En la última reunión familiar, todo iba bien hasta que alguien en plan cuñado empezó a darte la vara con que el feminismo no hace falta, que sería mejor hablar de humanismo o igualitarismo… Lo último que oíste fue ese insulto, ‘feminazi', antes de levantarte e irte. Luego, no dejabas de pensar qué podías haber dicho para explicar en plan contundente este movimiento por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Para ayudarte, te contamos algunas de sus reivindicaciones actuales.

Antes de empezar con la lista, conviene recordar que el feminismo tiene que ver, no lo olvidemos nunca, con los derechos humanos y, como recordaba Hillary Clinton, “los derechos de las mujeres y las niñas son la asignatura pendiente del siglo XXI”.

"Los derechos de las mujeres y las niñas son la asignatura pendiente del siglo XXI” (Hillary Clinton)

Por eso, la próxima vez que alguien te diga que hay igualdad, dale un buen zasca con datos como que, según Intermón Oxfam, 7 de cada 10 mujeres en el mundo sufrirá violencia física o sexual en su vida, o que la violencia machista es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo, por delante del cáncer, los accidentes de tráfico o las guerras, tal como señala la ONU.

Además de los objetivos feministas que destacamos en este reportaje, hay mucho más sobre lo que trabajar para promover la libertad y la igualdad de las mujeres en toda su extensión. Nuestro derecho a ser diversas y a ser lo que deseemos. Dejarnos crecer los pelos en las axilas y las piernas, o no. Lucir una belleza normativa, o no. Tener tanto derecho como un hombre a enseñar nuestros pezones en las redes sociales. Y seguro que se te ocurren mil más, porque queda mucho por hacer para alcanzar una igualdad real.

Partiendo de que no hay una respuesta única a los muchos retos que se plantean, vamos a enumerar las demandas feministas más importantes.

manifestantes feministas
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Acabar con los techos de cristal y la brecha salarial, un reparto en igualdad de las tareas domésticas y los cuidados, la educación en igualdad, garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos, avanzar en el consentimiento –solo sí es sí– y que se respete nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos son líneas rojas del feminismo.

Acabar con la violencia machista

Lo habrás escuchado en muchas manifestaciones feministas (como las del 8 de marzo), las mujeres nos queremos vivas, libres y felices. No son palabras al azar. La primera reivindicación feminista es terminar con la violencia de género. Nos queremos vivas porque, como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia contra la mujer es un problema de salud global de proporciones epidémicas. A fecha de 2 de marzo de 2022, el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 1.130, desde 2003, cuando se empezó a contabilizar. Y tan solo en lo que llevamos de año ya contamos 4 víctimas mortales.

Políticas públicas con perspectiva de género transversal

Y, en lo posible, en todos los estamentos sociales. El empuje de la ley es fundamental para promover la igualdad. Que los países nórdicos vayan a la cabeza en todo el mundo no es casualidad. Su aplicación de cuotas y políticas públicas para garantizarla es un secreto a voces.

Igualdad de oportunidades

El movimiento feminista también trabaja sin descanso por conseguir la igualdad de oportunidades y para que las mujeres estén representadas en igualdad en los espacios de decisión, tanto en la política y los organismos públicos como en la empresa privada. Es decir, que tengan opciones para llegar a los más altos cargos. Y hay que recordar, una vez más, que igualdad es el 50%. En nuestro país aún no ha habido una mujer como presidenta del Gobierno. Ya sería hora, ¿no?

Romper los techos de cristal

Otro de los objetivos fundamentales, muy relacionado con la igualdad de oportunidades, es acabar con los techos de cristal. A estas alturas, no se entiende que no haya mujeres haciendo cualquier cosa y haciéndolo en igualdad. Para muestra de lo lejos que estamos de llegar a eso, un dato: en España las mujeres CEO son significan un 1,3% del total y en el mundo, un 5,3%. Queda curro por hacer.

Eliminar la brecha salarial

Que haya igualdad de salarios por el mismo trabajo es otro de los terrenos a explorar. En nuestro país, el salario medio anual de las mujeres debería aumentar un 28% para equipararse al de los hombres, una de las razones por las que hay una feminización de la precariedad laboral y la pobreza. Otro de los problemas que afrontan las mujeres es una mayor tasa de desempleo, por lo que hacen falta políticas activas de empleo de calidad con perspectiva de género.

Reparto en igualdad de las tareas domésticas y los cuidados

En España, las mujeres trabajadoras dedican 3 horas y 46 minutos diarios a las actividades del hogar, por 2 h y 21 minutos de los varones. Además, nosotras pedimos 9 de cada 10 excedencias para cuidar a menores. Sin un mayor compromiso social y político, los trabajos de cuidados no remunerados seguirán cayendo sobre nuestra espalda.

Una educación feminista

Para lograr la deseada igualdad, es necesaria una educación inclusiva y en igualdad y eso se garantiza si se siguen los principios del feminismo. Hay que garantizar, además, que las mujeres y niñas accedan a la tecnología y la innovación, claves para formar parte del diseño del mundo del futuro.

Garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos

Además de avanzar en el consentimiento –solo sí es sí–, el feminismo lucha por que no se toque, como ha ocurrido en algunos estados de EE. UU, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y por conseguir este derecho en muchos países donde aún no se ha logrado. Respetar nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es una línea roja.

Cuestionar los estereotipos de género

Quizá uno de los mayores escollos que afrontamos las mujeres son todos esos prejuicios generados por el patriarcado, que se nos asignan nada más nacer y que coartan nuestro desarrollo y nuestras libertades. Mientras a los hombres se les vincula con cualidades como valentía, racionalidad, fuerza o eficacia, a las mujeres se las relaciona con fragilidad, inestabilidad, sumisión, frivolidad… Los estereotipos de género nos lastra desde pequeñas. Así, no es de extrañar que según un estudio publicado en la revista 'Science', a partir de los 6 años las niñas comienzan a pensar que los niños son más listos y brillantes que ellas.

mujeres manifestantes feministas reclaman igualdad también al mostrar nuestros cuerpos
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Uno de los objetivos más importantes del feminismo es cuestionar los estereotipos de género que perpetúan la desigualdad. Por ejemplo, ¿por qué los hombres pueden mostrar sus pezones y nosotras no?

El fin del patriarcado

Eliminar la desigualdad jerárquica entre los géneros es uno de los mayores objetivos feministas, para cambiar el sistema patriarcal por un modelo social justo e igualitario. Hay que recordar que el patriarcado no solo oprime a las mujeres, también los hombres son sus víctimas.