Aun después de varios años al frente de una agencia de comunicación, Laura se pregunta si lo que ha conseguido ha sido por sus propios méritos o gracias a la suerte. Además, tiene el temor constante de que alguien se dé cuenta de que - según ella - no está cualificada. La experta Valerie Young (que desarrolla programas profesionales sobre este tema) afirma que un 70% de la problación se considera un impostor en algún momento de su vida y, además, afecta más a las mujeres que a los hombres, debido a su educación. "Las mujeres son minoría todavía en el mundo de los negocios y muchas se sienten vigiladas", asegura Young. Debemos ser guapas, inteligentes y tener éxito profesional, pero la búsqueda de la perfección puede acarrearte problemas con la autoestima y hacer que veas una realidad que no es la verdadera.

El síndrome del impostor puede venir provocado por alguna sensación de incoherencia que recibiste en algún momento de tu vida. Por ejemplo: te eligieron para bailar en la función del colegio, pero solo fue porque faltaba una y había que "rellenar", o si sacaste un diez en matemáticas pero fue porque tu profesor confundió el nombre de los exámenes. Estos hechos casuales pueden haber creado una imagen confusa de tu relación con el éxito (por un lado lo quieres, pero por otro, no crees merecerlo). Hay un tipo de chica que considera mejor ser modesta y humilde y cree que se requiere un talento portentoso para tener éxito. También puede darse si eres muy sensible, si eres propensa a los dramas o si tuviste unos padres muy perfeccionistas.

Si te sientes insegura y eres incapaz de desarrollar bien tu trabajo, lo que ocurre es que tienes una opinión equivocada de ti misma, acerca de tus capacidades y habilidades, muy distanciada de lo que tú crees que es ideal.Existe una disonancia entre la imagen que tienes de ti misma y la realidad. Si te centras más en las debilidades que en tus éxitos, se genera una sensación de fraude, que puede incluso tener síntomas físicos (dolores de cabeza, ansiedad y depresión) al pensar qué ocurriría si cometieras un error o si los demás se dan cuenta.

Deja de compararte con los demás. Reconoce los logros y objetivos conseguidos así como las cualidades que te han traído hasta el presente. Habla de este problema con personas de tu confianza, pregunta a familiares y conocidos cuáles creen que son tus talentos. Evalúa únicamente tus metas y sentirás confianza en ti misma. Finge que mereces lo que has conseguido. La actitud también es importante y puede preceder al pensamiento para eliminar o corregirlo. Finge seguridad como hacen los actores. Busca relaciones en tu trabajo con las que conectes y puedas compartir tus habilidades y encontrar un beneficio mutuo.