Sabemos que no es la manera más simpática de comenzar un texto, pero hay una nueva tendencia tóxica dentro del universo laboral. Hablamos del ‘leavism’, y consiste en cogerte un día libre no para descansar, sino para poder ponerte al día en asuntos de trabajo como responder a emails o resolver problemas que en la oficina las constantes reuniones o interrupciones no te han permitido solucionar. Puede suponer emplear los fines de semana, los festivos, tu tiempo libre después del horario laboral o tus vacaciones para resolver esos asuntos postergados. "El FOMO (‘Fear of missing out) hace referencia a ese miedo que tenemos cuando estamos de vacaciones de que algo puede pasar y no estar al tanto. Esa necesidad de comprobar el correo electrónico mientras estamos en nuestro tiempo libre para asegurarnos de que todo está bajo control", dice Silvia Martínez, HR Manager de Gi Group Holding.

Aunque en ocasiones este exceso de trabajo se debe a una mala gestión del tiempo, la cultura del sobre trabajo es una de las causas más recurrentes. La pandemia también ha hecho que esta tendencia se haya extendido. "Sin duda, a raíz del coronavirus se ha acelerado el teletrabajo. Con ello, también se ha producido una tendencia creciente a que los profesionales se lleven el trabajo a casa o se conecten fuera del horario laboral. Sin embargo, no se trata de un fenómeno debido únicamente a una causa. Se debe analizar caso por caso en cada empresa. Los motivos que pueden llevar a un empleado a invertir su tiempo libre en el trabajo pueden ser: una carga excesiva de trabajo, mala organización y aprovechamiento del tiempo efectivo en las horas laborales. Algunos profesionales son más productivos fuera de la oficina sin distracciones, y en otros casos se trata de un problema de incapacidad personal para desconectar del trabajo”, explica Silvia Piqueras, Directora de Perm Recruitment Services en Hays.

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Chris Clinton//Getty Images
La cultura del sobre trabajo

Silvia Martínez, explica que nos encontramos inmersos en la obsesión por tratar todos los temas a través de reuniones, bien sea física o presencialmente. “Por ello, es únicamente al final del día cuando puedes ejecutar lo comentado durante esas reuniones. Aquí entra en juego la importancia de tener una buena organización del trabajo, de ser capaces de identificar que hay reuniones que podían haber sido únicamente un email, y la importancia de contar con el detalle de los puntos a tratar antes de comenzar la reunión y cerrar su seguimiento, así como de involucrar en las reuniones únicamente las personas que son esenciales, focalizándose. Y aquí, entra también la capacidad de cada uno de nosotros de decir no y de bloquearnos en nuestras agendas tiempo para trabajar de forma autónoma en nuestras prioridades y objetivos”, asegura.

Peter Drucker decía que “una empresa con demasiadas reuniones es una empresa enferma”, y el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) estima que pasamos más de una tercera parte de nuestra vida laboral en reuniones. "Ante el nuevo contexto de trabajo híbrido, hay una mayor facilidad para hacer reuniones online. La necesidad de mantener el contacto entre los equipos puede resultar en algunas empresas en exceso de reuniones", dice Silvia Piqueras.

"Nos encontramos muchas veces con reuniones poco eficaces que hacen mermar la productividad"

"Al dejar menos tiempo para invertirlo en el trabajo, los profesionales tienen que recurrir a llevarse el trabajo a casa para cumplir los objetivos establecidos. Sin embargo, el problema subyace no en la cantidad reuniones, sino en la calidad de las mismas. Nos encontramos muchas veces con reuniones poco eficaces que hacen mermar la productividad. Y en consecuencia, nos obligan a terminar tareas fuera del horario laboral. Las reuniones bien pautadas, con objetivos definidos y directas son la clave para que esto no pase”, añade.

Según la Guía del Mercado Laboral 2022, el 43% de los profesionales españoles tienen cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral. Esta cifra es de especial relevancia, ya que no solo los profesionales encuestados consideran sufrir esta sensación, sino que el 43% de empresas encuestadas -porcentaje idéntico al de los profesionales- afirman que sus equipos cuentan con este síndrome.

“El ‘leavism’ es un acelerador del burnout"

Si algo nos quedó claro con el síndrome del ‘burnout’ es que respetar el tiempo libre y no estar pensando en el trabajo constantemente es vital, pues estar conectado 24/7 impacta negativamente en nuestras vidas personales, en nuestra conciliación familiar, hábitos de sueño y bienestar en general. “Cuando una persona siente que debe sacrificar sus vacaciones, como ocurre en el caso del ‘leavism’, para ponerse al día con el correo o avanzar en otros temas de trabajo, sacrificando su vida personal, a largo plazo, afectará a su motivación y su ‘engagement’, sin duda”, dice Silvia Martínez. “El ‘leavism’ es un acelerador del ‘burnout’, además de una evolución del presencialismo llevado a entornos híbridos. Una consecuencia de intentar demostrar el desempeño que tiene precisamente el efecto contrario nos convierte en menos eficientes, cerrando el círculo vicioso”, añade.

“Respetar los tiempos de descanso es fundamental para el bienestar del empleado"

Según una reciente encuesta realizada en Linkedin por Hays, un 93% de los profesionales afirmaba considerar la conciliación un factor decisivo para buscar empleo. “Respetar los tiempos de descanso, como vacaciones o fines de semana, es fundamental para el bienestar del empleado. Sin estos momentos de desconexión, no sólo el desempeño y productividad de los empleados bajará, sino que también se verá afectada su salud mental, a causa del ‘burnout’, coloquialmente conocido como “estar quemado”. Además, desde la perspectiva de las empresas, promover un balance entre la vida laboral y personal ayudará a generar un mejor ambiente laboral. Una cultura orientada a la conciliación también actúa como un incentivo para la atracción de talento en las empresas”, dice por su parte Piqueras.

“Las consecuencias de la cultura “always on” a nivel psicológico pueden ser múltiples y graves"

¿Qué consecuencias psicológicas puede tener la cultura del "always on" que tantas empresas imponen? “Las consecuencias de la cultura “always on” a nivel psicológico pueden ser múltiples y graves. Estar constantemente pensado en el trabajo supone estar desconectado de la familia, la pareja o los amigos. Esto puede suponer que la relación con estas personas se deteriore al sentirse poco priorizadas o desplazadas. Además de la falta de estabilidad emocional, trabajar en exceso también puede provocar fatiga crónica, por lo que la productividad y eficiencia del profesional dentro de la jornada laboral se reducirá. Lo que incrementa la necesidad de conexión fuera del horario laboral para abordar la carga de trabajo, de modo que se genera un círculo vicioso del que es complicado salir”, explica Silvia Piqueras, Directora de Perm Recruitment Services en Hays, para finalizar.