Tras licenciarse como Ingeniera Industrial, en su primera entrevista de trabajo a Gema en vez de por sus prácticas en el sector, sobre todo le preguntaron por su vida personal. Parecía que lo que más le preocupaba al señor de recursos humanos eran sus posibles planes de boda o si quería ser madre. “Salí indignada y muy nerviosa, pero no supe reaccionar, así que acabé hablando de temas muy íntimos”, recuerda. Lo que vivió se llama sexismo laboral y no tienes que aguantarlo.

Según un Informe sobre la situación de la mujer en el mercado laboral español de la consultora de RR.HH. Saleshunters, la percepción de las mujeres trabajadoras es que es más difícil para ellas: el 77% manifestó tener menos oportunidades que los hombres, un 45% aseguró haber sufrido algún trato discriminatorio en el trabajo y sólo un 6% que manifestó que el hecho de quedarse embarazada no suponía ningún problema para su futuro profesional. Y, a veces, el sexismo empieza en el proceso de selección.

“Preguntas como, has planeado tener hijos, tienes pareja, estas soltera o casada pertenecen a la esfera privada y no tienes obligación de contestarlas, ya que pueden atentar contra tu derecho a la privacidad y a la igualdad”, afirma rotunda María Jesús Sánchez, directora de operaciones de Saleshunters.

“De hecho, ese tipo de preguntas están prohibidas”, apunta Katrina Walker, fundadora de CodeOp, que recuerda que, tanto la ley como el artículo 14 de la Constitución española, amparan la igualdad de todos los ciudadanos y establecen la no discriminación en las relaciones laborales, algo que también se recoge en el artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores.

Sin embargo, los procesos de selección de personal no siempre son igualitarios y no está de más repasar qué está permitido y qué no, y cómo se puede reaccionar ante ello.

Diferencias al seleccionar candidatos

Muchas veces, ni somos conscientes de que las preguntas que nos están haciendo son improcedentes o machistas. 'Spoiler': cualquiera sobre tu ámbito privado lo es. No deben preguntarte si estás casada, soltera o divorciada, si tienes o piensas tener hijos –la excusa de saber si tienes disponibilidad para viajar, no vale– y, por supuesto, tampoco cualquier referencia a tu identidad sexual.

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Atenta, amiga: cualquier pregunta sobre tu vida privada es improcedente en una entrevista de trabajo.

Además, también falta a la igualdad laboral cualquier referencia que distinga a candidatos y candidatas al empleo en base de su sexo. Como que te pregunten si te ves capaz de gestionar un equipo masculino o si te sentirías cómoda trabajando en un equipo formado mayoritariamente por hombres. ¿Perdón?

Ya puestas, recuerda que tampoco está permitido preguntarte si estás afiliada a algún sindicato o partido político, ni tu religión. En general, cualquier pregunta que se refiere a tu ámbito privado es inoportuna e ilícita, y no tienes que contestarla.

Discriminación directa e indirecta

La discriminación puede ser de dos tipos, directa o indirecta, y no siempre es sencillo detectarla con claridad. “Directa es en la que se trata a una persona, en atención a su sexo, de manera menos favorable que otra en situación comparable. Indirecta, cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros pone a personas de un sexo en desventaja con respecto a personas del otro”, explica Elena Martín, responsable de Igualdad y diversidad de Adecco Learning& Consulting.

Para tenerlo claro, lo mejor son los ejemplos. “Una discriminación directa es todo trato desfavorable a las mujeres relacionado con el embarazo o la maternidad. Si en un proceso de selección, una mujer fuera descartada por un embarazo, estaríamos hablando de discriminación directa”, aclara Martín, “y si en una organización existieran complementos salariales, otorgados a las funciones desempeñadas en departamentos mayoritariamente masculinos, hablaríamos de una discriminación indirecta”.

Machismo normalizado

El problema es que están tan normalizadas algunas formas de discriminación, que nos las pueden colar. Por ejemplo, los discursos-bulos que niegan la brecha salarial hacen que haya gente que refute su existencia. Pero, como recuerda María Jesús Sánchez, “según los datos de los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), las mujeres deberían cobrar un 28% más para igualar su sueldo al de los hombres.”

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El machismo laboral no se quedó en los años 60, hoy aparece en forma de micromachismos, a veces taninteriorizados que ni nos damos cuenta. Pero alerta: tratarte de forma diferente a un compañero varón es ilegal.

“Suele hablarse de micromachismos para referirse a afirmaciones, gestos, conceptos o prácticas que tenemos tan interiorizadas que no cuestionamos. No obstante, al suceder de forma habitual pueden conllevar consecuencias muy graves”, apunta Elena Martín de "como dirigirse a un hombre ante un problema informático o mecánico, dando por hecho que solo ellos conocen estas materias, o ante el pago de una factura, presuponiendo que las mujeres no manejan las cuentas".

La directora de operaciones de Saleshunters destaca también que “la conciliación salarial y el techo de cristal están todavía pendientes de resolverse”. Aunque subraya que “muchas empresas están concienciadas y con planes de acción para favorecer la diversidad, haciendo importantes esfuerzos para luchar contra la discriminación”. O sea, cuidan a sus trabajadores.

Huir del sexismo fue, precisamente, una de las razones por las que Katrina Walker creó su empresa. Para garantizar la igualdad de trato decidió "lanzar CodeOp, una escuela internacional de tecnología para mujeres, personas trans y no binarias, centrada al 100% en abordar la disparidad de género en la tecnología en un entorno inclusivo y seguro”, explica y señala que "el sexismo perjudica a las empresas, al dañar la diversidad".

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La discriminación y el sexismo en el trabajo puede empeorar tu salud mental. Mejor atajarla si aparece ya en el proceso de selección de personal.

“Las personas que han vivido distintas formas de maltrato laboral suelen tener peor salud mental y eso disminuye significativamente su productividad. Entre las mujeres, la combinación de discriminación por edad y sexo es particularmente perjudicial”, añade María Jesús Sánchez. Por eso, conviene tener en cuenta cómo es la empresa dónde vas a trabajar desde la primera entrevista de trabajo y conocer tus derechos como trabajadora.

Cómo reaccionar ante una entrevista de trabajo sexista

Estas son algunas recomendaciones de expertas para evitar y neutralizar posibles discriminaciones en el proceso de selección de personal.

  • La ley te ampara. La Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de hombres y mujeres te protege por un buen motivo: la discriminación es una realidad que puede pasarte. “Muchas mujeres han tenido que denunciar acoso durante los procesos de contratación, incluyendo bromas sexistas, cumplidos y comentarios sexuales, y gestos o miradas sugerentes”, señala Katrina Walker.
  • Investiga la igualdad en la empresa. Echar un vistazo a cómo funciona en plan de igualdad la empresa a la que quieres aplicar, puede ayudarte a ver si realmente quieres trabajar en ella. “Animo a todas a que antes de presentar su candidatura, averigüen si hay mujeres diversas en el equipo directivo y en su futuro equipo, y qué tipo de políticas o valores empresariales en torno a la inclusión impulsa la empresa”, apuntaWalker.
  • Recuerda que tú también decides. No se trata solo de la persona que te entreviste, tú también debes decidir si te interesa el puesto y si no hay igualdad en esa empresa, ¿de verdad te parece interesante? “Durante una entrevista, estás evaluando a la empresa en cuanto a su idoneidad, tanto como ellos te están evaluando a ti”, destaca Katrina Walker.
  • Dale la vuelta a la tortilla. Al responder una pregunta en la entrevista de trabajo relacionada con el matrimonio o la maternidad, Elena Martín sugiere utilizarla para valorizar tus competencias. “Puedes responder que te consideras una persona comprometida con tu trabajo y dispuesta a asumir responsabilidades, agradecer el interés y redirigir la conversación a la formación académica y experiencia profesional, o incidir en que, al ser un asunto personal, prefieres centrarte en cuestiones relacionadas con la oferta de empleo”.
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Pasar por alto las preguntas personales, piropos o cualquier comentario que te diferencie de tus colegas varones hace que el problema perdure y crezca. Mejor, siempre con educación, señala cualquier comentario que atente contra la igualdad y reconduce la conversación hacia el terreno profesional.
  • No lo pases por alto. Obviar preguntas personales, piropos o cualquier comentario que te diferencie de tus colegas varones hace que la bola crezca. Por eso, conviene, siempre con educación y sin acritud, al responder esas preguntas incómodas en una entrevista de curro, señalar cualquier comentario que atente contra la igualdad. “El sexismo nunca debe ser normalizado”, subraya Katrina Walker.
  • Denuncia. Siempre tienes la posibilidad de denunciar. “Puede que ese incidente de sexismo no te haya afectado mucho, pero puede que no sea el caso de otras mujeres. Por eso, en solidaridad, siempre denuncio el incidente”, explica Walker, que recuerda que “desde marzo de 2022, las empresas españolas con 50 empleados o más tienen el mandato legal de garantizar la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres. Las multas por incumplimiento van desde los 6.251 euros hasta los 187.515 euros”. Eso, amigas, incluye a las entrevistas de trabajo.
  • Valora el incidente en las redes sociales y plataformas de empleo. Si denunciar te parece demasiado ‘heavy’ o no te sientes cómoda con ello, puedes publicar tu opinión en redes sociales de forma anónima, para que al menos sean conscientes y la gente que aplique en esa empresa sepa a lo que se va a enfrentar. Walker señala que, además de Linkedin, “puedes compartir tu experiencia a través de plataformas profesionales como Glassdoor, que nos ayudan a todos a determinar si una empresa es buena o no”.
  • Recursos. En el Instituto de las Mujeres, puedes conocer tus derechos. No dudes en pedirles ayuda y orientación en caso de sexismo laboral, como recuerda Elena Martín: “Es importante visibilizar y denunciar y puede hacerse a través de ellas, vía correo postal, electrónico, o registro público presencial u ‘online’, o en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social a través de denuncia por escrito en las Inspecciones Provinciales”.