Cuando un producto o tratamiento se viraliza en las redes sociales rápidamente, comenzamos a indagar de qué se trata. Y por si esto no fuera suficiente, probamos en nuestra propia piel su eficacia para conocer aun más acerca del producto o tratamiento en cuestión. Tanto es así que en las últimas semanas hemos sido testigos de cómo el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado) se ha convertido en uno de los temas que más controversia generan. ¿La razón? Los puntos de vista contrarios entre especialistas y usuarios y la facilidad con la que podemos autodiagnosticarnos esta condición.

Síndrome de colon irritable. El diagnóstico dejó a la deriva a Julia tras un par de años con malestares gástricos. Sólo le recetaron antidepresivos para tratar su bajón anímico, sin descartar antes otras causas. La misma valoración clínica le dieron a Lucía, que llevaba tiempo sin tolerar las legumbres, se inflaba como un globo cuando tomaba fruta y, encima, iba perdiendo peso. Tatiana arrastraba desde hacía décadas problemas digestivos, hinchazón abdominal, diarreas y gases. Tras visitar varios médicos, todas las pruebas salían negativas, así que continuaba sin tratamiento. Son testimonios reales, entre los miles que circulan en TikTok e Instagram de personas que, en realidad, padecían SIBO, una patología compleja, 'trending topic' en redes, pero a la que a menudo cuesta llegar.

Para salir de dudas, hablamos con María Casado, propietaria de Wellness Boutique Experience , la Dra. Juana Coronado, del equipo médico de la Clínica Mira+Cueto y Mª Dolores de la Puerta, cirujana especializada en microbiota y autora de Un intestino feliz (ed. Harper Collins).

¿Qué es el SIBO?

Se trata de una condición en la que existe un aumento desproporcionado de bacterias en el intestino delgado y que puede causar una serie de problemas de salud debido a que, por lo general, este contiene menos bacterias si lo comparamos con el intestino grueso. En el caso de las personas que padecen de SIBO, las bacterias proliferan y afectan negativamente a la absorción adecuada de nutrientes. Sin embargo, este exceso de bacterias puede tener otras consecuencias que afectan directamente a la fermentación de los alimentos, haciendo que estos generen gases y toxinas que afectan directamente a la mucosa intestinal.

consulta médica
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"Existen unos mecanismos para evitar el aumento del número de bacterias en el intestino delgado. El más importante es el peristaltismo intestinal, que es el movimiento del intestino, pero existen otros como son el ácido gástrico, el sistema inmune o las enzimas del páncreas", apunta la Dra. Juana Coronado. Aunque se trate cada vez de un trastorno más frecuente, produce síntomas como cansancio, hinchazón abdominal, pérdida de cabello, sequedad en la piel y brotes de acné, entre otras cosas. Por su parte, Casado añade que “cada tramo de nuestro intestino tiene su población bacteriana. Si una bacteria se desmoraliza y va a otra zona de nuestro intestino con un ecosistema diferente, va a causar este tipo de sintomatología”.

Microorganismos okupas no bienvenidos

En algunas consultas, al SIBO se le hace 'ghosting'. Con frecuencia, la enfermedad se ignora en los protocolos médicos por falta de profesionales actualizados en su diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, esta condición clínica ha existido toda la vida.

malestar estómago
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El término SIBO corresponde a las siglas de su nombre en inglés, 'Small Intestine Bacterial Overgrowth', que implica un sobrecrecimiento de ciertos grupos de microorganismos de la microbiota intestinal en el intestino delgado. "En una cantidad menor, los microbios responsables del SIBO forman parte del ecosistema intestinal natural, pero es el crecimiento por encima de su rango de normalidad lo que los convierte en malos, ya que los metabolitos o sustancias que producen pueden ser muy proinflamatorios e incluso algo tóxicos, rompiendo el equilibrio y homeostasis del medio intestinal", explica la doctora Mª Dolores de la Puerta. Recuerda que una microbiota en condiciones significa salud con mayúsculas. Y es que las bacterias conectan con la actividad de todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo, para bien o para mal.

¿Cómo podemos identificar el SIBO en nuestro organismo?

Aunque los síntomas por sí solos no son específicos y varían en función de cada caso –distensión, dispepsia, indigestión, disminución de la absorción de nutrientes y como consecuencia la disminución de peso–, hay que realizar pruebas medicas para detectarlo. Desde la clínica Mira+Cueto aconsejan realizar un diagnóstico como aspirado duodenal con cultivo microbio y prueba del aliento. Estas pruebas permiten medir los niveles de gases producidos por las bacterias pero, en ningún caso, se debe olvidar el historial clínico de cada paciente así como la sintomatología, que serán vitales para determinar si se padece o no la condición. "Si tu microbiota intestinal está equilibrada, tendrás mayor presencia de microorganismos beneficiosos para el organismo y, por consiguiente, tendrás un buen estado de salud. Si por el contrario tu microbiota intestinal está desequilibrada, tendremos mayor presencia de microorganismos dañinos y oportunistas y en consecuencia, desarrollaremos enfermedades intestinales inflamatorias, enfermedades autoinmunes, estrés…", cuenta Casado.

¿Cuáles son los factores que alteran la microbiota?

Nuestro intestino alberga lo que comúnmente se conoce como sistema nervioso entérico, una parte del sistema nervioso compuesta por una red de millones de neuronas que controla el aparato digestivo. Cuando la microbiota intestinal está alterada, repercute directamente sobre la función de la piel provocando trastornos como psoriasis y dermatitis pero, también provoca que algunas toxinas y algunos microorganismos y alimentos lleguen a la piel mediante la circulación, provocando un daño tisular.

A nivel digestivo, los factores que pueden alterar la microbiota son el alcohol, los refrescos y las altas concentraciones de azúcar, los carbohidratos procesados, las grasas procesados y la exposición continuada a productos químicos como pinturas, pesticidas y aditivos alimenticios. El intestino de una persona con SIBO es como un 'tetris' caótico, donde las bacterias sobran, no están donde deben ni funcionan bien. Un desequilibrio que puede producir un derrumbe en tu calidad de vida. "Una disbiosis puede estar implicada en la aparición de síntomas como las digestiones pesadas, gases, distensión abdominal o alteraciones del ritmo de tránsito intestinal, diarrea y/o estreñimiento. A nivel de la piel y de las mucosas, puede provocar cuadros de eczema, picor o excesiva sequedad. Y se asocia igualmente a la cefalea y migraña, a la fatiga física y psíquica, a desórdenes inmunitarios como infecciones y a muchos cuadros psicológicos", comenta la Dra. De la Puerta.

Un enemigo silencioso que influye en el ánimo

Por su parte, a nivel mental, los factores que alteran la microbiota son la falta de exposición a entornos naturales, la falta de activación del nervio vago, niveles elevados de cortisol (estrés) y el sedentarismo.

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Igual no has sido consciente, pero cuando tienes la tripa mal quizás te sientas más alicaída, cansada, irritable o con ansiedad. Hay personas que desarrollan incluso depresiones ante un caso de SIBO mantenido en el tiempo. ¿La razón? A nivel de las emociones, el intestino es un órgano más de nuestro sistema nervioso; posee multitud de neuronas que forman el sistema nervioso entérico, en contacto continuo con los microorganismos y conectado bidireccionalmente con nuestro cerebro a través del nervio vago, ácidos grasos y neurotransmisores.

Según cuenta la Dra. Mª Dolores de La Puerta, "cuando nuestra microbiota se desordena o, en situaciones de estrés crónico con el cortisol elevado, el conjunto de microbios cambia su actividad y favorece el aumento de sustancias como la adrenalina, responsable de sensaciones de intranquilidad y ansiedad. Así mismo, pierde la capacidad, por ejemplo, de producir serotonina, lo que nos hace sentirnos abatidos y tristes". Por tanto, las bacterias condicionan cómo pensamos y sentimos. Pero se puede combatir.

¿Cómo se puede combatir el SIBO?

Si quieres reducir las opciones de padecer SIBO, aparta de tu vida el consumo de tóxicos como alcohol, tabaco, alimentos procesados, ciertos aditivos, conservantes, colorantes o grasas saturadas.

"El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y erradicar el aumento del crecimiento bacteriano. Para ello se utilizan antibióticos como el ciprofloxacino, metronidazol y rifaximina. Sin embargo, en ocasiones, a pesar de tratar la condición con antibióticos los síntomas no desaparecen por resistencias de las bacterias a los antibióticos o porque no se tienen en cuenta las condiciones predisponentes al SIBO como las alteraciones del movimiento intestinal, la diabetes, la ingesta de algunos medicamentos…", afirma la Dra. Juana Coronado. Por ello, el enfoque del tratamiento ha de ser totalmente global incluyendo la erradicación de las bacterias, el tratamiento de condiciones predisponentes y la prevención del SIBO.

prueba aliento
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Ante la sospecha de padecer SIBO, acude a un buen especialista para que valore tu estado físico, así como los síntomas, las patologías asociadas (síndrome de colon irritable, inmunodeficiencia) y tu contexto emocional. Así, determinará qué pruebas debemos hacernos y cuáles son las recomendaciones médicas para eliminar el SIBO y reorganizar las bacterias de nuestro intestino, también existen pruebas en formato de test que podemos realizar en casa. "Las pruebas del aliento se basan en el principio de que los hidratos de carbono, al no ser digeridos, son fermentados por las bacterias intestinales. Durante este proceso, se producen haces que son expulsados en el aliento donde son cuantificados. Además, también se liberan ácidos grasos de cadena corta y agua, que se absorben en el intestino y excretan en el aliento", concluye Casado.

¿Qué tipo te afecta a ti?

Según los gases u otras sustancias tóxicas que generen las bacterias intestinales, los síntomas varían. Lo peor es que puedes tener más de un SIBO a la vez.

Hidrógeno

Qué es Se trata de un gas inocuo e incluso beneficioso producido por las bacterias, pero cuando se produce en exceso, puede dar lugar a microorganismos problemáticos.

Síntomas Las personas con este tipo de SIBO pueden sufrir diarrea, raramente estreñimiento o alternancia de ambos. También puede acarrear hinchazón abdominal, gases, mala tolerancia a algunos alimentos y heces amarillentas.

Metano

Qué es Es un gas que, a diferencia del hidrógeno, no lo producen las bacterias sino otro tipo de microbios llamados arqueas. Por eso, en este caso, sería más correcto hablar de IMO, las siglas en inglés de Sobrecrecimiento Metanogénico Intestinal ('Intestinal Methanogen Overgrowth').

Síntomas Se asocia a estreñimiento, distensión abdominal y a gases sin olor y con ruido cuando se expulsan.

Sulfuro de hidrógeno

Qué es Consiste en un sobrecrecimiento de bacterias. Es el más complicado y del que menos se sabe.

Síntomas Diarrea o heces blandas, con alternancia de estreñimiento y gases muy olorosos sin ruido. También puede ir acompañado de síntomas de intoxicación como fatiga, dolor en las articulaciones, migrañas, exceso de calor y sudor e intolerancia a alimentos como el huevo y la carne.

Fúngico

Qué es También llamado SIFO ('Small Intestinal Fungal Overgrowth'), hace referencia a un sobrecrecimiento de levaduras (normalmente cándida) en el intestino delgado. El diagnóstico se realiza en ocasiones por descarte.

Síntomas Dolor de tripa, pesadez, hinchazón, naúseas y sensación de gases que aumentan tras comer alimentos dulces. También pueden darse erupciones en la piel o incluso picores.

Ahora que sabemos qué es el SIBO, cuáles son los factores que dañan la microbiota y de que forma se puede combatir, es importante buscar asesoramiento medico para obtener un diagnóstico adecuado así como un plan de tratamiento personalizado en el caso de sospechar que puedes padecer esta condición.