El informe ‘Estudio sobre juventud y soledad no deseada en España’, impulsado por SoledadEs, el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada de Fundación ONCE, en colaboración con Ayuda en Acción, indica que el 69 % de los jóvenes españoles se ha sentido alguna vez solo en su vida. Contra lo que pudiera parecer, los datos desvelan que las redes sociales digitales no son importantes para la soledad, mientras que la presencialidad de las relaciones con amistades sí la tiene. Por lo tanto, quien haga un uso extensivo de las redes sociales y tenga una rica vida social a nivel presencial, no se sentirá sola ('a priori'). Sin embargo, como indica María Gómez, conocida en redes sociales como Merigopsico, el universo online sí tiene consecuencias evidentes en la forma en la que nos relacionamos. Comencemos con este aspecto, pues inmersos en la era digital, es vital analizar hasta dónde llega su influencia.

Redes sociales: ¿aliadas o enemigas?

“Se tiende a pensar que el mundo digital facilita la comunicación, y aunque en muchas ocasiones es así, también está contribuyendo a un sentimiento de aislamiento y a un menor uso de los espacios físicos. Está demostrado que las habilidades que desarrollamos online no son iguales que las que ponemos en marcha cara a cara. La percepción subjetiva de nuestra calidad de vida está totalmente relacionada con la calidad de nuestras relaciones sociales, y esto es algo especialmente importante durante la adolescencia, donde estas habilidades se tienen que entrenar. Es un problema que los jóvenes se sientan más cómodos delante de una pantalla que de una persona. Tenemos que recuperar los espacios físicos”, asegura la psicóloga.

La importancia de entrenar las habilidades sociales

Por ello, pese a que la tecnología bien utilizada nos conecta con otras personas, el abuso puede conducir al aislamiento, que imposibilita que entrenemos las habilidades sociales. Por si fuera poco, las redes fomentan la facilidad de humillar o de hacer ‘bullying’ a quienes no se ajusten a los cánones hegemónicos. Como señala el informe, el porcentaje de personas que han sufrido acoso escolar o laboral alguna vez en su vida es casi el doble en el grupo de jóvenes que padecen soledad no deseada que en el formado por los que no la padecen (58,1% frente al 32,1%). La encuesta muestra también que cuatro de cada diez personas jóvenes en España han vivido una experiencia de este tipo, “lo que subraya la necesidad de abordar este fenómeno con carácter de urgencia”.

Ante la fuerte relación entre el acoso escolar o laboral y la soledad no deseada en la juventud, los jóvenes con problemas de salud mental percibida o diagnosticada tienen además una probabilidad 2,5 veces mayor de sufrir soledad no deseada. Quienes sufren ansiedad o depresión, tienen un 89,2 % más de posibilidades, mientras que quienes reconocen tener una baja autoestima y pensamientos suicidas, tienen un 83,2 % un 81,1 % más de probabilidades, respectivamente.

Al haberse convertido en muchos casos las redes sociales en escaparates de la perfección, pueden ser grandes enemigas de la autoestima. e incitar a una constante y dañina comparación. “A una persona con baja autoestima le cuesta mucho entablar relaciones, porque cree que va a fallar, que no la van a aceptar y que no merece ser querida. Y aquí hay que hacer mucho hincapié para que en casa eduquemos desde el amor incondicional y para que nuestros hijos sepan que son maravillosos, independientemente de sus éxitos y de sus errores en la vida”, explica Patri Psicóloga a COSMOPOLITAN. Indica que es fundamental que se sientan aceptados en casa para que así no tengan miedo de no ser aceptados fuera, y subraya la importancia del entrenamiento de las habilidades sociales, en las que se recogen actitudes tan importantes como saber hablar en público, expresar nuestras emociones, poner límites a la gente, decir que no, reclamar lo que es justo, expresar derechos…

"Saber relacionarse de manera adecuada es esencial"

“Lamentablemente, estas cosas normalmente no se aprenden en el colegio. Se supone que uno viene de casa entrenado en habilidades sociales, pero no siempre los padres disponen de ellas para que los hijos las aprendan en casa. Por ello, estas habilidades, así como la inteligencia emocional, deberían ser una asignatura que estuviese presente en el colegio”, resalta la psicóloga. “Es una asignatura que te permitirá entenderte, entender mejor tus emociones y las de los demás. Te enseñará a expresarte de una forma adecuada para que puedas ser servicial, pero no servil, y para que puedas aspirar a ser tú mismo en cualquier situación y vivir un poco la vida que tú deseas vivir. Si estas habilidades no las traen de serie, en algún lugar no las tendrán que enseñar, y creo que el ámbito académico es un lugar ideal para poder hacerlo. Del mismo modo que la inteligencia académica, la experiencia profesional y otras inteligencias son importantes, también lo es saber relacionarse de manera adecuada”, añade.

Así afecta la soledad no elegida a las mujeres

El estudio indica que la soledad juvenil afecta más a mujeres (31,1%) que a hombres (20,2%), pues se enfrentan a desafíos específicos relacionados con los roles de género desde que nacen. "Los hombres muestran más dificultades para mostrarse vulnerables, y está demostrado que piden menos ayuda. Las mujeres se enfrentan a mucha más presión psicológica y son más propensas a sufrir contextos de estrés. Se me ocurren miles de ejemplos en los que la mujer se puede sentir sola, y a esa soledad se le puede sumar el juicio continuo y los sentimientos de culpa: discriminación de género, estándares de belleza imposibles de cumplir, responsabilidad desproporcionada en los cuidados, abusos sexuales, probabilidad de sufrir cualquier tipo de violencia…”, explica María Gómez, conocida en redes sociales como Merigopsico.

"La mujer ha de fijarse más en sus competencias y dejar de criticar a las demás"

"Hace falta que la mujer empiece a fijarse más en sus competencias y en sus talentos, que se apoye más en el resto de mujeres y que deje de hacer tanto juicio de valor. En casa también podemos promover esto como madres y padres al no hacer críticas a los cuerpos o al físico de otras personas. Así, nuestros hijos aprenderán que hablar de otras personas, sobre todo de su físico, así como juzgar, no está bien. Si ya en casa oímos comentarios que desaprueban de alguna manera el físico de la gente joven, nuestros hijos lo van a hacer también, y es una manera de aislar a quien no se parece o a quien no tiene ese canon de belleza, lo que desemboca en un gran aislamiento. La mujer sigue sufriendo todavía más todos estos temas que socialmente presionan con la juventud, con la belleza y con toda esta frivolidad", añade Patri Psicóloga.

Cómo identificar la soledad no deseada

Es importante aprender a identificar la soledad no deseada, pues lo normal es sentirnos en ocasiones solos y de hecho, resulta esencial entender que tal malestar forma parte de la vida para aceptarlo e incluso abrazarlo. “Sin embargo, es importante que identifiques si tienes personas a tu alrededor con las que te sientes bien, te diviertes y te puedes comunicar sin que te sientas juzgado. En el caso de que no sea así, estaría bien buscar recursos y herramientas para poder cambiar esto. Afortunadamente, cada vez se habla más de estos temas sin tabúes. Cuando te comunicas, también descubres que no eres el único que se siente así”, dice María Gómez. “Vivimos en la era del autocuidado: está de moda aprender a estar sola, centrarte en ti y desarrollar el amor propio. Aunque está genial, no lo tenemos que hacer desde una mirada individualista. Quien disfruta de la soledad elegida es porque tiene una red segura de personas a la que acudir cuando quiera”, asegura.

Quien disfruta de la soledad elegida tiene una red segura de personas a la que acudir cuando quiera

¿Cuáles son los principales elementos a tener en cuenta para poder detectar un posible caso de soledad no deseada y cómo podemos prevenirlo? ¿Qué hay que hacer si se confirma la sospecha? Responde Patri Psicóloga. “Tenemos que estar pendientes de si hay un cambio de estado de ánimo. Hay que estar atentos de si vemos que la persona está más triste, si llora, si se aísla, si deja de comunicarse con nosotros o si está irascible, porque hay muchas veces que la gente joven muestra su tristeza, en lugar de aislándose o mostrando pena, a través de la ira. Es importante estar pendientes si cambian sus hábitos: si se trata de una persona que antes quedaba con amigos los fines de semana y ya no le apetece quedar, si prefiere quedarse en casa, o si ya no quiere asistir a una actividad, como puede ser alguna actividad deportiva, hay que prestar atención. Todos esos cambios respecto a su vida cotidiana pueden ayudarnos a detectar que emocionalmente está mal”, explica.

"Tenemos que intervenir de una manera respetuosa y pidiendo permiso para entrar en su vida”

“Es probable que hayan recibido algún tipo de comentario o hayan vivido una situación traumática que les ha hecho encerrarse. También puede llamarnos la atención que antes hablaran de sus planes con amigos y ahora hayan dejado de hacerlo. Los padres tenemos para eso mucha sensibilidad y enseguida vemos cuando algo no está bien. No hagamos la vista gorda pensando que se va a solucionar solo: tenemos que intervenir de una manera respetuosa y pidiendo permiso para entrar en su vida”, añade para finalizar.

Cómo actuar ante una situación de soledad no deseada

Tras haber analizado los datos arrojados por el informe, para el cual se han realizado entrevistas telefónicas a un total de 1.800 personas de entre 16 y 29 años residentes en España, sus autores abogan por construir escuelas inclusivas que contemplen la educación emocional; proteger la salud mental en la adolescencia y la juventud; fomentar la participación juvenil y las relaciones sociales mediante el ocio saludable; desarrollar servicios de atención juvenil orientados a reducir la soledad; integrar y reforzar el ecosistema institucional, reforzar también las políticas educativas, de empleo y de inclusión social, e impulsar acciones para reducir la soledad a través de las universidades.

Las 3 vías de actuación: prevenir, detectar e intervenir

No hemos de olvidar que junto a factores de riesgo como los psicológicos, existen otros como el nivel cultural, el nivelsocioeconómico, el grado de escolarización o el nivel académico, pues son aspectos que afectan a nuestra capacidad para relacionarnos socialmente. Prevenir mediante actuaciones orientadas a evitar su aparición, detectar con acciones orientadas a la identificación de casos de soledad juvenil, preferentemente de modo temprano, e intervenir con actos orientados a la reducción de la soledad juvenil existente son los tres ámbitos de actuación que el informe recomienda llevar a cabo.