Nació como un jarabe para aliviar el dolor de estómago, pero hoy nadie duda de que se trata de la bebida más popular e internacional de todos los tiempos. Nunca exenta de polémica, sobre la Coca-Cola se han escrito cientos de miles de artículos y ha sido objeto de estudio para científicos y nutricionistas, que muchas veces han dudado sobre su salubridad. Pero hasta ahora nadie se había ocupado de estudiar qué ocurre exactamente cuando te tomas una lata. Paso a paso, minuto a minuto. La cafeína, los azúcares, los ácidos... El análisis ha corrido a cargo del farmacéutico Niraj Naik, que ha analizado los primeros sesenta minutos después de tomar una lata. Y los resultados resultan un tanto perturbadores. Esto es lo que le ocurre a tu cuerpo cuando disfrutas de un refresco de este tipo.

La primera conclusión es que, a los 10 minutos, obligas a tu cuerpo a procesar la cantidad de azúcar indicada para ingerir a lo largo de todo el día, unas diez cucharadas. Pero lo haces de golpe, sin permitir que tu organismo reaccione de forma gradual. A los 20 minutos, todo ese azúcar dispara los niveles de insulina y el hígado comienza a trabajar a marchas forzadas, transformando en grasa la mayor cantidad posible de glucosa.

Pasa el tiempo y, a los 40 minutos, es la cafeína la que comienza a alterar otros niveles del organismo. La presión sanguínea y la sensación de nerviosismo aumentan, mientras tus pupilas se dilatan y tu hígado continúa bombeando azúcar.

Cinco minutos después, el cuerpo comienza a segregar dopamina generando una sensación de placer automático que se irá diluyendo con el paso de las horas. Y, finalmente, una hora después de haber acabado el refresco, llegará el momento de la absorción final en el intestino delgado, cuando el ácido fosfórico, el calcio, el magnesio y el zinc atravesarán el último órgano del cuerpo, que se encargará de eliminarnos en la orina.

Aunque lo que más preocupa al experto es un compuesto concreto, la fructosa: "He descubierto que un agente detonador de enfermedades frecuentes como la obesidad, los problemas cardíacos y la diabetes es el consumo de esta sustancia, presente en muchos alimentos y bebidas procesadas en forma de jarabe de maíz", afirma. En definitiva, un festival de alteraciones extremas que ponen al organismo al límite de sus capacidades y que, hasta ahora, nadie se había ocupado de revelar paso a paso. Y esto es lo ocurre cuando la bebes pero, ¿qué se le pasa por la cabeza a los que se la rocían para broncearse?

La nueva tendencia de usar a la Coca-Cola para multiplicar el moreno

Tal cual. A pesar de la opinión de los expertos, que afirman que los ácidos de este refresco dejan la piel mucho más expuesta a los rayos ultravioleta por su efecto exfoliante y por ser capaz de eliminar las capas protectoras naturales. Además, consideran que tomar el sol con la "barrera" que proporciona la Coca-Cola puede precipitar la aparición de manchas y quemaduras. Por ello, la propia marca desaconseja esta nueva “aplicación”, recordando que es tan sólo una bebida.

En definitiva, la Coca-Cola, para beber. Y siempre, y como con cualquier otro refresco o comida, con moderación.