Es imprescindible terminar el tratamiento antibiótico si no quieres que la infección se reproduzca. Aunque te encuentres mejor, aunque creas que ya no es necesario. Es el consejo más extendido y la prescripción facultativa clásica, pero un grupo de investigadores levantan ahora la voz y afirman lo contrario. En su estudio, publicado en la British Medical Journal, explican que esa imposición no está basada en ninguna prueba científica y que, además, puede poner en serio riesgo nuestra salud, provocando el efecto contrario al deseado. En definitiva: aseguran que llevamos toda la vida tomando mal los antibióticos.

Lo primero que ponen de relieve es que los pacientes que alargan su tratamiento siguiendo el consejo de su médico se exponen de forma innecesaria a que las bacterias se tornen más resistentes, contraviniendo así la creencia habitual. Y van más allá: hablan de esta “resistencia bacteriana” como uno de los mayores problemas de salud pública, aludiendo a datos como los ofrecidos por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria que habla de 25.000 muertes al año por esta causa en los países de la Unión. ¿Entonces?

En primer lugar, los científicos dejan claro que en ningún caso debe ser el paciente quien tome la decisión de forma unilateral. Aunque considere que ya se encuentra bien, que continuar con el tratamiento ya no tiene sentido, tendrá que seguir guiándose por la pauta del médico, quien tendrá la última palabra. Porque el cambio debe venir de arriba y no empezar desde abajo.

Por eso, según los investigadores, conviene empezar por cambiar el concepto. Instan a los médicos y a las autoridades a abandonar esta recomendación, este imperativo, y a centrarse en estudios que determinen un tiempo de tratamiento más exacto para cada dolencia. Porque quizá para una neumonía no sean necesarios diez días de pastillas y baste, únicamente, con seis, eliminando así el exceso de medicación, pero eso jamás se determinará si todo el mundo sigue creyendo que la curación total llega, únicamente, consumiendo hasta la última pastilla.

Hablan de los antibióticos como un recurso natural que conviene cuidar y conservar, y afirman que su uso excesivo y prologado no hace sino restarles efectividad lentamente. Confirman que, hoy por hoy, son capaces de conseguir la curación al 100%, y que por ello se debe tener mucho cuidado y no recetar ni un gramo de más. Y ponen también a España como ejemplo de un país en el que estos medicamentos se consumen con mayor asiduidad.

Por eso, llaman a la reflexión. Y recuerdan además otros consejos que se suman al de seguir con total fidelidad las recomendaciones del médico: la automedicación es peligrosa, no hay que consumir medicinas que hayan sobrado de otros tratamientos anteriores, tampoco comprarlos por internet y siempre, sin excepción, usarlos con responsabilidad si de verdad queremos que cumplan su función.