A no ser que vivas en Marte, es prácticamente imposible que no hayas oído hablar nunca acerca del ‘burnout’ laboral. El desgaste laboral fue reconocido por primera vez como diagnóstico psicológico en 1974, cuando el psicólogo Herbert Freudenberger lo aplicó a casos de derrumbe mental o físico fruto del exceso de trabajo.

    Pero, ¿cómo podemos saber si realmente estamos pasando por una situación de fatiga pandémica en el entorno de trabajo? José García Altares, psicólogo en TherapyChat, nos da su valoración. “Los signos y síntomas más comunes están relacionados con el estrés que provoca la pandemia, ya que es una situación nueva que supera nuestros recursos. El estrés aumenta nuestra tensión física y/o emocional. Esto, en situaciones normales, nos permitiría llevar a cabo actividades de forma más lúcida; sin embargo, cuando nos desborda tiene consecuencias negativas para la población, como por ejemplo más cansancio, agotamiento y emociones negativas o desagradables. Estamos más tristes, más nerviosos y más irritables”, opina.

    El perfil del 'job hunter'

    Un estudio elaborado por InfoJobs revela que uno de cada cinco (21%) trabajadores en España logran aumentar su sueldo al cambiar de empresa, y esa es una de las razones por las que algunas personas se han convertido en auténticos ‘job hunters’ seriales, es decir, en personas que emplean gran parte de su tiempo a buscar otros trabajos incluso estando en un puesto en el que están satisfechos. No se trata ya de un mero propósito de año nuevo, sino que cada vez más las personas que se plantean un cambio de rumbo profesional, tal y como reafirma una reciente encuesta realizada por Microsoft, que indica que más del 40% de los trabajadores considera la opción de dejar su empresa a lo largo de este año. Ocho de cada 10 están preocupados por el crecimiento de su carrera.

    “El 'job hunter' es un perfil muy habitual. Hablando de quienes están buscando ofertas, muchos de ellos llegando hasta el final, e incluso cambiando de trabajo más de una vez al año”, explica Sergio del Prado, experto en desarrollo profesional. “Esta dinámica puede deberse a varios factores. El más habitual es un síndrome muy común en la actualidad: la insatisfacción crónica. Es como que nunca acabamos de estar a gusto del todo, por lo que buscamos fuera lo que nos haga estar bien o ser felices. Es ahí donde está el problema: Que nuestro bienestar y felicidad parecen depender de hacer o conseguir algo. ¿Queremos dejar en manos de algo externo a nosotros mismos nuestra felicidad?”, advierte.

    Pros y contras

    Pero no son solo la insatisfacción o el ‘burnout’ los motivos por los que buscamos trabajo con mayor asiduidad que nunca, sino que existe otra razón. Hay muchas empresas que están expandiéndose, y en este proceso de crecimiento se demandan nuevos perfiles que hacen que surjan constantemente nuevas oportunidades de trabajo. Sin embargo, entre las nuevas ofertas destaca una alta demanda de profesionales digitales y tecnológicos, pero en muchas ocasiones no existen suficientes perfiles preparados, a nivel técnico, para asumir este tipo de roles que garantizan la empleabilidad. “En las profesiones ligadas con la tecnología y la digitalización, por ejemplo, existe una amplia oferta de trabajo y un gran interés por las empresas de todos los sectores por contar con profesionales que cuenten con las habilidades y capacidades tecnológicas y digitales más innovadoras, y que dominen las herramientas claves para poder innovar en el negocio y afrontar los retos y obstáculos que supone la digitalización”, explica Juan Luis Moreno, 'Chief Innovation Officer' en The Valley. De hecho, un estudio de LinkedIn revela que en junio de 2021 se publicaron ocho veces más puestos de reclutadores o técnicos de selección en comparación con el mismo periodo que el año pasado. Por eso, quienes sí cumplen con los requisitos han encontrado en el mercado tal cantidad de ofertas que la posibilidad de mejorar las condiciones laborales son tan abrumadoras que en ocasiones, ocurre lo mismo que con las ‘dating apps’: ante la inmensa cantidad de posibilidades, cuesta centrarse en una sola.

    La demanda de este nuevo tipo de perfiles empuja a quienes buscan constantemente nuevas oportunidades a caer en la espiral del agobio, la inseguridad y la ansiedad, pues el miedo a no estar preparado para cumplir con las nuevas exigencias que el mercado, cada vez más ambicioso y exigente, impone. Según la empresa Prudential, pese al aumento de ofertas de trabajo, son pocos los que se atreven a arriesgarse y emprender un nuevo rumbo profesional, pues el 72% de las personas que quieren encontrar un nuevo trabajo considera que su formación y habilidades pueden ser un hándicap. El lado positivo, pese a todo, de este aspecto es que uno de los pasos para adaptarse a las exigencias del mercado es invertir en formación, pues como indica un reciente estudio de la consultora McKinsey, el 45% del capital humano a nivel mundial pasará por procesos de ‘reskilling’ antes de 2030.

    El lado negativo es que al enfrentarnos a las nuevas exigencias y emerger la inquietud, hemos de luchar contra nuestras inseguridades. “Uno de lo motivos que lleva a la gente a buscar o cambiar de trabajo tan rápido es la falta de confianza en ellos mismos. Cuando llevamos un tiempo en el mismo trabajo, superado el periodo de prueba y de aprendizaje inicial, se espera de nosotros un cierto desempeño. La falta de confianza en nosotros mismos nos puede llevar a huir de la presión por cumplir estas expectativas”, explica Sergio del Prado. En sus sesiones, ayuda a sus clientes a crear su propia definición de éxito, pues en todo cambio es esencial saber perfectamente lo que queremos. “Estamos tan influenciados por la opinión de nuestros padres, amigos, compañeros de trabajo, del entorno y de la sociedad, que a veces nos resulta muy difícil responder a preguntas como qué es lo que realmente queremos, cómo queremos que sea nuestra vida o cómo queremos queremos vivir nuestro día a día”, matiza el experto en desarrollo profesional.

    ¿es bueno cambiar mucho de trabajo
    HBO
    Estar siempre abierto a nuevas posibilidades de trabajo no es, por supuesto, malo

    Otro de los motivos por los que hay quienes buscan cambiar de trabajo de forma asidua es abandonar el puesto actual para evitar caer en las redes del ‘burnout’. Ya no se espera a que la situación laboral sea insostenible, sino que muchas personas, en el momento en el que no se sienten valoradas o creen que su trabajo no les ofrece posibilidades de desarrollo, buscan una nueva oportunidad en otro lugar.

    El flirteo constante con el universo de las oportunidades no es ni positivo ni negativo... Siempre y cuando seamos conscientes de qué motiva esa necesidad de cambio. “Es importante que el cambio no se haga desde la carencia ni desde la huida, sino desde una reflexión profunda sobre qué queremos en nuestra vida profesional y en nuestra vida en general. Además, está bien cambiar y probar cosas diferentes. Es muy difícil acertar a la primera. Como todo en la vida, esto es un prueba y error, y nos llevará un tiempo y varios intentos hasta dar con el lugar adecuado: algo que se nos dé bien, nos guste mucho, sea útil y encima, nos paguen por hacerlo”, concluye Sergio del Prado.