Lleva una semana loca, loquísima, de promoción por el inminente estreno en Netflix de la serie ‘Berlín’. El día previo a la sesión estuvo más de doce horas seguidas contestando mil y una preguntas de periodistas, nos recuerda. Y el cansancio, claro, ya hace mella. No disimula algún que otro bostezo, no esconde que lo único que quiere hacer el fin de semana es… dormir. Begoña Vargas (Madrid, 1999) es así: un libro abierto. "Una chica normal", precisa ella.

begoña vargas para cosmopolitan
Cárdigan de punto, Polo Ralph Lauren. Cazadora, camisa y vaquero, Springfield. Zuecos tipo

Una joven que busca vivir (y disfrutar) cualquier mínimo estímulo que percibe. No quiere perderse nada. Revisa todas las tomas que hacen los fotógrafos. Se enfrenta a las preguntas sin paracaídas y alargando las respuestas... incluso pide más ("cuando estoy a gusto le doy al palique", afirma), con esa actitud de cuando, en clase, sabías la lección y levantabas de forma ostentosa la mano porque parecía que sólo tú conocías la respuesta. Y eso que, en su momento, eso de pasar "siete horas mirando la pizarra" no parecía ser lo suyo.

Ahora, en cambio, busca momentos para retomar la filosofía (¡literal!), "porque me estimula la mente", para pintar ("me libera un montón", afirma) y para escribir con el fin de dar rienda suelta a sus mil caras. Algunas de sus incontables facetas se perciben en Cameron, su personaje de Berlín. Un papelón que confirma que el recorrido de Bego, La Vargas, tiene muchas etapas todavía en las que hacer ‘check’. Por ejemplo, un musical ("me encantaría", dice) o dirigir su propio guión ("quizás dentro de diez o 20 años", matiza). Sí, es de naturaleza inquieta; aunque "no es plan de ponerme a hacer doscientas mil cosas y no acabar nada".

Image no longer available

Actriz, modelo, bailarina, cantante… ¿Quién te metió el gusanillo del arte dentro del cuerpo?

Lo curioso es que nadie. Nací así de loca. Desde pequeña mis padres veían que cualquier cosa artística me hacía brillar los ojos, me emocionaba. En el colegio destacaba en las asignaturas más creativas… o en educación física.

Y por eso no continuaste con los estudios convencionales como todo el mundo.

Cada uno tiene que seguir el camino que le toca. A mí me tocó no seguir estudiando. No descarto ponerme a hacerlo en cualquier momento, pero cuando eres más joven y tienes tantos estímulos –más con lo hiperactiva que yo era– es muy difícil focalizar la energía en una clase durante siete horas mirando la pizarra. Hay gente que vale más para estudiar, y luego estamos quienes quizás nos desarrollamos mejor con la parte creativa o tenemos mayor sensibilidad emocional.

¿Con qué apoyo contaste para seguir tu propio camino?

Mi familia siempre me ha apoyado mucho. Pero tenía claro lo que quería hacer y era un poco rebelde también. Cuando se me metía algo entre ceja y ceja… Me ocurre todavía, aunque lo trabajo y ya no es tan fuerte como en la adolescencia, cuando salen todas las emociones. Sí, fui una adolescente guerrera. Tenía claro que no iba a hacer lo que la gente quisiera, algo en lo que probablemente yo iba a ser infeliz.

Con tan sólo 17 años te independizaste, cuando lo normal es que la gente no se pueda ir de casa de sus padres hasta bien cumplidos los 30...

¡Es curioso porque… ¿qué es normal y qué no es normal? Todos somos raros de cojones. Y lo siento por la expresión. Cada uno es un mundo, y tenemos que empezar a escucharnos más a nosotros mismos. Al final hay un punto en el que, si estás todo el rato poniendo tu atención en el exterior, te pierdes. La vida familiar es maravillosa, pero a veces sentía que no tenía mi espacio para poder preguntarme quién era.

¿Te sientes una privilegada?

Por supuesto. Mucha gente tiene una situación económica más complicada y no puede, pero si quieres algo, inténtalo hasta que sea imposible. Y si es imposible, busca otra opción.

begoña vargas
HERVÁS & ARCHER
Jersey blanco con strass, Springfield. Pantalón de polipiel blanco, High Spirits. Botines plata, It Shoes. Pendientes y pulseras, Zara.

Eres una persona cero conformista. ¿Esa actitud te ha abierto muchas puertas o te ha generado frustración?

No me considero alguien inconformista, pero creo que tampoco soy conformista. Los humanos vamos mucho al negro y blanco, y en el gris es donde está la paz, la tranquilidad y el equilibrio. Esto es muy fácil decirlo, pero luego cuesta ejecutarlo. Obviamente sí soy cero conformista a la hora de intentar mejorar mi trabajo y de evolucionar como persona.

Con cada nuevo papel creas un PDF con ideas de maquillaje, ropa… Y hasta buscas su perfume según su personalidad.

Soy muy friki con estas cosas. Ser friki siempre se ha catalogado como algo malo, aunque para mí significa que te gusta mucho algo. Cuando leo un personaje por primera vez me vienen cosas a la cabeza. Cameron, por ejemplo, tenía el pelo muy largo, iba siempre con aros de plata... Y respecto al perfume, no sé si tengo ese sentido más desarrollado o simplemente es que me atraen mucho; pero sí, cada personaje tiene uno diferente.

"Soy muy friki con ciertas cosas y para mí esto significa que te gusta mucho algo"
begoña vargas
HERVÁS & ARCHER
Vestido estampado, Springfield. Abrigo de borrego, Elisabetta Franchi. Cinturón, CXC. Botas cowboy negras, Bershka. Pendientes, Briana. Cadena, Cleopatra´s Bling.
begoña vargas
HERVÁS & ARCHER
Top y pantalón negro con strass, High Spirits. Cinturón, Mango. Zapatos tipo cowboy, It Shoes. Pendientes, Zara.

¿Y cuál es el de Cameron, tu personaje de ‘Berlín’?

‘Trésor’, de Lancôme. Lo usó mi madre durante un tiempo. Cuando ruedo, me pongo la fragancia del personaje y me siento ajena a mí porque no tengo mi olor habitual.

¿Qué pasó por tu cabeza cuando recibiste la llamada diciéndote que te habían elegido para esta serie?

No pensaba que me fueran a dar este personaje porque hice un ‘casting’ malísimo. Bueno, los humanos no somos robots, ¿no? Cuando recibí la llamada tuve muchas sensaciones juntas: emoción, algo de vértigo… pero como con cualquier personaje. Igual al principio con ‘Berlín’ teníamos un poco de presión, porque viene de una serie que ha sido una de las cosas más grandes que han pasado en España. Y nos costó entender el tono, cómo era este nuevo universo. Luego ya nos fuimos calmando y lo empezamos a disfrutar de verdad.

begoña vargas
HERVÁS & ARCHER
Vestido estampado de manga larga, Springfield. Chaleco blanco, Pinko. Botas

Nunca ocultas que vas al psicólogo. Pero ¿por qué empezaste a ir?

Para tener una buena salud mental y poder estar tranquila conmigo misma. Creo que la terapia le vendría bien a cualquier persona. Al final es ir a hablar de tu vida, lo que te preocupa, lo que sientes… Quiero vivir mi vida tranquila, compartirla, disfrutarla… y disfrutar de mí, de los momentos en los que estoy sola. Son cosas que he trabajado con la terapia y esta me ha ayudado a entenderme más y llevarme mejor conmigo misma, a intentar ser mi mejor amiga.

"La terapia con el psicólogo me ha ayudado a entenderme más y llevarme mejor conmigo misma"

¿Cuál es tu plan de ocio perfecto?

Me gusta mucho cocinar, me relaja. Mi madre siempre ha cocinado mucho en casa, mi padre también y mi abuela es una maravillosa cocinera. Me parece que hay algo muy artístico en la cocina. Un plan que me encanta es decir a mis amigos: "Voy a hacer lentejas, ¿quién viene a comer?". Entonces monto la mesa, comemos y luego vemos algún episodio de una serie, preparamos café...

Además de los perfumes, ¿qué otras obsesiones te atreves a confesar?

Sin llegar a ser obsesiva compulsiva... un poquito de obsesión con el orden está empezando a nacer, algo que no me había pasado nunca, porque era muy desastre de pequeña, todo lo dejaba por ahí tirado y eso me generaba bastantes conflictos en casa.

Desde hace dos años eres imagen de Springfield. ¿Qué significa que esta marca confíe en ti?

Es superguay que quieran contar contigo marcas que tienen tanto recorrido. Me gusta, porque Springfield me da ternura y me trae algunos recuerdos, ya que cuando empecé a querer vestir de mayor, esa etapa que tenemos todas las niñas, Springfield era una de las marcas que más había en mi armario… y sigue estando.

Una marca que te da confianza, entonces.

Sí, y abarca muchas edades. Mi madre es ‘fan’ de Springfield y tengo amigas que también visten de esta firma. Tiene color, mucha flor... un punto ‘hippy’. Me gusta porque sobre todo destila una gran naturalidad, esa belleza que habla.

Maquillaje y peluquería: Jehosua Voguele. Producción: Marta Sánchez.