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La copa menstrual no es un producto nuevo, pero hasta hace bien poco apenas se hablaba de ella y había muy pocas mujeres que utilizasen esta alternativa para su higiene íntima. Durante los últimos años ha ido ganando adeptas y hoy son muchas las usuarias que juran no volver a usar un tampón, porque, al final, es un producto que te reconcilia con tu cuerpo, con tu regla y con tu higiene íntima.
Y no lo decimos solo nosotras. Una investigación publicada en la revista ‘Lancet Public Health’ garantiza el uso de este método tras revisar varios estudios y entrevistar a 3.319 mujeres. El estudio confirma que, al elegir la copa menstrual sobre otras alternativas más populares, como los tampones o las compresas, ahorramos dinero y generamos menos residuos.
Si nunca has utilizado este método y tienes alguna duda, no te preocupes. Hablamos con varios expertos para aclararlas.
¿Qué es la copa menstrual y cómo se utiliza?
"Es un recipiente reutilizable con forma de copa que se coloca en la vagina durante la menstruación para recoger el sangrado. Cuando la copa está llena, se extrae, se limpia y vuelve a colocarse. Se fabrica en varios materiales siempre compatibles con el organismo, sin sustancias químicas que produzcan alergias", nos cuenta la farmacéutica Marta Casasnovas de la Farmacia Castany en Menorca. "Hace tiempo que se comercializa en España. Sin embargo, pese a sus numerosas ventajas, su uso es minoritario frente a otros productos", añade.
"La copa menstrual ha supuesto un cambio en el paradigma en la forma que las mujeres higienizamos nuestro proceso menstrual", señala María Sánchez, médico especialista en ginecología y obstetricia en el hospital IMED Valencia. Si nunca has usado una copa menstrual porque tienes un montón de dudas sobre su uso, precio, mantenimiento... ¡tranquila! Hemos hablado con varios expertos para contarte todo lo que necesitas saber sobre esta opción.
Todos los beneficios de la copa menstrual
Es un método cada vez más popular gracias a sus múltiples beneficios. "Se prescribe en las consultas cada vez con más frecuencia, sobre todo en la población más joven. Las usuarias de la copa nos transmiten a los ginecólogos un alto grado de satisfacción, por los múltiples beneficios que presenta una vez familiarizado con su uso", señalan la doctora Gloria Rodea Gaspar y el doctor Juan José Escribano Tórtola de la Unidad de Ginecología Regenerativa y Funcional del Instituto Médico Láser.
Se adapta a cada persona
"Hoy en día, tenemos en el mercado distintas tallas que hacen que se adapte a las usuarias y a su anatomía de forma que su uso pueda ser extendido y cómodo para las pacientes. El conocimiento cada vez mayor que la mujer tiene de su anatomía y de su cuerpo hace posible que, tras un periodo adaptativo por parte de la paciente, pueda utilizar la copa menstrual de forma cómoda", señala María Sánchez. ¡Y se puede usar incluso con las primeras reglas!
Dura más y es más económica
Es una alternativa mucho más asequible que los tampones. "La copa menstrual dura hasta 10 años, lo que supone un ahorro para nuestro bolsillo de más de 150 euros al año que normalmente gastamos en las alternativas de higiene femenina tradicionales como tampones, compresas o ‘salvaslips’", señala Alicia Nieto, fundadora de la copa menstrual solidaria GlupCup.
Una alternativa ecológica y sostenible
Es una opción perfecta si quieres convertir tu regla en un proceso más sostenible. "El uso de la copa menstrual en lugar de otros productos de higiene femenina supone un ahorro para el medio ambiente: cada mujer genera 200 kilos de residuos al año que tardarán más de 300 años en descomponerse", añade.
Es muy cómoda y no altera la flora
"La forma del dispositivo hace que sea muy conveniente a la hora de recoger el flujo menstrual, haciendo que nos sentamos más cómodas, no sólo en su uso diario, sino también a la hora de hacer cualquier actividad –ya sea inmersiones en el agua o deporte de impacto– con seguridad y tranquilidad de que no van a existir fugas que pudiesen manchar la ropa. Siempre que la copa se coloque en una posición correcta, recogerá todo el flujo sin que haya escapes", nos explica María Sánchez.
¡Y no te lo pierdas! "Se puede llevar hasta 12 horas seguidas, incluso por la noche, dependiendo de la cantidad de flujo menstrual de la mujer y del día del ciclo. Además, no genera olores como los métodos tradicionales porque la sangre no entra en contacto con el aire y la cavidad vaginal, al quedar recogida en el interior de la copa. Y sí, se puede utilizar en mujeres usuarias de DIU y del anillo anticonceptivo", destacan Gloria Rodea Gaspar y Juan José Escribano Tórtola.
No favorece las infecciones vaginales
Es hipoalaergénica: no contiene productos químicos ni blanqueantes que se utilizan, por ejemplo, para blanquear el algodón de los tampones. "Tampoco contiene otros agentes químicos como lejías o cloro, así que no altera el pH vaginal. No se ha relacionado con el Síndrome del Shock Tóxico y tampoco favorece las infecciones vaginales porque los gérmenes no se adhieren a la silicona y porque, además, al contener el flujo menstrual en la copa en vez de absorberse como en los tampones o compresas, se protege la flora vaginal", añaden los expertos del Instituto Médico Láser.
"La copa no genera esa humedad o ese contacto constante que se puede tener con una compresa o tampón, evitando así pasar mucho tiempo con la zona húmeda o manchada (esto aumenta el riesgo de que haya infecciones de orina, candidiasis y demás). Me parece una opción muy buena para mujeres que sufran de infecciones de repetición o candidiasis", añade María Bragado Rivas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico de la Clínica Fisioterapia Pilar Sanz en Getafe.
¿Y los inconvenientes?
¿Cuáles son las desventajas de la copa menstrual? "Algunas mujeres, sobre todo durante los primeros usos, nos cuentan cierta incomodidad a la hora de su colocación y extracción, por la introducción de los dedos en la vagina. Además, antes de cada menstruación se debe esterilizar la copa menstrual y hay que lavarla antes y después de cada uso. En este sentido, puede suponer una incomodidad cuando se está fuera de casa. Por eso, algunas casas comerciales aportan una caja esterilizadora para tal fin que te permitirá lavarla y enjuagarla sin problemas en el aseo", señalan Gloria Rodea Gaspar y Juan José Escribano Tórtola.
"Cualquier mujer debería poder ponerse una copa menstrual y en caso de que no pueda porque duela o no se encuentre cómoda con ella, podría ser por alguna disfunción del suelo pélvico como, por ejemplo, una hipertonía de toda la musculatura perineal. En ese caso, habría que consultar con una fisioterapeuta experta en suelo pélvico", señala María Bragado Rivas.
¿Cómo elegir la talla correcta?
"En el mercado existen disponibles diferentes tallas de copa menstrual que deberá adaptarse a cada mujer en función de la práctica deportiva regular y el antecedente de partos vaginales, necesitando una talla mayor en estos casos. La menor o mayor complexión y/o altura de la mujer orientará de igual forma a elegir una talla adecuada a cada caso", nos cuentan Gloria Rodea Gaspar y Juan José Escribano Tórtola.
La talla también dependerá de tu edad. "Cada marca tiene sus propias medidas, pero la regla general para elegir la talla de tu copa menstrual se basa en la edad y en los partos vaginales que hayas podido tener. Si tienes menos de 30 años y no has tenido partos vaginales, tu talla es la pequeña, pero si has tenido partos vaginales o por cesárea con dilatación, tu talla es la grande. A partir de los 30 años, tu talla siempre será la grande debido a la pérdida de fuerza en tus paredes vaginales. En algunos casos, para mujeres que practican deportes de fortalecimiento de suelo pélvico, la talla pequeña puede servirles hasta los 34 años", añade Alicia Nieto.
¿Cómo me pongo la copa menstrual?
Que no cunda el pánico, poner la copa menstrual es más fácil de lo que crees. "En primer lugar, siempre recomiendo humedecer la copa menstrual con agua para que se deslice mejor y, después, dobla la copa en forma de C –es la que se abre con mayor facilidad en el interior de la vagina– y colocarle con las piernas abiertas, doblando ligeramente las rodillas. Mientras introduces la copa menstrual, ayúdate con la otra mano, abriendo los labios vaginales para colocarla con mayor facilidad. Una vez hayas introducido la copa por completo, comprueba que está bien abierta y que ha hecho el efecto vacío. Si no notas molestias, es que tienes la copa menstrual bien colocada. Las primeras veces puede ser un poco difíciles, pero con la práctica te irás acostumbrando", asegura la experta.
¿Qué hago cuando la copa se queda doblada y no se abre?
¿Te ha pasado? "Introduce tu dedo índice en tu vagina y rodea el borde de la copa hasta localizar la parte que está doblada. Presiona la copa menstrual por el lado contrario para que se abra o muévela en círculos pequeñitos, sujetándola por la base hasta que se quede fija. Recuerda que si la copa menstrual no está bien abierta, no cumplirá su función y tendrás fugas", advierte Alicia Nieto.
¿Cada cuánto hay que cambiarla?
Depende de cada mujer y de la cantidad de su sangrado. "Durante los primeros meses, cámbiate la copa menstrual cada 4 horas y anota la capacidad libre que le queda y el día del periodo en el que te encuentras: así irás probando diferentes tiempos hasta dar con los que te sientas cómoda. La copa menstrual se puede llevar puesta un máximo de 12 horas, independientemente de la cantidad de sangrado. Pasado ese tiempo, extráela, vacíala y enjuágala con agua antes de volver a ponértela", recomienda la fundadora de GlupCup.
¿Cómo me quito la copa menstrual?
Hay una metodología para retirarla. "Normalmente, siempre abordándola desde su polo inferior, pellizcándolo, o bien desde las caras laterales de la vagina, con mucho cuidado, quitando la presión de vacío que, cuando la copa está bien desplegada en la vagina, hace que permanezca en su sitio y sea indolora", señala María Sánchez.
¿Ves? Utilizarla es mucho más fácil de lo que parece. ¿Vas a probarla?
Especializada en belleza, trabajó en Cosmopolitan hasta 2022 hablando de manicuras, trucos para el pelo y los mejores tratamientos para tu cuerpo. Adicta a Instagram, pasa el tiempo entre cosméticos y es de las que piensa que la vida es demasiado corta para comer poca pizza (y poco queso).
