¿Recuerdas cuando de niña morías de la ilusión al empezar un nuevo curso? Ir a compar el material escolar era toda una aventura. Escoger los cuadernos, el estuche y la agenda más bonita era una difícil elección, ya que sabíamos que nos tendrían que durar durante los nueve meses posteriores. ¿Y para qué engañarnos? De mayores también lo seguimos haciendo. Cada septiembre volvemos a renovar todos nuestros utensilios de trabajo y/o estudio porque creemos que si todo lo que hay a nuestro alrededor es bonito, la rutina será más llevadera. Has de reconocer que una de tus cosas favoritas es elegir lo que irá dentro del estuche como los lápices de colores, bolígrafos, subrayadores y las míticas gomas de borrar de la marca Milan que, por cierto, la verde ha estado a punto de desaparecer y las redes sociales se han incendiado con la noticia.
La goma de borrar de Milan 430 se fabrica desde hace más de un siglo y siempre ha sido uno de los iconos más representativos en los estuches de los niños y niñas de nuestro país –y de los mayores también–, pero la empresa catalana no ha incluido la de color verde en su catálogo de 2022. ¿El motivo? Después de que miles de usuarios en Internet asegurasen que se les estaban desmoronando los recuerdos de su infancia tras eliminar la goma verde el mercado, Milan ha lanzado un comunicado a través de Instagram que dice lo siguiente:
“[...] La goma de borrar MILAN 430 la seguimos fabricando en España desde 1918. Los estudios de mercado nos indican que este las prefiere mayoritariamente en color blanco o rosa, pero por supuesto que si el mercado demanda las de color verde ¡estaremos encantados de fabricarlas también en verde! [...] Actualmente fabricamos más de 60 modelos de gomas de borrar y más de 2000 artículos de papelería, bellas artes, material escolar, etc”.
Es decir, que Milan no ha añadido la goma verde porque no se vende tanto como la rosa y la blanca, pero si los consumidores siguen apostando por ella, la seguirán fabricando, por lo que no va a desaparecer y seguirá viva entre nuestros estuches y nuestro imaginario colectivo de la infancia. ¡Y menos mal! Porque nos negamos a olvidar su textura y olor a “nata” tan característicos...
