habla de "aceptar la situación pero sin caer en el positivismo tóxico de negar las emociones que nos provocan malestar. Porque cada una constituye una respuesta para sobrevivir a situaciones concretas. A veces, nos rendiremos ante ellas; otras, las evitaremos o intentaremos ir en contra, y en la mayoría de los casos, encontraremos soluciones: cambiaremos lo que podamos y aceptaremos lo que no".

Asumir el ciclo vital para ser feliz

Las dos expertas coinciden en que los acontecimientos vitales tienen menos impacto del que pensamos. "Felicidad significa asumir el ciclo vital, con las alegría y tristezas pasajeras que incluye. Todos conocemos a personas que han superado grandes traumas y, sin embargo, se reconocen muy felices. Quizás, ahí esté la clave". Pérez Mijares, por ejemplo, mira el recorrido de los meses de confinamiento con optimismo: "Esta época ha sido muy dura, pero la gente ha demostrado tener una enorme capacidad de resiliencia, es decir, de adaptación. Nos hemos acercado a los nuestros, hemos hecho videollamadas con amigos de toda la vida, hemos leído, practicado deporte, hemos horneado pan… Es decir, hemos aprendido que sí somos capaces de mantener un cierto estado de bienestar, a pesar de estos momentos tan difíciles. Ahora no podemos perder la perspectiva. Lo que llevamos andado es mucho más que lo que nos falta. Y todos hemos encontrado los recursos".

en la foto, dos jóvenes se divierten y aprenden a ser felices pese a la adversidad de un día de nieve
MARTIN RUSCH
Dos chicas felices un día de ventisca.

¿Hablamos de amor?

Si has tenido algún desengaño o te han dejado y, al comerte la última uva, brindaste por el amor, hiciste muy bien. "Tendemos a pensar que el que se ha alejado era el único que podía hacernos felices, pero no es así. Sólo hay una persona responsable de nuestra felicidad y somos nosotros mismos, no nuestro trabajo ni nuestra pareja ni nuestros amigos". La psicóloga cree que tenemos que aprender a mirarnos de otra forma. "Esa idea de que el amor es dolor no es real. Ante un desengaño, lo que queda es celebrar los buenos momentos, aceptar las nuevas circunstancias, no alimentar rencores y querernos mucho".

Vida social plena

"El factor que mejor va a predecir tu índice de felicidad es sentirte querida y contar con una vida social plena que satisfaga tus necesidades de apego y pertenencia", explica Hernández Pachón. Esto sin olvidar que el día a día siempre trae desilusiones que debes afrontar. "Hay que trabajar la capacidad de tolerar la frustración. La vida está llena de problemas, pero no es más feliz quien no tiene dificultades, sino quien es capaz de salir de ellas e incluso de convertirlas en oportunidades de aprendizaje", dice Hernández Pachón.

Manos a la obra

Dedicarte tiempo, hablar contigo misma y anotar tus emociones son parte del plan de estudios. Para Pérez Mijares, también la gratitud: "Si adoptas una actitud agradecida, tendrás más capacidad para centrarte en lo bueno". Otra materia troncal es la educación emocional. Aquí las mujeres jugamos con ventaja "por nuestra habilidad en la gestión de las emociones y el tejido social". ¿Y a la hora de coger las prácticas? La psicóloga se decanta por el humor: "Yo apostaría por la risa como algo debes entrenar y por la psicoterapia, fundamental para potenciar el desarrollo personal". Para su colega no puede faltar la meditación. "Te sitúa en tu aquí y ahora. No significa poner la mente en blanco, sino concentrarse en una sola cosa sin desatender la realidad. Es una herramienta esencial contra la ansiedad; un buen hábito es iniciar el día en silencio y meditando". ¿Qué tal si empiezas mañana mismo?

Ejercicios prácticos… ¡Hazlos en casa!

En el libro Felices por la vida (ed. Kailas), la psicóloga Ana Sierra propone practicar la 'happy gym'. Hay 16 técnicas, empieza con estas:

  1. Autorregistro. Si tienes un malestar, anota en columnas qué te ocurre (situación), qué piensas, qué sientes y cuál es tu reacción ante el tema. Te ayudará a conocerte.
  2. Habla con tus síntomas. Focalízate en tu respiración; relaja tu cuerpo, despeja los pensamientos negativos y pregúntate qué te pasa. ¡No es fácil, pero si practicas a menudo lo conseguirás!
  3. La rueda de la vida. Divide un círculo en áreas: trabajo, salud, amor… Valora cada una del uno al diez y colorea el espacio que ocupan. Revisa y plantéate qué debes cambiar.
  4. Técnica Marie Kondo. Este método propone tirar lo que no te da la felicidad. Aplícalo a los pensamientos y las relaciones personales.
  5. Las vocales de la risa. Dale alegría a tu vida riendo a carcajadas. Empieza con «jajaja, jejeje»… y haz las cinco vocales. Si no te sale, haz que toses, es más fácil.
Pide ayuda a un ‘anxiety trainer’

Los entrenadores personales han llegado a tu vida para quedarse. Y no sólo para mantenerte en forma. Ferran Cases, autor de 'El pequeño libro de la ansiedad' (ed. Diana) y 'Bye, bye, ansiedad' (ed. EDAF), te echa un cable para que destierres el estrés de tu vida. Te contamos cuál es su método de trabajo.

  • Campamento base. Es un curso de cuatro módulos destinado a poner los cimientos. Se hace en casa y promete reducir las taquicardias, la angustia, los miedos… desde la primera semana. Además de técnicas de respiración, te enseña qué es la ansiedad y cómo enfrentarte a ella.
  • Tres pilares. Este sistema utiliza técnicas vinculadas al qigong, que se centra en la medicina china tradicional para armonizar mente, cuerpo y emoción, e incluye ejercicios físicos.
  • Hábitos diarios. Generar costumbres que te sirvan para lidiar con la confusión, la inseguridad o la dificultad para estar en grupo es uno de los objetivos. Ferran asegura que en un mes tu ansiedad se habrá reducido un 50% como mínimo.
Fórmate en Yale (sí, es una universidad)

Durante los últimos años han surgido numerosos cursos –como La ciencia del bienestar, uno de los más populares de la Universidad de Yale– basados en la psicología positiva, no exenta de polémica. Impartido por la psicóloga Laurie Santos a través de la plataforma Coursera, el programa propone prácticas para profundizar en el yo interior y mejorar nuestra salud mental.