Que no te cuenten historias. Hacer un parón en tu vida laboral (que posiblemente será muy larga) sin dar explicaciones no supone un privilegio. «Es un derecho que contempla la ley, como lo es percibir un salario o tener acceso a la educación», cuenta el abogado laboralista Carlos Cervera, del bufete Quality Lawyers. Y es que si las excedencias para cuidado de hijos y otros familiares siguen aumentando (un 3% en el primer trimestre de este año, según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social), parece que aún nos cuesta solicitar este permiso cuando los motivos son otros, como emprender, viajar o estudiar. Por tanto, lo primero que debes hacer es liberarte de prejuicios y prepararte para salir de tu zona de confort: hay un mundo fuera de tu oficina y te está esperando.

La importancia de pactar
Es fundamental tener claro cuáles son tus intereses a la hora de elaborar la hoja de ruta. Eugenio Lanzadera, profesor de Derecho del Trabajo en la UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid), habla de varios tipos de solicitantes: «Están los que pretenden volver a su puesto transcurrido el permiso y los que desean abrir una puerta para cambiar sus vidas, un caso más común». Da igual en qué bando estés: en ambas situaciones, y antes de iniciar cualquier papeleo, lo mejor es hablar con tu empresa. «Tu capacidad de negociación no debe limitarse a un escrito oficial. Para llegar a buen puerto es imprescindible hacer partícipes a tus jefes de tus inquietudes y valorar con ellos las posibilidades que tienes», dice el experto.

Hay un mundo fuera de tu oficina y te está esperando.


La ley establece un chasis sobre el que debes crear el modelo que más te interese. «Lo mejor es ampliar tu contrato con un anexo que enumere las condiciones», recalca. Esto facilitará tu reincorporación y, como señala Lanzadera, «incluso te puede ayudar a mejorar si durante el tiempo que estás fuera te formas en algún sector que les interese. Eso sí, a cambio, te pueden pedir que no te vincules con empresas de la competencia».

Cuestión de prioridades
Ahora bien, ¿qué ocurre si no hay opción de estrechar la mano a tu jefe? Aquí conviene recordar la escala de necesidades de la pirámide de Maslow, tal y como indica Isabel Aranda, doctora en Psicología del Trabajo y coach. El nivel más básico es la supervivencia y el superior y último, la autorrealización, muy relacionada con la creatividad. «Los millennials, sin embargo, priorizan el desarrollo personal porque tienen lo imprescindible –la alimentación, el descanso, el sexo...– más cubierto que la generación anterior. Según mi último estudio, la mayor motivación de los jóvenes es conseguir una vida con significado y cada vez se alejan más del clásico vivir para trabajar», asegura Aranda.

El momento del cambio
Quizá esperes una señal divina que te dé el empujón. «Cada caso es muy personal, pero si te pesa más la vida que quieres que la que tienes, debes dar el paso», dice la coach. «Las personas que conozco que se han lanzado han tenido consecuencias muy positivas. Se han colocado en otro lugar, donde son capaces de tomar decisiones estratégicas», dice. Sólo tienes que darte una oportunidad.

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¿Por dónde empiezo?

Conoce tu convenio colectivo
La legislación establece unas condiciones, pero el convenio suele mejorarlas, nunca empeorarlas. Entérate en Recursos Humanos de tus posibilidades, pues la regulación concreta de tu sector y tu empresa pueden marcar la diferencia.
Comunica tus intenciones
Estás obligada a notificarlo por escrito, pero no es necesario seguir un modelo oficial: existen muchas opciones, como el que ofrece la web de Comisiones Obreras (ccoo-servicios.es). Eso sí, que no falten tus datos personales, la fecha de inicio y fin del permiso, y tu firma.
Deja todo en orden
Salda las cuentas pendientes antes de irte. Por ejemplo, si te quedan días de vacaciones, pide que te los finiquiten. Y confirma que queda constancia escrita de tu solicitud o cualquier movimiento: es tu única prueba si hay problemas.

Cuestiones legales

La excedencia voluntaria es un derecho recogido en el artículo 46 del Estatuto de los Trabajadores, al que se pueden acoger todas las personas que trabajen por cuenta ajena (si eres freelance, olvídate). Sólo se exige un requisito: llevar al menos un año en la empresa para que tu contrato quede congelado (¡no finalizado!). Si es por interés particular (viajes, proyectos…) puede ir de los cuatro meses a los cinco años. Las demás condiciones las marcan tu contrato y tu convenio, que varían según tu sector y Comunidad.

Tus jefes tienen la obligación de permitirte la excedencia, pero no de guardarte la silla.

Las preguntas más frecuentes

Dado el actual panorama laboral de inestabilidad es lógico que antes de dar el paso te asalten un montón de dudas. Estas son las más habituales.

¿Puedo disfrutar de una prórroga tras los cinco años?

Sí. La diferencia es que ahora pueden concedértela o no, según los intereses de tu empresa. La debes pedir por escrito a Recursos Humanos.

¿Voy a seguir conservando mi antigüedad?
Sí, mantienes la fecha de ingreso, pero si te echan, te descontarán el tiempo que has estado de permiso en la indemnización y no te contará para el paro.

En este tiempo, ¿cotizaré en la Seguridad Social?
No. Ni la empresa paga por el trabajador, ni se tiene en cuenta ese break como cotizado para ninguna prestación (no contará para tu jubilación).

¿Qué te une a la empresa mientras estás fuera?
Tu contrato sólo está suspendido y, normalmente, puedes seguir accediendo a la formación y, si los tiene, a otros beneficios sociales.

¿Y podría trabajar para otra organización?
Claro. Es posible firmar otro contrato de trabajo e incluso disfrutar del paro si has estado en la plantilla de la nueva compañía un año como mínimo.

Cuando quiera volver, ¿tendré el mismo puesto?

No necesariamente. Tus jefes tienen la obligación de permitirte la excedencia, pero no de guardarte la silla. Todo dependerá de las vacantes que haya.

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Y volver, volver, volver...

El tiempo pasa volando y, cuando menos te lo esperes, llegará el momento de regresar. Los especialistas recomiendan que saques el altavoz y anuncies tu intención de reincorporarte (en la jerga laboral esto se conoce como on-boarding) con al menos tres meses de antelación (recuerda, por escrito). Estos son algunos de los escenarios que te puedes encontrar.
1. El más común: declaran que no hay vacantes, pero reconocen el vínculo entre las partes. Son receptivos, pero al no existir un puesto con el mismo salario y categoría, no están (por ley) obligados a admitirte en ese momento.
¿Cómo actuar? Sólo tienes las de ganar cuando hay evidencias de que la realidad es otra. Por ejemplo, si has visto sus ofertas en un portal de empleo o un compañero te ha informado de una incorporación. Sin pruebas, sólo te queda armarte de paciencia y esperar.

2. El menos común: se acepta tu solicitud y te readmiten a la primera. Sale todo según lo previsto: comienzas con la misma posición, funciones y sueldo (y con mejor color, seguro). El porcentaje de casos así es muy bajo.
¿Cómo actuar? Si te dan otras tareas y no te interesa, nadie puede obligarte a aceptar la nueva situación. ¿El inconveniente? Te quedarías sin trabajo, sin indemnización y sin paro porque eres tú la que lo deja.

3. Poco común: no aceptan tu vuelta y niegan tener cualquier tipo de relación laboral contigo. No es lo habitual, pero a veces las entidades afirman que no existe ningún lazo contractual, alegando que hace meses (o años) que no prestas servicios en la empresa.
¿Cómo actuar? Puedes presentar una demanda por despido improcedente. La ley está de tu parte, pues tal y como declara el Estatuto de los Trabajadores, vuestra relación está paralizada, pero en ningún caso acabada.

DIRECCIONES WEB DE INTERÉS
www.ugt.es La Unión General de Trabajadores cuenta con una asesoría laboral. www.laboral-social.com La revista del Centro de Estudios Financieros (CEF) analiza en sus artículos dudas muy concretas. www.derechoaldia.com Es uno de los portales de abogacía en español más reconocidos a nivel mundial e incluye una sección de derecho laboral. www.expertolaboralonline.com Graduados sociales y abogados laboralistas responden tus preguntas de forma gratuita.