Lo leí en Internet: "la copa menstrual es el mejor invento para la recolección del flujo menstrual jamás creado". La opinión (porque no era un anuncio) me impactó, porque yo pensaba que los tampones eran 'el inventazo' y no imaginaba que hubiera algo mejor.

Pero investigué un poco más y había datos probados. Resulta que, aunque no la veamos en publicidad y, a priori, nos genere recelo, "todos los estudios refrendan que la copa menstrual es la mejor opción, ya que no contiene agentes químicos como otros productos de higiene femenina. Además, es un producto respetuoso con el medioambiente, pues es reutilizable, y su uso se puede alargar entre diez y quince años si se cuida y se mantiene en buen estado". Son palabras del equipo de Sileu, la firma de higiene femenina que fabrica diversos tipos de copas menstruales.

Uno de los estudios de los que hablan fue realizado por 'The Lancet Public Health Journal', el cual reflejaba que el 70% de las mujeres que usaban la copa menstrual aseguraban que la prefieren frente a los tradicionales productos como tampones y compresas.

Por otra parte, según datos recogidos por Intimina –marca especializada en productos de higiene femenina–, las españolas son las europeas que más apuestan por este método de protección, por delante de Reino Unido, Portugal y Alemania.

Con todo este escenario, ¿cómo es posible que no todas se animen a probar la copa? ¿Es por falta de visibilidad? ¿Tabúes? ¿Desinformación? Ante todas estas preguntas, decidí experimentarlo por mí misma.

Tenía dos. Una de Sileu y otra de Enna, con aplicador.

CÓMO SE PONE LA COPA MENSTRUAL

Como la idea del aplicador me seducía y era la primera vez que utilizaba una copa, me lancé con la de Enna (que tiene un 'starter kit': dos copas de diferentes capacidades + aplicador + gel hidratante íntimo+ estuche para esterilizar, por si te animas también):

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D.R.

Dejé la de Sileu aparcada para usarla en la siguiente menstruación.

Tras hervirla 3 minutos en el microondas, seguí las indicaciones para introducirla. Y aquí mi primer obstáculo –que quizás me catalogue como una inútil–: no me apañaba con el aplicador. Se supone que es más fácil, pero yo no conseguí engancharlo bien, así que opté por introducirla de la manera en la que se introducen todas, doblándola (en mi caso, en forma de C) y ayudándome con los dedos para colocarla bien. Así, pensé que me hubiera dado igual usar la de Sileu o la de Enna, porque son bastante parecidas.

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Westend61

Y he de hacer aquí un pequeño matiz también: para usar la copa por primera vez, es necesario que tengas una buena relación con tu vagina. Me explico: las primeras veces, para introducirla, estar segura de que está bien colocada y retirarla, vas a tener que tocar y hurgar ahí dentro, así que si no lo has hecho nunca, te animo a hacerlo antes de lanzarte con la copa.

También, a usar bolas chinas previamente, para fortalecer las paredes, pero también para conocer cómo responde tu interior. Considero que es bueno forjar esa 'buena' relación de la que hablo porque, para dominar el uso de la copa, aparte de conocerte, vas a necesitar paciencia.

Como se indica en las instrucciones, para introducirla por primera vez, hay que estar relajada. Así que, la mejor opción para mí era hacerlo tumbada en la cama (con una toalla para evitar manchar). Nada de cuclillas ni sentada en el WC como había leído a modo de consejos; creo no hay nada más 'relajante' que estar echada sobre tu propia cama.

Y así lo hice.

LAS FUGAS

La primera vez –tras introducirla manualmente y creer que estaba bien encajada– no me aseguré de si estaba bien colocada. Tampoco tenía mucha idea de cómo hacerlo, porque yo noté que se abría dentro y pensé que ya estaba (aunque me puse una compresa con alas tamaño normal, por si acaso).

Y menos mal, porque la manché.

El primer día me fui a trabajar con la copa puesta y una compresa. Me fijé en que, cada vez que hacía pis, se escapaba algo de menstruación. Me lo esperaba, porque había leído que ocurre al hacer esfuerzo (y porque quizás, en el momento en que te introduces la copa, hay flujo a lo largo de la vagina y termina por salir), pero me decepcionó. Más cuando vi que, a lo largo del día, la compresa estaba cada vez más machada. No mucho, pero eso eran fugas, por lo que ¿me la habría puesto mal?

Leí después en Internet que era bueno intentar girar la copa tras introducirla para potenciar ese efecto vacío, que evita que haya fugas, pero que estas ocurren de vez en cuando. Entonces, entiendo que mi flujo se escapó porque no se acopló correctamente.

MI PRIMERA VEZ RETIRANDO LA COPA

Cuando llegué a casa, valoré cómo quitármela. Por cierto, no había tenido necesidad de cambiarme durante 10 horas, algo impensable con un tampón o compresa. (Y la compresa que tenía estaba ligeramente manchada, pero no tanto como para cambiarla, aunque también dejarla fue decisión propia, pues quería medir la cantidad de flujo 'fugado').

La teoría que tenía integrada para quitarme la copa menstrual es que tienes que introducir un dedo y presionar sobre la base para 'romper' el efecto vacío, y así ya poder tirar hacia afuera (de la base junto con 'pitorrito' cogiendo todo con dos dedos) para que termine de salir.

Antes de proceder, asenté que, por primera vez, iba a ver mi flujo en estado líquido. Quiero decir: siempre ha estado recogido en una superficie (compresas o tampones), y aquí simplemente estaba recolectado, y a mí eso me impresionaba. Es sangre, y la sangre la percibo como 'escandalosa'. Además, tras retirar la copa hay que desechar el contenido en el WC, y no sabía cuánto iba a haber ni si eso iba a ser 'Scream 3'.

Seguro que piensas como yo: siendo la primera vez y entendiendo que te costará, lo mejor es asegurarte de que estás lo más relajada posible. Y, sinceramente, sentada en el WC no estoy 100% cómoda, porque me sobrevuelan ideas nivel: "¿Y si se me cae la copa?", "¿y si se vierte todo y mancho el suelo?", "¿y si estoy tan tensa que eso no sale?". Así que, para evitar que esos dramas nublaran mi paciencia para retirarla, me metí en la bañera. Tal cual. Ahí evitaba preocuparme por todo lo anterior y me centraba en lo que importaba: sacar la copa por primera vez.

Tardé como 10 minutos en sacarme la copa (y en ese proceso pensé que esa sería la última vez que la utilizaría, ¿qué necesidad tenía de estar manipulando mi vagina con lo fácil que es ponerme un tampón?). Pero en mi empeño por formar parte de ese nicho de población española que afirma que la copa es lo mejor que le ha pasado, seguí paciente.

Tal era la emoción cuando noté que estaba saliendo, que no me acordé de que ahí habría líquido, así que cuando salió, no la sujeté bien y se me cayó entera. MENOS MAL que estaba en la ducha. Ajá. Aquí no entraré en más detalles, pero el resto de veces procuré sujetarla mejor cuando me la estaba quitando.

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Ashley Armitage / Refinery29 for Getty Images//Getty Images

EL RESTO DE DÍAS

Resumiendo: la primera toma de contacto con la copa no se correspondía con las maravillas que había leído sobre ella. Había tenido fugas, parecía que había cometido un asesinato en la ducha rollo 'Psicosis' al quitármela por primera vez y el hecho de toquetear tanto el orificio de entrada a mi vagina no me resultaba cómodo en esas circunstancias. Aún así, continué usándola por mi propósito, y me di cuenta de dos aspectos.

En primer lugar, experimenté que introducirla no es difícil y, en segundo lugar, concluí en que saber retirarla es un arte que se aprende. Me costó hacerlo cada día, porque hubo ocasiones que me encontraba la copa más metida de lo que la había dejado (pero perfectamente manipulable con maña, sin miedo y con conocimiento sobre la vagina).

ADAPTADA A LA COPA MENSTRUAL

Tres meses usando la copa...

Pasadas tres reglas desde que usé la copa por primera vez, comprendí que se pueden aprender aspectos muy interesantes.

Cuando te lanzas con la copa, ves por primera vez tu flujo en estado natural, algo que te ayuda a observar cuánta cantidad genera tu cuerpo. Esto es algo que me parece curioso, porque yo pensaba que era mucho más, pero también porque, después de varios periodos, sabes con qué frecuencia necesitas cambiarte la copa. Según las estimaciones, se supone que tienen una capacidad de dos tampones. Yo el segundo día, que es cuando más genero, me la cambio a las 8 horas (y ya no me importa dónde, con el tiempo he aprendido a quitármela y ponérmela en 3 minutos, sobre el WC).

CÓMO QUITARSE LA COPA MENSTRUAL RÁPIDO Y FÁCIL

Un año usando la copa...

  • SI TODAVÍA ERES PRINCIPIANTE: Es una mecánica que aprendí experimentando cada vez que la quitaba. Comencé a hacerlo en la ducha, pero en la segunda regla me dio pereza el proceso, y como ya controlaba el hecho de no soltarla, me animé sobre el WC. La fórmula más práctica que me funciona es introduciendo el dedo índice por un lateral, entre la copa y la pared vaginal, y presionar hacia el centro (ojo, si la copa está llena, te mancharás un poquito, pero no pasa nada, es tu sangre y estás en el servicio, luego te lavas). Lo que haces así es 'romper' el vacío generado entre la copa y tu cuerpo, y ahora sí puedes tirar del 'pitorro' porque va a salir sin problema.
  • PARA LAS MÁS AVANZADAS: Una vez que ya tienes dominado el uso de la copa, te das cuenta de que ese paso de 'principiante' es un poco rollo y, además, te manchas, así que llega tu siguiente etapa con la copa. Te explico el truco: en realidad, no hace falta que rompas el efecto vacío (al menos, me he dado cuenta de que a mí no): si mientras tiras del 'pitorrito', aprietas tal y como si quisieras hacer fuerza hacia afuera con la vagina, ayudarás a que la copa salga, tal cual. Para mí, los 10 minutos que tardaba en quitármela las primeras veces, ahora se han convertido en, literalmente, 20 segundos. Y ya me la retiro en baños públicos sin problema ni sustos, ¡todo era práctica y paciencia!

Si te animas a usarla, te aseguro que en tres reglas te convertirás en embajadora de tu copa. ¡Feliz menstruación!

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Silvia Lorente

Silvia Lorente es experta en 'celebrities', estilo de vida y sexualidad y especializada en cultura pop 'millennial' y colectivo LGBT+. Se licenció en Periodismo en la URJC de Madrid, estudió un módulo de doblaje y tiene más de 10 años de experiencia en el manejo de plataformas digitales y redes sociales (escribió y ganó premios con su blog de moda y 'celebrities', 'La Otra Horma del Zapato', y coordinó el equipo de moda y belleza en el departamento digital de la agencia Globally durante dos años). Después, colaboró con InStyle, Harper's Bazaar y GQ, y genera contenido para Cosmopolitan desde 2015. En sus ratos libres, estudia un máster de DJ profesional y echa las cartas del Tarot a quien tiene dudas sobre su futuro. 'Psss': Si te apetece jugar con ella al Trivial de 'Friends', 'Sexo en Nueva York' u 'Operación Triunfo 1', has de saber que tienes las de perder.