Vale: la cifra que te interesa es la que aparece en la cuenta del banco a fin de mes. Pero saber 'leer' tu nómina es tan necesario como contar las vueltas cuando pagas en el súper. Quizá más. Primero, porque este documento es la 'factura' donde se refleja tu relación con la empresa y contiene datos de gran importancia, como el porcentaje de impuestos que te están aplicando o lo que te pagan por las horas extra realizadas (¿sabes que es obligatorio reflejar tanto las voluntarias como las de fuerza mayor?). Entenderlo bien te ayudará a calcular las prestaciones a las que tienes derecho si te quedas en paro o estás de baja. Y también, por qué no, a detectar posibles errores o si realmente estás percibiendo el salario que corresponde a tu cualificación. ¿A que ya te hemos convencido?

A. ENCABEZADO

Deben aparecer los datos de identificación de la compañía y los tuyos (nombre completo, DNI, número de la Seguridad Social, antigüedad en la empresa...). Lo más importante –y en lo que debes fijarte– es la categoría profesional, porque esta es la que determina las bases de cotización a la Seguridad Social, el cálculo del salario mínimo, la prestación por desempleo... Ojo, se refiere al puesto que desempeñas en la compañía, no a tus estudios o cualificación profesional.

B. DEVENGOS

En este apartado encontrarás todo lo que recibes por tu trabajo en bruto. Es decir, antes de aplicar las deducciones.

1. Salario base Es la parte principal de tu sueldo y, aunque depende del convenio colectivo de tu empresa, nunca puede ser menor que el salario mínimo. Hay buenas noticias: este año sube de 900 a 950 euros mensuales por la jornada completa (40 horas semanales) o, si son menos, la parte proporcional esta cantidad.

            2. Complementos salariales Aquí se incluyen las cantidades adicionales que se reciben en casos concretos: plus de antigüedad, experiencia, nocturnidad, riesgos especiales, cumplimiento de objetivos –algo habitual en los puestos dedicados a las ventas–...

            3. Horas y pagas extraordinarias Tanto el tiempo trabajado fuera de lo que fija tu contrato, como las pagas han de reflejarse en la nómina. Estas últimas suelen aparecer prorrateadas (repartidas en doce meses) o en dos mensualidades extra al año.

            4. Salario en especie Son remuneraciones no monetarias: vales de comida, automóvil de empresa, uso de garaje... No deben superar el 30% de la retribución bruta ni están sujetas a deducciones.

            5. Percepciones no salariales Pueden ser gastos relacionados con tu trabajo (dietas, transporte...) o indemnizaciones. No tributan ni cotizan a la Seguridad Social.

            C. DEDUCCIONES

            1. Cotizaciones a la Seguridad Social Comprenden tu aportación para sufragar gastos sanitarios, paro... Aunque la empresa paga una parte, en tu nómina sólo se ve la tuya –alrededor de un 6,35%–, dividida en contingencias comunes (maternidad, accidente no laboral, enfermedad...), desempleo y formación.

            2. Retenciones (IRPF) El porcentaje que te retengan dependerá de los ingresos brutos y tu situación personal. Por ejemplo, si cobras el salario mínimo y tienes un contrato inferior a un año, será de un 2%. Es aconsejable que te apliquen una cifra lo más ajustada posible a la que te corresponda, ya que si es menor, te saldrá a pagar en la Declaración de la Renta

            D. RESUMEN

            Al final de la nómina verás tu base de cotización, es decir, el sueldo mensual bruto (incluyendo las pagas extra en caso de que las tengas prorrateadas). Es un dato imprescindible, pues sirve para calcular las prestaciones a las que tendrás derecho, como el desempleo o la pensión. En último lugar está el salario neto, que es lo que percibes. Se halla restando las deducciones a los devengos (excepto las percepciones no salariales o en especie).

            Aplicaciones como 'Nómina neta 2020' o 'Calcula tu salario' te ayudan a averiguar tu retribución neta a partir del bruto anual o a valorar qué deducción te conviene más.