El 8 de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Ovario, el sexto cáncer más frecuente entre las mujeres, con aproximadamente 205.000 nuevos casos al año en todo el mundo, entre el 4 y el 5% de los tumores femeninos. Según datos del Observatorio de la AECC, en 2020 se diagnosticaron 3.543 casos nuevos de cáncer de ovario en España y 1.993 mujeres fallecieron a causa de esta enfermedad. Su elevada mortalidad se debe en especial al diagnóstico tardío ante la ausencia de síntomas específicos y de un método eficaz de diagnóstico precoz. “El diagnóstico de cáncer de ovario no se da con una revisión anual ginecológica, pero es cierto que si acudes a una revisión y está comenzando, en ocasiones encontramos tumores en estadios iniciales. Sin embargo, hacer una ecografía al año no te exime de tener uno a los cuatro meses. La gente se confunde en este punto”, advierte la doctora Marta Sánchez-Dehesa.

Síntomas del cáncer de ovario

“Muchas personas creen que duele, pero lo habitual es que no sea así. Has de sospechar si se te hincha la zona abdominal, no tienes mucho apetito, tienes cierta molestia pélvica, estás muy cansada, has perdido peso, te duele la espalda o necesitar ir a orinar constantemente”, explica. La Asociación Española contra el Cáncer señala los tipos de síntomas que deben motivar una consulta al médico:

  • Distensión, hinchazón, aumento perímetro abdominal progresiva.
  • Sensación repetida y persistente de plenitud con la comida, incluso con pequeñas cantidades.
  • Molestias pélvicas y/o abdominales que persisten y no tienen una explicación lógica (estreñimiento, flatulencias, micciones frecuentes)
  • Molestias al orinar y/o hacer deposición que persisten y no se explican por otras causas.
  • Sangrado vaginal inapropiado.

"A diferencia del cáncer de cérvix, con el que hacemos citologías y test de VPH para el diagnóstico precoz, en el de ovario no existe una prueba de cribado para diagnóstico precoz. Por eso es importante prestar atención a posibles síntomas como hinchazón abdominal persistente, dolor pélvico o abdominal, pérdida rápida de peso sin explicación y cambios en el hábito intestinal. Además, las mujeres con factores de riesgo deben consultar a sus ginecólogos para realizar controles periódicos y personalizados", dice la Doctora Miriam Al Adib.

La importancia de una vida saludable ante el cáncer

Resaltan que los síntomas, al ser vagos e inespecíficos, se suelen confundir con molestias disgestivas, pues en la cavidad abdominal el tumor puede crecer y diseminarse de manera silente, por lo que cuando causa síntomas ya suele estar diseminado. Sin embargo, los expertos coinciden en resaltar la importancia de adoptar hábitos de vida saludables para poder, en la medida de lo posible, prevenirlo.​​​​​​​​​

La doctora Odile Fernández, autora de ‘Hábitos que te salvarán la vida’​, señala que dado que en la actualidad se sabe que entre el 80 y 90 % de los cánceres tienen origen medioambiental, existe una fuerte relación con el estilo de vida que seguimos. “El origen genético es mínimo. Por ello, todo lo que implique modificar la alimentación y los hábitos nos ayudará a la prevención, aunque no podemos cuantificar qué papel puede jugar. En el caso de los cánceres de próstata o mama, sabemos que el 50% se podrían prevenir con una alimentación oportuna, mientras que en los casos de cáncer de ovario, se estima que un 40% se podría prevenir con un cambio de hábitos. Tenemos, en definitiva, herramientas potentes en nuestras manos para intentar prevenirlo”, asegura.

“Desde la ciencia se sabe que la mayoría de tumores se podrían prevenir con un estilo de vida saludable, especialmente los de mama, colon y ovario. Apostar por la dieta mediterránea es esencial, incidiendo en hortalizas y frutas de temporada, legumbres, frutos secos y pescado azul y reduciendo al máximo la carne roja y ante todo, la bollería procesada, la pastelería y los refrescos”, dice. “Al hablar del cáncer de ovario, hay alimentos que pueden ayudar a prevenirlo. El brócoli, los alimentos ricos en flavonoides como la manzana y las espinacas, los frutos secos, el cacao o el té. También los ricos en selenio, como las avellanas y los champiñones. La cúrcuma y la vitamina D (que obtenemos del sol y que encontramos en alimentos como los huevos) también, por lo que si tenemos niveles bajos de esta vitamina, podemos recurrir a suplementos”, dice la doctora Odile Fernández.

"Hay que evitar las grasas animales, los fritos y los ahumados"

“Teniendo en cuenta que muchas patologías actuales tienen un componente metabólico, diríamos que los suplementos que pueden favorecen que nuestro metabolismo funcione mejor son óptimos. Como médico recomiendo en muchas ocasiones la berberina y el magnesio, pues es un mineral que cuando existe estrés físico o emocional, tiene a ser carente, y por ello la mayoría adolecemos de la concentración necesaria”, señala por su parte el Dr. Hernández, fundador de be levels. “Al hablar de la alimentación, hay que evitar alimentos que tienen pocos nutrientes, los azúcares ultra procesados y la harina refinada, pues pueden incrementar las posibilidades de padecer cáncer de ovario. Hay que evitar las grasas animales, los fritos y los ahumados. Si los evitamos e incrementamos una dieta rica en frutas y verduras, podemos prevenirlo”, añade.

La doctora Miriam Al Adib señala que la prevención del cáncer no se basa únicamente en la alimentación, sino que también es esencial mantener un estilo de vida saludable, realizar ejercicio físico regular y evitar la exposición a factores de riesgo conocidos.

"La obesidad produce un aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario"

“Sería importante adelgazar, pues la obesidad produce un aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario, así como tener una alimentación adecuada, son aspectos esenciales. Una cosa curiosa que muchas desconocen es que si tienes antecedentes de este cáncer, puedes ir al médico y anunciar estos antecedentes para que te asesore sobre qué hacer”, dice la doctora Marta Sánchez-Dehesa. “Si tienes antecedentes familiares, hay una unidad en oncología en la que te puedes informar, porque hay genes aunque aumenta el el riesgo de padecer este cáncer: es el BRCA1 y el BRCA2”, añade.

"Los anticonceptivos orales protegen contra esta enfermedad"

“Como hemos señalado, sabemos que dentro de los factores a tener en cuenta, se encuentra el sobrepeso, pero también el alto consumo de lácteos, la edad, no tener hijos o tenerlos a partir de los 35 años, la menopausia y el uso de talco de pequeños en zona genital”, dice la doctora Odile Fernández. “Los tratamientos hormonales previos también son un importante factor a tener en cuenta: mientras que los anticonceptivos orales (OC) protegen contra esta enfermedad (se estima hasta un 50% menos de incidencia en aquellas mujeres que han tomado anticonceptivos cinco o más años), la terapia hormonal sustitutiva (THS) administrada durante la menopausia parece que aumenta el riesgo. El riesgo parece ser mayor en mujeres que sólo reciben estrógeno (sin progesterona) por muchos años (al menos cinco o 10). Es menos claro que haya un riesgo aumentado para las mujeres que reciben tanto estrógeno como progesterona. No está claro que el tratamiento para la fertilidad con fertilización in vitro (IVF) pueda aumentar el riesgo de tumores de ovario”, aseguran desde la Asociación Española Contra el Cáncer.

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Marita Alonso

Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.

Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.

Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.